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La palabra grasa generalmente está asociada con un concepto negativo y, en parte es así, porque hay grasas malas, pero también hay grasas buenas como la grasa parda o la grasa marrón. ¿Sabías que si la activamos podemos lograr perder peso?
La grasa marrón se encuentra en algunas partes del cuerpo muy específicas, es una reguladora de la temperatura y tiene una influencia en el proceso metabólico. Veamos con más detalle qué funciones ejerce la grasa parda y, a partir de ahí, fomentar su aparición.
La principal función de la grasa parda o tejido adiposo pardo es la generación de calor, más técnicamente llamado termogénesis. Es un mecanismo que tenemos y que es fundamental para mantener la temperatura corporal en condiciones de frío extremo. Cuando el cuerpo se expone a bajas temperaturas, la grasa parda se activa para producir calor y así contrarrestar el descenso de la temperatura ambiental, por lo que tiene un papel esencial en nuestro cuerpo.
Otra función que tiene es la de regular los niveles de glucosa en sangre y mejorar la sensibilidad a la insulina, por lo que cumple un papel esencial en el proceso metabólico, ya que la insulina es una hormona crucial en el metabolismo de la glucosa porque facilita que las células puedan absorberla y utilizarla como fuente de energía. Esto quiere decir, que si hay una mayor sensibilidad a la insulina se puede prevenir la acumulación de glucosa en sangre, lo que, a su vez, reduce el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 y otras enfermedades metabólicas.
Como tiene la función de calentar, ayuda a quemar calorías sobre todo cuando hacemos deporte en los que estamos expuestos a temperaturas frías. Por ejemplo, si practicas natación en invierno. Así que una manera de activarla es practicando este u otros deportes similares. Aquí hay un dato importante en el que han hecho un descubrimiento a través de un nuevo estudio los grupos de investigación del profesor Jan-Wilhelm Kornfeld de la Universidad del Sur de Dinamarca y del Centro Novo Nordisk para la señalización de adipocitos (Adiposign) y Dagmar Wachten del Hospital Universitario de Bonn y la Universidad de Bonn (Alemania).
Han averiguado que la grasa parda se puede activar mediante la exposición al frío. Aseguran que cuando se activa, mejora la tasa de metabolismo de los adultos ya que a medida que envejecemos vamos perdiendo grasa marrón, por lo que nuevamente puede ayudar a estabilizar la pérdida de peso en condiciones donde la ingesta de calorías es alta o demasiado alta. ¿Y cómo se podría hacer? El estudio no solo identificó AC3-AT, que es una forma más corta y previamente desconocida de la proteína AC3, sino que también identificaron otras versiones de genes/proteínas desconocidas que responden a la exposición al frío, de forma similar al AC3-AT.
La grasa parda se distribuye por varias partes muy específicas del cuerpo, siendo las principales zonas donde se concentra:
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