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Sucesos
avid Pruitt, un niño de siete años, murió el pasado 13 de agosto en el condado de Tehama, ubicado en el estado de California (Estados Unidos), tras contraer una "devastadora" infección en el cerebro conocida por el nombre de meningoencefalitis amebiana primaria (PAM, por sus siglas en inglés) y provocada por una ameba, un microbio vivo unicelular llamado 'Naegleria fowleri'. La letalidad de este parásito que habita en cuerpos cálidos de agua dulce, como lagos, ríos y aguas termales, es del 97%.
Según han confirmado los padres de Pruitt, el chico nadó en un lago antes de haberse contagiado de la ameba 'come cerebros'. La forma de contaminarse con este parásito es vía aérea a través de la nariz cuando se nada o bucea en este tipo de lugares. Inicialmente, puede causar dolores de cabeza, fiebre, náuseas y vómitos pero, al desarrollarse, puede provocar rigidez en el cuello, convulsiones y coma.
El mismo proceso que experimentó el niño, que fue ingresado en un hospital de California el 30 de julio tras experimentar malestar y dolor de cabeza. Una vez ingresado, los sanitarios le pusieron un soporte vital debido a la inflamación que su cerebro estaba sufriendo, de acuerdo con la tía de Pruitt, Crystal Hayley.
Ahora, su tía y sus padres han iniciado un movimiento de concienciación para dar a conocer la existencia de esta ameba, que, además, puede ser la causa de la muerte de otro niño unos días antes en circunstancias similares.
"Estamos ayudando a crear conciencia la sobre esta ameba. Esto puede parecer demasiado raro para que le suceda a usted, pero lo que es raro es que los médicos lo busquen en primer lugar. Los padres, necesitan conocer las señales y exigir que los médicos escuchen y defender a quien pueda haber contraído esta ameba", señala su tía en la campaña iniciada.
De acuerdo con 20 minutos, existen varias especies de la ameba ‘come cerebros’, pero solo una de ellas afecta a las personas, la Naegleria fowleri. Esta solo perjudica a las personas cuando entra por la nariz, ya que después se dirige al cerebro y destruye su tejido. En el 97% de los casos, la Naegleria fowleri causa la muerte.
Para que la ameba no llegue al cerebro a pesar de haber entrado por vía nasal, es necesario sonarse la nariz cuando el agua ha entrado o expulsar el agua lo más rápido posible. Entre 1962 y 2016 se infectaron en Estados Unidos 143 personas de la ameba ‘come cerebros’, de las que solo sobrevivieron cuatro.
En España solo se han dado dos casos de ameba ‘come cerebros’. El primero de ellos fue en el año 2018 en una piscina de Torrijos (Toledo), cuando una niña se infectó de la Naegleria fowleri pero consiguió sobrevivir a la infección. Un año más tarde, en 2019, esa misma piscina volvió a registrar la presencia de la ameba y cerró.
Los primeros síntomas de la ameba 'comecerebros' pueden confundirse con los de una gripe común, ya que suelen ser dolores de cabeza, fiebre, náuseas, congestión nasal o rigidez en la nuca. Tres o cuatro días después de que empiecen a aparecer dichos síntomas, la persona afectada empeora y puede experimentar convulsiones, pérdida del equilibrio y del control corporal, delirios, confusión, comportamiento anormal e incluso coma irreversible.
Después del coma, en la gran mayoría de los casos, se produce finalmente la muerte por paro cardiorrespiratorio o edema pulmonar. Y es que la ameba 'comecerebros´ tiene una tasa de mortalidad estimada de un 95%, según el INSHT.
Las personas que fallecen por la 'naegleria fowleri' suelen hacerlo entre 7 y 10 días después de la infección. La rapidez con la que avanzan los síntomas complica la labor de los médicos y hace que muchos casos se diagnostiquen posmortem.
Como no hay forma de eliminar esta ameba de los cuerpos de agua dulce, en áreas más cálidas donde esta infección ha sido más común, se recomiendan ciertas precauciones.
La única forma de prevenir la infección de esta ameba es evitar nadar en cuerpos de agua dulce, según el comunicado. Si se quiere nadar en agua dulce, es recomendable no poner la cabeza bajo el agua o usar pinzas nasales para no permitir que el agua suba por la nariz.
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