Impétigo, cómo diferenciar la infección cutánea en niños que se confunde con la viruela del mono
Cuando las lesiones de la viruela del mono se convierten en costras, se parecen a las observadas en el impétigo en niños
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La viruela del monoviruela del mono ya roza los 16.000 casos en Europa desde que se alertara de los primeros en Reino Unido el pasado mes de mayo. Los casos continúan en aumento, incluso en poblaciones más vulnerables como los niños, por lo que la OMS decidió declararla hace unas semanas emergencia sanitaria internacional. Eso implica activar la máxima alerta sanitaria, la segunda en dos años y medio (también se declaró con el coronavirus). Esta enfermedad cutánea endémica de África, se manifiesta con la aparición de un sarpullido en la piel que evoluciona a ampollas con costra en su desarrollo a lo largo de las semanas. Estos síntomas pueden llegar a confundirse con otras enfermedades que también causan lesiones cutáneas en la piel, como la que nos ocupará en este artículo: el impétigo, una afección de la piel común en niños.
El impétigo es una infección bacteriana de la piel, habitual sobre todo en niños pequeños de 2 a 6 años, que puede producir ampollas o llagas en cualquier parte del cuerpo, normalmente de tono amarillento, pero lo más común es que aparezcan en la cara (alrededor de la nariz y la boca), el cuello, las manos y la zona que cubre el pañal. Estas lesiones están causadas por uno o ambos de los siguientes tipos de bacterias: Streptococcus del grupo A y Staphylococcus aureus.
Se conoce que el impétigo es más común en las regiones donde los veranos son cálidos y húmedos, algo muy común en muchas zonas de nuestro país. Es contagiosa, prevenible y controlable con antibióticos, pero debemos tener cuidado con el contacto estrecho en personas que la padezcan (sobre todo en escuelas y guarderías) para evitar el contagio.
Diferencias con la viruela del mono
Los síntomas de esta enfermedad incluyen llagas rojas que pican, y que se abren y supuran líquido transparente o pus durante algunos días. Esto también es muy común en la viruela del mono, de hecho cuando las lesiones de viruela del mono se convierten en costras, es posible que se parezcan a las del impétigo.
En las ocasiones en las que esta afección cutánea se manifiesta con ampollas, tomando el nombre de impétigo ampolloso, las lesiones son pruriginosas (al igual de las pústulas de la viruela del mono). Además, hay que tener en cuenta que las lesiones de viruela se pueden sobreinfectar, dando aspecto de impétigo secundario.
Sin embargo, una de las diferencias más evidentes es lo que las desencadena. Mientras que la viruela del mono está causada por un virus virusy es de origen zoonótico, el impétigo está causado por bacterias que infectan la piel aprovechando distintos tipos de heridas. Por tanto, esta bacteria contagiosa generalmente infecta la piel que ya está dañada.
Por otro lado, dista de la viruela símica en que raramente produce fiebre y no siempre genera inflamación de los ganglios. Además, suelen aparecer con mayor frecuencia en la boca, con pequeñas llagas rojizas o similares a una espinilla rodeadas por piel enrojecida. Mejoran por sí solas y suelen tener solución con crema antibiótica, algo que no sucede con la viruela del mono que requiere de un fármaco antiviral o el uso de vacunas.
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