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Microbiota intestinal y depresión, ¿qué las relaciona?

Microbiota intestinal y depresión, ¿qué las relaciona?
Pilar Pereira

08 de diciembre 2022 - 06:00

La depresión, y en general las enfermedades mentales, son la pandemia silenciosa del siglo XXI. De hecho, el crecimiento de este tipo de afecciones es tal, que el 12,5 % de los problemas sanitarios tiene que ver con algún tipo de trastorno mental, una cifra que supera a enfermedades como el cáncer o los problemas cardiovasculares, tal y como desvela el portal especializado Comunica la salud mental.

Pues bien, un reciente estudio podría arrojar luz sobre el desarrollo de cuadros depresivos, vinculando características presentes en la microbiota intestinal de personas con depresión con este tipo de afecciones.

¿Cómo se relaciona la microbiota intestinal y la depresión?

Dos artículos publicados en la revista Nature Communications han desvelado la asociación descubierta entre un determinado grupo de bacterias intestinales y los síntomas depresivos. De esta forma, los investigadores encargados de la investigación han conseguido determinar microorganismos específicos que podrían estar involucrados en la síntesis de mensajeros químicos de gran importancia en la depresión.

Con estos datos, este grupo de investigadores trabaja en la hipótesis de que el microbioma intestinal pudiera desarrollar un papel fundamental dentro de cuadros depresivos. José Manuel Fernández-Real, jefe del grupo de Nutrición, Eumetabolismo y Salud del IDIBGI y del CIBEROBN, catedrático de Medicina de la Universidad de Girona y jefe de Sección de Endocrinología del Hospital Dr. Josep Trueta, aclara para Science Media Center que "en los dos estudios se analizan relativamente grandes poblaciones de sujetos y esto es una de sus principales fortalezas. En uno de ellos, se hace con población multiétnica, lo que ayuda a analizar la consistencia de las observaciones en diferentes poblaciones". Esto es de vital importancia, puesto que tanto este microbioma como los síntomas depresivos varían en función de la etnia.

Por ello, el grupo de investigadores tomaron a 3.211 personas para la cohorte de microbiomas del estudio, todas ellas pertenecientes a seis etnias diferentes, pertenecientes a diferentes zonas urbanas. Con los datos de la microbiota de cada participante, los autores lograron determinar una firma microbiana predictiva de la depresión, la cual incluso se mantenía imperturbable en todos los grupos étnicos.

"Este es un tema muy interesante y en plena progresión. Los resultados no son extraordinariamente novedosos (solo en una pequeña parte), pero confirman los cambios en el microbioma ya descritos y lo hacen en una muestra de las más amplias hasta la fecha. Además, lo hacen midiendo la gravedad de los síntomas depresivos y controlando por la coexistencia de otras patologías y los efectos del tratamiento", ha declarado a Science Media Center Eduard Vieta, director científico del Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (Cibersam), jefe de Servicio de Psiquiatría y Psicología del Hospital Clínic de Barcelona y profesor en la Universidad de Barcelona.

De este modo, los autores lograron conocer el hecho de que estas bacterias influyen en la creación de mensajeros químicos relacionados con síntomas depresivos. "Se identifican cambios en las poblaciones bacterianas de las personas con depresión relacionados con microorganismos que producen glutamato y serotonina, entre otros neurotransmisores, que precisamente son de gran relevancia en la depresión. Además, estos cambios se mantienen más allá de las diferencias culturales, genéticas y de estilo de vida de distintos grupos étnicos. A pesar de la amplia muestra, algunos análisis no se han podido replicar pero, en mi opinión, supone un paso adelante en la comprensión de los cambios inflamatorios asociados a la depresión y de la conexión entre nuestra flora digestiva y el funcionamiento cerebral", certifica Eduard Vieta.

"La implicación que tienen estos trabajos es que debemos añadir la microbiota intestinal como un factor más en la causa de la depresión. Se sugiere que es una causa orgánica relacionada con la producción/degradación de neurotransmisores por parte de las bacterias del tracto intestinal. A pesar de que estas teorías ya existen desde hace tiempo, por el momento no se ha incorporado el estudio de la microbiota dentro de la práctica clínica, también porque las herramientas que tenemos para modularla son escasas. Por el momento no podemos utilizar antibióticos por la alta presión de resistencia, los probióticos tienen una utilidad dudosa y el trasplante fecal no está autorizado para este tipo de patologías", confirma Rosa del Campo, investigadora en el Hospital Ramón y Cajal, de Madrid, y miembro del Grupo Especializado para el Estudio de la Microbiota Humana de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc-Gembiota), en declaraciones al mismo medio.

No obstante, para la investigadora aún queda trabajo por hacer y suponen algunas dificultades: "Se basan en la composición de la microbiota. A través de los datos que han obtenido se infiere la producción/degradación de neurotransmisores, pero no se ha determinado la concentración de dichos neurotransmisores en heces o en suero, lo que sería fundamental para demostrarlo. Todos estos estudios se basan en el ADN de las heces para conocer la composición de las bacterias y a partir de ese dato se infiere la funcionalidad de esas bacterias, pero es necesario conocer el metaboloma final. Todavía es muy pronto para hablar de tratamientos. Por una parte, hay indicios de que una dieta equilibrada (por ejemplo, la dieta mediterránea) puede mejorar la salud mental, aunque no es un tratamiento adecuado por sí solo para la depresión mayor".

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