Naproxeno: para qué sirve y quién puede usar este medicamento
El naproxeno es utilizado para tratar momentos puntuales de fiebre o dolor, pero también se usa en tratamientos prolongados.
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El naproxeno es un tipo de medicamento de los más reconocidos por la población española, al igual que otros como el paracetamol o el ibuprofeno, de los que habitualmente es considerado una alternativa gracias a sus efectos sobre la fiebre y cierto tipo de dolor. Pero ¿qué es el naproxeno y para qué se recomienda realmente?
Los usos del naproxeno
El naproxeno pertenece a la categoría de los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos, también conocidos como AINE. Este fármaco se usa para el tratamiento de dolores de leves a moderados, así como hinchazón, sensibilidad o rigidez causadas por algunas enfermedades como: la osteoartritis, artritis reumatoide, artrosis o espondilitis anquilosante; pero también para tratar episodios agudos de gota y dolores menstruales.
El naproxeno de venta libre, el que habitualmente se consume, también se usa como antipirético (para tratar la fiebre), para calmar dolores de cabeza o migrañas, muelas o espalda o para tratar los dolores menstruales, entre otros.
¿Quién no puede tomar naproxeno?
Aunque su uso es generalizado, es importante recordar que los medicamentos pueden estar contraindicados para algunas personas, en el caso del naproxeno, no podrán consumir este fármaco aquellos pacientes que:
- Tengan alergia al naproxeno, a otros de sus componentes o a otros AINE o al ácido acetilsalicílico.
- Está tomando otros medicamentos del grupo de los antiinflamatorios no esteroideos.
- Tienen o han tenido una hemorragia o úlcera en el estómago o el duodeno.
- Sufren de colitis ulcerosa.
- Tienen insuficiencias renal, hepática o cardíacas graves.
- Están embarazadas (el naproxeno puede dañar al feto).
Advertencias y efectos adversos del naproxeno
Como se indica en el prospecto de los comprimidos de Naproxeno Sódico de Cinfa, se ha de tener cuidado a la hora de tomar este tipo de medicamentos, por ejemplo:
- Se debe tomar la dosis más pequeña que sirva para aliviar el dolor. Y es importante no usarlo más tiempo del necesario.
- Es importante avisar de patologías previas (desde enfermedad de Crohn hasta asma) y del uso de otros medicamentos antes de empezar con este tratamiento.
- El consumo de este tipo de medicamentos aumenta el riesgo de sufrir infartos de miocardio o infartos cerebrales, un riesgo que se asocia a dosis altas y tratamientos que se prolongan en el tiempo.
Hay, además, una serie de efectos adversos que pueden sufrirse durante el tratamiento de este medicamento:
- Trastornos gastrointestinales: acidez del estómago, náuseas, vómitos, diarrea, estreñimiento, molestias abdominales. Pero también pueden darse casos de inflamación, sangrados (que pueden llegar a ser graves), gastritis, pancreatitis o esofagitis.
- Trastornos de la sangre: puede aumentar o disminuir el número de glóbulos blancos, plaquetas y glóbulos rojos.
- Trastornos cardíacos: puede causar palpitaciones e hipertensión, entre otros, además de relacionarse su uso prolongado con un mayor riesgo de infartos de miocardio.
- También puede causar un aumento de la concentración del calcio en sangre, producir problemas de concentración y alterar el sueño.
Se pueden consultar el resto de efectos adversos en el siguiente enlace.
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