Glúcidos: qué son y cómo afectan a la pérdida de peso

Bajar de peso tiene diversos beneficios para la salud, como bajar la presión arterial, la diabetes o mejorar la sensación general de bienestar. Los científicos apuntan a dos métodos más eficaces para bajar de peso: el primero es comer menos en general y el segundo comer menos carbohidratos, también conocidos como glúcidos. Hay otras opciones como activar la hormona leptina para perder peso o recurrir al Glucomanano: los sobrecitos de Mercadona que sacian el apetito y ayudan a perder peso pero los expertos prefieren poner el énfasis en los glúcidos ¿Por qué ingerir menos glúcidos provoca pérdida de peso? Aquí os lo explicamos.

La principal función de los glúcidos o hidratos de carbono es aportar energía al organismo. El cerebro y el sistema nervioso solamente utilizan glucosa para obtener energía para evitar la presencia de residuos tóxicos en las células nerviosas y conseguir un mejor funcionamiento del cuerpo.

El cuerpo tiene muchos sistemas que regulan cuánto peso se gana, pero hay una hormona principal de almacenamiento en el cuerpo: la insulina. Una de sus funciones es almacenar la energía que obtenemos para después usarla. La secreción de ínsula se acelera cuando tomamos carbohidratos y, en menor medida, proteínas. Así, cuanto menos glúcidos consumes, menos energía tenemos y más grasas se acumulan en el cuerpo.

Carbohidratos, calorías y pérdida de peso

Los carbohidratos simples los encontramos en leche, frutas y verduras y los simples procesados en los zumos, dulces, azúcar y cereales. Hay que tener en cuenta un aspecto importante: comer carbohidratos simples antes de hacer cualquier tipo de actividad intensa es beneficioso para el cuerpo, pero hacerlo de una forma sedentaria puede terminar por derivar en un aumento de peso.

Los carbohidratos, las calorías y la pérdida de peso están muy relacionados. Los glúcidos con muchas calorías tienen también mucha energía. Comer glúcidos completa el aporte calórico necesario para el cuerpo rápidamente. Ahí entra en juego la grelina, la hormona del hambre que regula el apetito. Los niveles circulantes de esta hormona aumentan durante el ayuno. Además, modula la secreción de insulina.

Y es que, cuando lo que se busca es perder peso, lo importante es limitar la alimentación de glúcidos a los que menos insulina segregan, descartando los carbohidratos procesados.