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Al hablar de colesterol normalmente nos referimos a un tipo concreto: las lipoproteínas de baja densidad, el que se conoce como colesterol malo, del que tanto avisan médicos y televisiones. Un exceso de los niveles de este tipo de colesterol puede causar problemas de salud, aumentando, como bien se sabe, el riesgo de sufrir un accidente cardiovascular, por una reducción del riego sanguíneo por culpa de la acumulación de colesterol en las arterias.
Para evitar estos problemas y diminuir los riesgos derivados del colesterol, se han de reducir sus niveles en sangre, lo que muchas veces implica que la persona afectada deberá cambiar sus hábitos alimenticios y de ejercicio, entre otras cosas. Pero además, se puede acompañar este cambio hacia una vida más saludable con un medicamento que ayude a reducir la presencia de las lipoproteínas de baja densidad en el cuerpo. Uno de ellos es conocido como ezetimiba.
La ezetimiba pertenece al grupo de medicamentos conocidos como reductores del colesterol y actúa evitando la absorción de este tipo de colesterol en el intestino. Además, se puede usar como tratamiento junto con los cambios de hábitos y alimentación ya mencionados, pero también puede ir en combinación con otro tipo de medicamentos para controlar el colesterol malo en sangre, como son los inhibidores de la reductasa de la HMG-CoA, como la simvastatina u otras estatinas, como se indica desde el prospecto.
También puede recetarse para aquellas personas con hipercolesterolemia familiar homocigota, una enfermedad hereditaria que aumenta el colesterol en sangre. En ocasiones la ezemitiba puede ser recetada junto con estatinas y otros tratamientos.
Cuando se receta ezetimiba para tratar el problema de colesterol se pedirá que el paciente siga una dieta baja en grasa y colesterol. Es importante seguirla para que el tratamiento vaya por buen camino. Por ello, puede ser buena idea pedir consejo a un nutricionista si el médico no aporta un menú o si se tienen problemas a la hora de seguir esas pautas.
Es importante avisar a su médico antes de comenzar el tratamiento con ezetimiba si se está embarazada o de si se tienen problemas hepáticos. También se ha de dar parte si se tienen otros problemas de salud y se toman medicamentos, especialmente si llevan alguno de los siguientes principios activos:
Cuando se inicia el tratamiento con ezetimiba se puede sufrir dolor abdominal, diarrea, gases y cansancio. De forma poco frecuente, se pueden producir aumento del nivel de las transaminasas del hígado o tensión alta y sofocos, así como dolor en las articulaciones, el cuello o el pecho, espasmos musculares y disminución del apetito.
Los posibles efectos adversos pueden cambiar si se toma ezetimiba en conjunto con otro medicamento, por lo que es aconsejable consultar el prospecto y al médico o farmacéutico para resolver las posibles dudas.
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