Niños 'fantasma', los síntomas de otra secuela del coronavirus en adolescentes

Coronavirus

La falta de interacción social y la lejanía con entornos académicos, está provocando que muchos adolescentes experimenten ansiedad, apatía y falta de interés en sus estudios

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Niños 'fantasma', los sintomas de otra secuela del coronavirus en adolescentes
Niños 'fantasma', los sintomas de otra secuela del coronavirus en adolescentes / Freepik
N.F

01 de marzo 2022 - 16:45

El coste e impacto a nivel físico y mental de la pandemia es une realidad que afecta a la población mundial desde hace casi dos años. Pero es en el colectivo de jóvenes y adolescentes jóvenes y adolescentesdonde encontramos unas consecuencias muy concretas. Alejados de cualquier contacto social y lejos de sus entornos y rutinas habituales, los expertos están alertando de secuelas y estragos que continúan apareciendo aunque nos acerquemos a una nueva normalidad. En este sentido, los llamados 'niños fantasma' son ya una realidad en muchos hogares. ¿De qué se trata?, y ¿cómo identificarlo en tu hijo?

Si bien el origen de estos comportamientos es diferente en cada niño, lo cierto es que el encierro ha sido pieza clave para detonar esta tendencia hacia la apatía. La pandemia hizo que muchos jóvenes pasaran de tener tendencias bastante inofensivas como estar un poco ansiosos, a un comportamiento preocupante , como no querer ir al colegio", explican las psicólogas clínicas Jane Gilmour y Bettina Hohnen al diario británico Daily Mail.

Asimismo, esta secuela ha repercutido en el comportamiento y salud mental de los ''niños fantasma'', quienes a raíz de la pandemia se volvieron más apáticos e introvertidos, experimentan episodios de depresión y ansiedad, no muestran interés en la interacción social ni en su educación, además de preferir pasar más tiempo en su habitación, que es donde más seguros se sienten.

La dificultad para iniciar relaciones con sus semejantes o los nuevos formatos académicos presentes durante la mayor parte de la pandemia, hicieron que la interacción con sus iguales o su capacidad de resolución de conflictos se hayan visto perjudicados. Asimismo, se ha producido un incremento de la adicción a la tecnología que afecta a los ciclos de sueño. Además, los dispositivos aumentan la inactividad de los jóvenes y la falta de interés hacia otras actividades más productivas.

BAJO RENDIMIENTO ESCOLAR

Como hemos mencionado, los 'niños fantasma' se caracterizan por episodios de ansiedad o depresión. Uno de los más comunes y observados es el rechazo a acudir a la escuela y la falta de interés en continuar con sus estudios. Se nventan "mil argucias" para evitar ir al colegio o al instituto. Por ende, esto se traduce en un bajo rendimiento escolar y contribuye a que los menores de edad abandonen el sistema escolar, sobre todo niños y adolescentes de entornos socioeconómicos más bajos. "Si su hijo ha intentado perder más de la mitad de sus clases, es una señal" ,tal y como alertan las doctoras Gilmour y Hohnen, autoras del "Increíble cerebro adolescente".

Gilmour y Hohnen explican que lo mejor siempre será fomentar la conexión con los menores, pasar el tiempo con ellos, conversar, realizar actividades en conjunto. ''Reforzar la relación entre usted y su hijo será el catalizador para que su hijo vuelva a la escuela y a la vida'', dice Gilmour. El diálogo y ayudar a definir cuál es su emoción (ansiedad, enojo, tristeza), puede facilitar al niño comprender mejor su estado de ánimo y qué hacer para tener mayor bienestar.

OTROS 'TIPS' PARA AYUDAR A SUPERAR ESTA SECUELA

  • Volver a actividades cotidianas: ver películas o series, jugar, practicar deporte o algún otro hobbie que el menor prefiera
  • Hablar de los problemas y emociones que todos hemos experimentado durante este tiempo.
  • Mostrar curiosidad e interés por los acontecimientos en la vida de su hijo.
  • Darle cierto grado de autonomía e independencia: los cerebros de los jóvenes buscan un mayor grado de independencia que puede ayudarles a sentirse más libres. Pero siempre dentro de los límites que no contribuyan a empeorar el problema.
  • Aplicar cambios graduales en los hábitos, es decir, intentar salir a la calle por pequeños lapsos de tiempo e ir avanzando de a poco.
  • Aprender a afrontar momentos de crisis que puedan regresar, sobre todo en adolescentes, ya que ellos experimentan de una forma más intensa sus emociones.
  • Comparte tu preocupación y acudan con un especialista.
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