La ventana
Luis Carlos Peris
Realidad tras unos sueños infundados
Nutrición y dietética
Los ácidos Omega 3 aportan beneficios en diferentes procesos fisiológicos de nuestro organismo. Los mismos no son producidos por nuestro cuerpo y, por tanto, debemos incorporarlos mediante la alimentación para que se distribuyan a través de todas las células del organismo y modifican la composición y la función de la membrana plasmática de las mismas. Así, podrían determinar la estructura y la funcionalidad de las células del organismo. Ahora, un nuevo estudio de la Universidad de Marshal (Estados Unidos) también se ha evidenciado que una dieta materna rica en ácidos grasos Omega-3, protege del desarrollo del cáncer de mama en su descendencia.
En su nuevo estudio, publicado en la revista 'Frontiers in Cell and Developmental Biology', los investigadores observaron una diferencia significativa en los ratones de madres alimentadas con una dieta rica en aceite de canola, en comparación con las madres alimentadas con una dieta rica en aceite de maíz. Una dieta materna rica en Omega 3 afectó a los cambios del paisaje epigenético en todo el genoma de la descendencia y potencialmente moduló los patrones de expresión génica.
PESCADOS GRASOS, RICOS EN OMEGA 3
Los pescados grasos, son ricos en ácidos grasos omega-3.Entre los pescados especialmente ricos en omega-3 se encuentran el salmón, el arenque, las sardinas, la caballa y la lubina. Estos pescados también tienen bajo contenido de mercurio, por lo que según datos de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) son seguros de consumir porciones de 4 onzas dos o tres veces por semana.
La investigación se centró en los aspectos epigenéticos de transmisión transgeneracional para explicar el papel informado de los ácidos grasos omega-3, muy presentes en una dieta que se aconseja incorporar en pacientes que la padecen.
Los investigadores de la Universidad de Marshal creen que estos resultados ''tienen el potencial de promover el diseño de cambios simples en la dieta que permitirían reducir la aparición de varios tipos de cáncer, no solo para las personas que usan esa dieta sino también para su descendencia''.
Los investigadores observaron un retraso de tres semanas en la mortalidad de los ratones cuyas madres fueron alimentadas con aceite de canola frente al aceite de maíz. El retraso inicial de la mortalidad era significativamente diferente, pero no así la tasa de supervivencia global.
Con el tiempo, todos los ratones desarrollaron tumores, pero los alimentados con aceite de canola tenían tumores de crecimiento más lento y más pequeños que los ratones alimentados con aceite de maíz. Trasladado a la escala temporal humana, la duración del efecto protector vinculado a la dieta materna equivaldría a varios meses.
La cuestión de la dieta de los padres y la transmisión intergeneracional se ha convertido en un importante campo de investigación; sin embargo, el modo de acción suele seguir siendo parcialmente esquivo", concluye uno de los autores, Philippe Georgel.
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