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SALUD MENTAL
Cada vez es más patente la relación que guardan las enfermedades mentales con ciertos hábitos de vida. Tener una alimentación poco saludable, no realizar ejercicio físico regularmente o estar sometidos a estrés psíquico –por ejemplo, en el entorno laboral– son factores que influyen en la aparición de los trastornos mentales. Sin embargo, no solo dependen de estos hábitos.
El doctor Federico López, psiquiatra clínico y especialista en neuromodulación que ejerce su labor clínica e investigadora en la Unidad de Estimulación Cerebral del Instituto Andaluz de Salud Cerebral y DICTEA, lo tiene más que claro. "En la aparición de los trastornos mentales están implicadas muchas causas, y debemos actuar sobre todas ellas para conseguir la mejor respuesta posible de los pacientes que han desarrollado alguna de estas patologías".
Es una idea en la que insiste varias veces durante la conversación. Desequilibrios hormonales, alteraciones inmunitarias y procesos inflamatorios son causas frecuentes de enfermedades mentales, a través de una cascada de reacciones complejas de tipo bioquímico y bioeléctrico. Sobre ello investiga desde hace tiempo, y ha comprobado cómo estas causas provocan también un incremento del estrés oxidativo en el sistema nervioso, que altera el funcionamiento interno de las neuronas y, por tanto, de los circuitos cerebrales relacionados con la enfermedad mental. Por este motivo, son cada vez más los tratamientos, farmacológicos o no, dirigidos a mejorar así el funcionamiento cerebral.
Una de las principales áreas de interés como psiquiatra del doctor Federico López es el campo de la neuromodulación, con la que todavía no está familiarizada la mayor parte de la ciudadanía. Hablar de neuromodulación es hablar de una serie de técnicas terapéuticas, no farmacológicas, que consiguen modificar el sistema nervioso, 'modulándolo' a través de una serie de estímulos eléctricos o pulsos magnéticos aplicados en el cerebro. "En el Instituto Andaluz de Salud Cerebral usamos un tipo de neuromodulación 'no invasiva', entre las que se encuentran la Estimulación Magnética Transcraneal (EMT) y la Estimulación Transcraneal por Corriente Directa (TDCS, por sus siglas en inglés), que utilizamos en el tratamiento de diversos trastornos mentales", especifica el doctor Federico López, pues existe otro tipo de neuromodulación, de tipo invasivo y denominado Estimulación Cerebral Profunda, empleado en ciertos casos de enfermedad psiquiátrica o neurológica resistente. La EMT y la TDCS son indoloras, no necesitan ingreso hospitalario y "son las utilizadas con mayor frecuencia en Psiquiatría”, detalla este especialista en neuromodulación. Ambas tienen en común ser procedimientos que han demostrado su efectividad en determinadas enfermedades mentales.
"En el caso de la EMT aplicamos pulsos magnéticos repetidos gracias a una bobina que genera una estimulación cerebral en las áreas relacionadas con los circuitos cerebrales implicados en el estado de ánimo. En concreto, con el paciente despierto, colocamos una bobina sobre el cuero cabelludo, en el lado frontal izquierdo, con el objetivo de estimular la corteza prefrontal dorsolateral, ya que la actividad cerebral es baja en esa zona cuando está afectado el estado de ánimo", explica el doctor López.
"Sabemos que esta es un área que, al estimularse, actúa a modo de 'ventana' hacia los circuitos cerebrales internos relacionados con el estado de ánimo, como la corteza cingulada anterior. Y, así, conseguimos modular este y otros circuitos cerebrales, implicados en la enfermedad”, continúa.
Los usos más habituales de la EMT en la actualidad son la depresión resistente, el trastorno obsesivo-compulsivo y trastorno por consumo de sustancias psicoactivas, "si bien tenemos cada vez más evidencia científica en otros problemas mentales, como el trastorno de estrés postraumático o los síntomas negativos de esquizofrenia", matiza el experto.
Por su parte, la TDCS ha demostrado su efectividad en la depresión así como en la fibromialgia. "Es un tratamiento por el que optan también pacientes que prefieren no iniciar tratamientos con fármacos antidepresivos, o como estrategia para potenciar los efectos beneficiosos del tratamiento con medicamentos", cuenta como especialista en neuromodulación el doctor Federico López.
En el caso de la TDCS, "el efecto terapéutico se consigue gracias al paso de una pequeña corriente galvánica a nivel cerebral, imperceptible para el paciente, que modula la excitabilidad de la corteza frontal, que es la que está alterada, por ejemplo, en casos de depresión".
La enfermedad en la que se está consiguiendo mejores resultados gracias a la neuromodulación es la depresión. "A día de hoy, tiene éxito en más del 70 % de los casos", cifra este especialista.
Todo un avance ya que supone una nueva vía de tratamiento para personas con trastornos resistentes a tratamientos farmacológicos. "Los pacientes con este tipo de enfermedades tienen la necesidad de tomar habitualmente multitud de fármacos, lo que aumenta la posibilidad de efectos secundarios. Gracias a la neuromodulación, podemos reducir considerablemente el uso de medicación a medida que el paciente responde al tratamiento", concluye el doctor López.
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