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David Fernández
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Contenido ofrecido por Boehringer Ingelheim
La prevalencia de la esquizofrenia a lo largo de la vida está entre el 0,7 y el 1,5%. Los datos estiman una incidencia de 0,8 casos por cada diez mil habitantes por año, por lo que entre 300.000 y 500.000 personas podrían padecer la patología en España(1). Es una enfermedad mental grave que afecta a todas las esferas psíquicas y sociales de una persona, lo que erosiona enormemente su calidad de vida y la de su entorno.
“Cuando hablamos de esquizofrenia, hablamos de complejidad. Es una patología que supone un reto para las personas que lo padecen, para las familias, para la sociedad y, por supuesto, para nosotros es un desafío constante en la investigación clínica. La obligación que tenemos es seguir abordando cada vez mejor la enfermedad”, explica el doctor Fernando Sarramea, psiquiatra especialista de área en el Hospital Reina Sofía de Córdoba y miembro de red de investigación en Psiquiatría, Cibersam.
Dentro de ese reto, se enmarca el estudio CONNEX, un ensayo clínico que está desarrollando Boehringer Ingelheim en diversos hospitales de España, destinado a evaluar la eficacia de una nueva molécula que ha obtenido la designación de terapia innovadora en Estados Unidos, para reducir el deterioro cognitivo asociado a la esquizofrenia.
Desde los orígenes del conocimiento de la enfermedad, hace más de 100 años, cobró relevancia el deterioro cognitivo que padece el paciente. Tanto es así que Emil Kraepelin, considerado como el fundador de la psiquiatría científica moderna, ya hablaba de la ‘demencia precoz’ en estos pacientes. Los síntomas de la esquizofrenia se dividen en tres categorías principales. Los denominados síntomas positivos, son aquellos en los que se ven alteradas las funciones mentales normales, e incluyen las alucinaciones, los delirios o el pensamiento desorganizado. Los síntomas negativos provocan el aplanamiento afectivo o el retraimiento social. Por último, los síntomas cognitivos son los que implican las dificultades de memoria o atención.
“Dentro de los distintos subgrupos de síntomas característicos de la enfermedad, hasta ahora hemos puesto menos acento en los síntomas negativos, que incluyen la pérdida de motivación o del disfrute de las actividades diarias; y en los síntomas cognitivos, que incluyen problemas de atención, concentración y memoria. Las opciones terapéuticas farmacológicas se han centrado en los síntomas psicóticos, que causan los trastornos del pensamiento, las alucinaciones o los delirios”, indica Sarramea.
“El deterioro cognitivo asociado a la esquizofrenia es una de las características más comunes, que afecta a un 80% o 90% de los pacientes”, señala el experto. Aparece muchas veces en la etapa premórbida, antes incluso que otras manifestaciones graves como alucinaciones o delirios. Parece haber una relación clara entre cómo evoluciona el paciente a nivel cognitivo y cómo es su capacidad de recuperación funcional una vez que es diagnosticado.
Hay pacientes que desde un primer momento manifiestan esa sintomatología cognitiva y otros no. “Generalmente, lo primero que hacemos es tratar la fase aguda e intentar ver con la evolución hacia dónde va el paciente e intervenir. Es habitual intentar establecer un tratamiento de rehabilitación neurocognitiva lo más precozmente posible, pero no es del todo una realidad en la práctica diaria ahora mismo en España”, afirma el especialista. En este sentido, el doctor Sarramea, señala que “la psiquiatría está luchando constantemente contra el pesimismo; debemos seguir conociendo las claves de la enfermedad y desarrollando innovaciones que puedan tratar todos los grupos sintomáticos de la enfermedad para lograr esa recuperación”.
Sobre el ensayo clínico CONNEX, el doctor Sarramea aclara que “estamos trabajando en el estudio fase III de esta molécula, que es muy prometedora, y que está aun evaluando su eficacia. Somos uno de los centros de referencia para reclutar para pacientes para ser tratados con este fármaco”. Asimismo, indica que “hasta ahora no existen opciones terapéuticas farmacológicas para el deterioro cognitivo”. “Esta opción podrá favorecer un abordaje más completo. Hasta ahora nos basamos en tratamientos psicosociales”, añade.
1. Saha S et al. Systematic review of the prevalence of schizophrenia. PLoS Med. 2005 May;2(5):e141.
El ensayo clínico Connex, que se encuentra en fase de reclutamiento de pacientes hasta el próximo 15 de marzo, trata de cubrir una importante necesidad no cubierta en salud mental. “Nos ayudaría mucho a nivel cognitivo que el paciente vuelva lo antes posible a su entorno normalizado, social y laboralmente. Pero esa no es una realidad hoy día en une enfermedad como la esquizofrenia. Te golpea pronto y te interrumpe el desarrollo vital”, explica el doctor Sarerramea. Respecto al futuro a medio plazo, cree que “la enfermedad estará mejor clasificada, con mejores evoluciones de los pacientes, con mayor conocimiento de la enfermedad, la llegada de líneas de tratamientos más específicas y una mejor recuperación”.
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