La ventana
Luis Carlos Peris
Perdidos por la ruta de los belenes
Investigación y Tecnología
La Navidad es una época de excesos en la que compramos cantidad de comida y cuando acaban las fiestas nos encontramos con que nos sobra todo lo que hemos comprado de más y no sabemos qué hacer con tantas cosas. Muchas veces o bien nos la comemos casi por obligación y tenemos hasta cierto malestar, o bien acaba la mayoría en la basura.
Es conveniente usar el sentido común a la hora de hacer las compras navideñas y pensar que las diferentes comidas que preparamos en Navidad suelen ser productos que solo comemos en estas fechas, así que de poco sirve tenerla después. Para poner un poco de orden y solución a todo esto, exponemos algunas pautas sobre cómo conservar los alimentos en Navidad con la idea de no desperdiciar comida, ni comer por comer, sino usar lo que vayamos a comer y en el tiempo que toca.
Es importante que mantengamos la higiene tanto en nuestras manos para manipular los alimentos como en los utensilios que vamos a utilizar para preparar las comidas. Así evitamos la contaminación cruzada y pueden mantener su estado de conservación por más tiempo.
Compra calidad, especialmente, en los alimentos perecederos como las carnes, pescados o mariscos, tan habituales en las mesas navideñas. En este sentido, es conveniente tanto cocinarlos bien a una temperatura superior a los 70º como conservarlos a una temperatura refrigerada por debajo de los 4º. Emplea la misma norma, si vas a ocupar tu frigorífico con lácteos y ensaladas para cuidar tu alimentación durante la Navidad. Por otra parte, utiliza recipientes herméticos para evitar la contaminación cruzada y para que los alimentos permanezcan lo más frescos posible durante más tiempo.
Congela los alimentos que no vayas a comer ese mismo día como los pescados, mariscos y carnes. Asegúrate de utilizar envases herméticos o bolsas para congelar adecuadas para evitar la formación de cristales de hielo y la pérdida de calidad. Cuando vayas a consumirlos, deben estar bien descongelados y recuerda que no se pueden volver a congelar.
Guarda los alimentos justo después de terminar de comer en recipientes donde queden protegidos de los agentes del ambiente que pueden deteriorarlos. La Navidad es una época de largas sobremesas donde la conversación es la protagonista y muchas veces estamos tan a gusto que nos olvidamos de guardar los alimentos en el tiempo que toca y algunos no pueden estar a temperatura ambiente. Para tener mayor seguridad de si puedes volver a comer un alimento, observa el aspecto que presenta sobre todo en el color, textura y olor.
Ten en cuenta la fecha de caducidad de los productos y consume aquellos que se estropeen antes y guarda los que caduquen más tarde. Así evitarás desperdiciar alimentos. En el caso de que hayas tirado el envase o sea un alimento cocinado, ponle una etiqueta con la fecha en la que lo preparaste. Así llevarás un control.
En Navidad, muchos alimentos enlatados y envasados están disponibles. Así no te arriesgas a que haya contaminación cruzada, que pierda frío o que puedan estar en mal estado. Los alimentos envasados también son una buena opción si no quieres preparar comida de más. Aunque para esto, lo más inteligente es comprar solo la cantidad que preveas que vas a necesitar. Elabora menús y planifica tus compras y si sobra, reutiliza la comida para elaborar nuevas recetas.
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