La aldaba
Carlos Navarro Antolín
¡Anda, jaleo, jaleo!
Investigación
La esclerosis múltiple ha sido, hasta hace unos años, un sinónimo de discapacidad para muchos pacientes. La calidad física y cognitiva del paciente resultaba muy deteriorada, sin que durante mucho tiempo los médicos e investigadores entendieran la causa concreta de su origen. Hace pocas fechas se anticipaba también que la infección con el virus de Epstein-Barr, que provoca la mononucleosis, según un gran estudio de veinte años, publicado por la revista 'Science', podría tener alguna relación con la enfermedad. La enfermedad se considera una autoinmunitaria y se produce por un ataque del propio sistema inmune de nuestro cuerpo a sus tejidos, en concreto a la mielina, mielinavaina protectora que recubre las fibras nerviosas, dando lugar a problemas de comunicación entre el cerebro y el cuerpo.
En su búsqueda por indagar más en su desencadenante, la investigación ha dado grandes pasos en esta materia y ha hecho descubrimientos importantes que han ayudado en el desarrollo de nuevas y mejores terapias modificadoras de las enfermedades (TME) para esta enfermedad del sistema nervioso central.
Ahora, la farmacéutica Bristol Myers Squibb ha obtenido la financiación en el Sistema Nacional de Salud del fármaco ozanimod (comercializado bajo el nombre de Zeposia), una opción terapéutica para pacientes adultos con esclerosis múltiple remitente-recurrente (el tipo más frecuente, que afecta a más de un 80% de los casos). Se trata de una forma de inmunosupresión capaz de reducir hasta en un 60% las recaídas con una elevada seguridad.
Se trata de un fármaco oral de una sola toma al día para hacer frente desde el principio a las recaídas y las lesiones cerebrales características de la esclerosis múltiple remitente-recurrente (EMRR). Justo hace dos años que la EMA (la Agencia Europea del Medicamento en sus siglas en inglés) daba el visto bueno a este nuevo fármaco que ahora llega a España, donde más de 50.000 personas conviven con la esclerosis múltiple.
La mayoría de ellas experimenta, a lo largo de su enfermedad, periodos de recaída en los que pueden sufrir afectaciones impredecibles y debilitantes como pérdida de visión, dificultad motora o lentitud mental, entre otras, seguidas de una remisión parcial o completa de los síntomas. Por ello, la noticia de que puede ser efectivo para frenar su progresión y evitar los desenlaces en los que las recaídas empeoran los síntomas de la pérdida de capacidades cognitivas.
La intervención temprana y eficaz puede impactar significativamente en los resultados físicos y cognitivos a lo largo del tiempo, y lograr reducir las recaídas en la enfermedad, un indicador muy relevante de los resultados del paciente.
En este sentido, la aprobación del fármaco se ha basado en los datos de dos ensayos clínicos de fase 3 (SUNBEAM y RADIANCE), que en conjunto suman una cohorte de de más de 2.600 pacientes. En estos trabajos, el ozanimod redujo significativamente las recaídas en comparación con el interferón beta-1a (principal tratamiento actual frente a la esclerosis múltiple). Se desconoce el mecanismo por el que el fármaco ejerce efectos terapéuticos en la esclerosis múltiple, pero podría consistir en una reducción de la migración de los linfocitos al sistema nervioso central (SNC).
Tal y como desarrolló Oreja-Guevara, una de las características que definen el fármaco es que se puede emplear como tratamiento de primera línea, con el primer diagnóstico de la enfermedad. De esta manera, y dado que en la actualidad no existen terapias capaces de restaurar los daños en la mielina que provoca la Esclerosis Múltiple, el ozanimod permite prevenir en buena parte la progresión de la enfermedad hacia su forma secundaria progresiva.
'' Zeposia brinda una magnífica oportunidad para los pacientes que necesiten preservar su actividad física y cognitiva previniendo la atrofia cerebral y retrasando el deterioro cognitivo, alteraciones, ambas, que se manifiestan desde el principio de la enfermedad y en las que es fundamental detener su empeoramiento o, al menos, retrasarlo todo lo posible'', indican.
Según aclaran los expertos, sus efectos adversos son similares a los de otros tratamientos inmunosupresores, como posibilidad de aumento de infecciones habituales, y no tienen un sesgo limitante para su administración, salvo para las embarazadas, algo habitual en los fármacos para la esclerosis múltiple.
"Sí que hay siempre con este tipo de fármacos un aumento en las infecciones por herpes zóster, algo que ya es conocido, y hay más que con otros tipos de fármacos como el interferón'', explican, a lo que prosiguen afirmando que ''no se ha visto que aumenten las infecciones oportunistas, y tampoco ha habido aumento de neoplasias o tumores".
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