La OCU alerta del componente cancerígeno que se encuentra en carnes, embutidos y otros alimentos procesados
CONSUMO
A nadie se le escapa ya que cuidar nuestra alimentación es fundamental para la buena salud y el bienestar. Una alimentación sana nos ayuda a mantener un peso saludable y reducir el riesgo de padecer determinadas enfermedades. Mientras que la OMS empieza la campaña para eliminar las grasas trans desde la OCU se alerta del componente cancerígeno que se encuentra en carnes, embutidos y otros alimentos procesados. Te contamos cuál es.
Hablamos de las nitrosaminas, sustancias que se producen en los alimentos durante su preparación y procesamiento y que están en (casi) todas partes: productos cárnicos curados, pescados procesados, cacao, cerveza y otras bebidas alcohólicas, vegetales procesados, cereales, leche y productos lácteos, alimentos fermentados, en escabeche y condimentados. Sin embargo, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) centra su preocupación principalmente en la carne y los productos cárnicos como alimentos que más riesgo conllevan a la hora de padecer cáncer, ya que se transmiten a través de los nitratos y nitritos usados como aditivos más peligrosos que podemos encontrar en nuestros alimentos.
La EFSA ha identificado hasta 10 nitrosaminas cancerígenas (susceptibles de causar cáncer) y 6 genotóxicas (sustancias que pueden dañar el ADN). Porque los nitratos se usan como aditivos alimentarios para garantizar la higiene de determinados alimentos y añadir sabor y color a otros.
Cómo no hay que cocinar la carne
¿Corremos riesgo entonces cada vez que comemos carne? Los expertos mantienen que no en cualquier cantidad y siempre estando muy pendientes del tipo de cocinado que se le da a la carne. Hay a quienes les gusta la carne poco hecha, casi cruda o quienes la pasan demasiado. Cocinar a altas temperaturas productos cárnicos no elimina el rastro de nitritos y por ende de nitrosaminas, pero sí se produce una ligera reducción para acometer el proceso de digestión. Según los expertos, hay una clara relación entre la temperatura de cocción y la formación de nitrosaminas en estos productos cárnicos.
Podemos encontrar estos aditivos en el 75% de los embutidos con el fin de alargar su vida útil. La recomendación es consumir menos de 150 gramos de charcutería por semana y realizar un control estricto de la temperatura en el tratamiento del jamón curado.
También se hace hincapié en que los nitratos y nitratos perjudiciales son los que acompañan a las carnes, pero no así los que se encuentran en los vegetales, que serían beneficiosos para el organismo.
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