Lecanemab, todo lo que debes saber sobre el fármaco más eficaz contra el alzhéimer hasta la fecha
Investigación
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El alzhéimer supone la verdadera epidemia estructural del S.XXI. Una enfermedad que avanza a pasos mucho más rápidos que investigación para frenarla o contrarrestar sus efectos. Se trata de un camino que está plagado de fracasos, desesperación y decepción, con numerosos intentos que se han movido entre la esperanza y la polémica. En parte, las nuevas fronteras de los tratamientosnuevas fronteras de los tratamientos han cambiado su rumbo por las últimas investigaciones que apuntan a otras teorías sobre su origen y el desencadenante de la enfermedad. Esto provocó incluso que Biogen retirara el apoyo comercial al único y polémico fármaco aprobado para este endémico mal, Aducanumab.
Ahora, meses después, una publicación en la revista médica The New England Journal of Medicine muestra los resultados del ensayo clínico en fase 3 que analiza la seguridad y eficacia del fármaco experimental contra el alzhéimer Lecanemaben. Los datos confirman su eficacia en la ralentización del deterioro cognitivo y muchos expertos ya lo aventuran como un punto de inflexión triunfal. Hasta la fecha, los tratamientos se administraron demasiado tarde, cuando el daño cerebral ya era severo, o el péptido beta-amiloide péptido beta-amiloideno era la causa de la enfermedad, sino un factor secundario. Sin embargo, Lecanemab es la primera molécula que muestra un beneficio estadísticamente significativo en pacientes con enfermedad de Alzheimer temprana. Aquí te contamos todo lo que debes saber sobre su seguridad y puesta en marcha.
¿Cómo funciona?
Lecanemab es un anticuerpo monoclonal. Los anticuerpos monoclonales intentan imitar los anticuerpos que nuestros cuerpos producen naturalmente cuando nuestro sistema inmunológico reacciona a sustancias extrañas o vacunas. En este caso, está producido por un solo clon de linfocitos B humanizado. La molécula original procedía de ratones y se modificó para reforzar su efecto en personas– que se une con gran afinidad a las protofibrillas solubles del péptido beta amiloide.
Así, es responsable de eliminar los depósitos de amiloide, pero a diferencia de otros fármacos como Aduhelm, se dirige a las formas de amiloide que aún no se han formado, lo que significa que actúa antes de que se formen grandes placas para prevenir el desarrollo de este tipo de demencia. De esta manera, mediante la unión de este anticuerpo a la beta amiloide provoca su eliminación para evitar que se destruyan células nerviosas.
Resultados del estudio
El estudio involucró a 1.795 voluntarios de 50 a 90 años con enfermedad de Alzheimer en etapa temprana, demencia o deterioro cognitivo leve. En cada uno de ellos se detectó el péptido beta-amiloide, una molécula formada por decenas de aminoácidos asociados a las enfermedades neurodegenerativas antes mencionadas. La mitad de los pacientes recibieron placebo y la otra mitad Lecanemab, realizándose la selección en cada grupo de forma aleatoria.
El estado clínico de los pacientes se evaluó 18 meses después del inicio del tratamiento. Por otro lado, ni los participantes ni los investigadores sabían lo que estaba recibiendo cada participante (técnica conocida como "doble ciego").El ensayo demostró que los pacientes que recibieron el fármaco tuvieron una progresión de la enfermedad un 27% más lenta tras 18 meses de tratamiento que los que recibieron un placebo, según el estudio presentado este martes. Además, los pacientes presentaron hasta un 31% menos de probabilidad de progresar a las siguientes fases de la enfermedad en el tiempo que duró el estudio.
Eso sí, la magnitud de la ralentización, aunque estadísticamente significativa (no es probable que se deba al azar), fue pequeña: una reducción de 0,45 en una escala de 18 puntos. Por ello, uno de los principales desafíos es si su beneficio clínico será significativo en un tiempo más prolongado.
Bart De Strooper, director del Instituto británico de investigación sobre la demencia, aseguró que supone una opción 'verdadera' en el tratamiento futuro del alzhéimer. Sin embargo, apuntó que habrá que esperar a que los resultados ''se hagan más evidentes en un periodo de tiempo más largo''.
Lo que sí parece confirmarse es que la acción del amiloide es solo una herramienta dentro de un espectro de actuación mucho más complejo en la progresión del alzhéimer. En el estudio los niveles de amiloide cerebral se redujeron por debajo del umbral necesario para un diagnóstico positivo de alzhéimer. Sin embargo, los marcadores de muerte de las células cerebrales no se vieron afectados.
En este sentido, el sistema inmune y la inflamación están fuertemente vinculados a la enfermedad y otra proteína tóxica llamada tau es una que se encuentra donde las células actualmente se están muriendo. Ahí también señalan que han de ponerse esfuerzos para hallar futuros y eficaces tratamientos.
Efectos adversos
En total, 17,3% de los pacientes que recibieron lecanemab sufrieron hemorragias cerebrales, frente a 9% de los pacientes del grupo placebo. Pese a que la frecuencia de hemorragias mayores en el cerebro es muy reducida en ambos grupos, aunque seis veces mayor en el de lecanemab; 0,6% frente a 0,1% Incluso un paciente murió de una hemorragia cerebral después de recibir lecanemab, citando una posible interacción con su medicación anticoagulante. Asimismo, un 12,6% de los pacientes tratados con lecanemab sufrieron edemas cerebrales contra solo 1,7% en el grupo placebo.
Raquel Sánchez-Valle, jefa de Servicio de Neurología del Hospital Clínic de Barcelona, ha detallado además que un 21,5 p de los tratados con Lecanemab presentaron alguna de las alteraciones en resonancia magnética que se han relacionado con amiloide (ARIA), frente a un 9,5 por ciento en la rama placebo. Estas alteraciones, además, fueron más frecuentes en los portadores del genotipo e4 del gen APOE. Según la experta, esto indica que, "si bien estas alteraciones pueden aparecer espontáneamente en pacientes con enfermedad de Alzheimer, este tratamiento antiamiloide aumenta su frecuencia, especialmente en los pacientes genéticamente más susceptibles".
Según la experta, "Estos efectos son en mi opinión relevantes y requieren monitorización estrecha del fármaco, especialmente los primeros meses, y conocimiento por parte de los pacientes que reciban el fármaco, pero no creo que per se sean un motivo, en este momento, para evitar su uso", ha concluido Sánchez-Valle. Asimismo, en aquellos pacientes más susceptibles habrá que individualizar el tratamiento y las dosis administradas.
En cuanto a la tasa global de mortalidad es casi la misma en los dos grupos: 0,7% en las personas que recibieron lecanemab, 0,8% para aquellas que recibieron el placebo. Por su parte, el desarrollador del fármaco, Eisa, declaró a Science: ''Toda la información de seguridad disponible indica que el tratamiento con lecanemab no se asocia a un mayor riesgo de muerte en general ni por ninguna causa específica''.
Con estos datos, Eisai y Biogen ya presentaron una solicitud por vía rápida que la Agencia Federal de Medicamentos de EE UU (FDA) analizará en enero de 2023.
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