"Romper el contacto cero en San Valentín se hace desde el anhelo, buscando algo que, respecto a la realidad, no va por ese camino "
Leticia Martín Enjuto / Psicóloga sanitaria forense
Su pasión por la psicología ha sido un motor constante en su dilatada carrera profesional, asegura que es absolutamente básico saber qué tuvimos para saber qué estamos dispuestos a ofrecer y que sabiendo lo que no hay que hacer se encuentra el camino del sí
- ¿Hay más casos de ruptura a principios de año?
- El hecho de haber pasado tanto tiempo juntos en Navidad, pasa como en verano. No estamos acostumbrados a estar tanto tiempo en contacto, en reuniones con la familia, una parte que tiene que ver con la economía. Por lo tanto, a principios de año, sí que, por diferentes factores que se desencadenan, suelen aumentar las visitas en las consultas.
- ¿Cuáles son las razones más frecuentes de ruptura?
- Yo diría, no entenderse y esperar que mi pareja vaya a obrar conforme a nuestras expectativas las cuales no están alineadas. Cuando se produce una ruptura, primero hay una primera ruptura emocional que marca esa diferencia entre las expectativas de cada uno que es lo que termina por separar a muchas parejas.
- ¿San Valentín es un día de reconciliación para muchas parejas?
Sí. En fechas señaladas como un cumpleaños o, en este caso, San Valentín se llevan a cabo de nuevo el contacto entre los miembros de la pareja que no lo tenía y pueden surgir nuevas oportunidades de volver. Pero eso supone un peligro porque la pareja que ha decidido tener un contacto cero y lo rompe en estas fechas, no lo hace desde el ánimo de estar con el otro, sino que se hace desde el anhelo buscando quizás algo que, respecto a la realidad, no va por ese camino.
- ¿Somos adictos al dolor y al sufrimiento dentro de la pareja?
La relación entre el dolor y miedo no terminan de encontrar su ubicación. Se repiten patrones que se vivieron a edades tempranas y, desde el apego, hemos aprendido qué es el lenguaje del amor. Existen cinco lenguajes del amor. Es interesante saber de dónde viene el dolor y haber estado inmerso en una dinámica de dolor, se tiende a normalizar muchos aspectos por otras experiencias previas. También ahí es importante conocer el tema de los límites, es decir, si no ha hecho falta ponerlos, ver si somos capaces de ponerlos. El dolor atrae al dolor. Dentro de una relación, se tiene miedo por diferentes razones: miedo a no estar a la altura, miedo a no estar protegido, miedo a no ir por donde yo pretendía...
- A la hora de llevar un tipo de relación u otra, ¿repetimos patrones de generaciones anteriores?
- Depende de si el tipo de relación ha sido una relación vertical o horizontal. Por ejemplo, en la vertical, qué dinámica ha sido la que hemos percibido, qué era lo que establecían ciertas jerarquías en la vivienda, o si hemos sido criados en un ambiente horizontal de opiniones democráticas en las que las decisiones se respetaban. Las edades tempranas van a ser determinantes en cómo a posteriori nos vamos a relacionar. Van a hablar mucho nuestras heridas porque cuando algo de, algún modo, nos impacta y se ha generado tiempo atrás, cuando estamos en una relación, nos va a conectar con nuestras heridas y, en base a ello, reaccionamos.
- ¿Influye la manera en la que nos han educado en el amor a la hora de llevar una relación de pareja?
Es absolutamente básico saber qué tuvimos para saber qué estamos dispuestos a ofrecer. Se crean ciertos automatismos que no tenemos muy claro por qué se nos inculcó. No solo de la familia, sino de amistades o círculos familiares más extensos. Hay más conductas en las que, hoy en día, encontramos ciertos paralelismos con los que hemos vivido. El ser humano nace muy indefenso, por lo tanto los referentes que tengamos a esas edades más tempranas van a ser determinantes. Hay también un componente de aprendizaje. Por un lado, hay personas muy resilientes que tienen una buena capacidad de adaptación y de entender que aquello no era lo más correcto. Hay un porcentaje que entiende que eso fue así y otro que ha aprendido cómo no se debe relacionar y establecen las dinámicas de cómo no habría que hacerlo. Si sabes cómo no tienes que hacerlo, encuentras el camino del sí. El aprendizaje es lo que te desmarca de aquello que no te ha hecho tanto bien.
-¿Se puede "quedar como amigos"? ¿Qué hay detrás de esta frase?
-Tiene una doble lectura en base a la relación madura que se haya podido llevar. Hay personas que piensan que mi bioquímica del cerebro no me permite verte como amigo. Esto no quiere decir que sienta el amor del principio. Dependerá de hasta qué punto esté de sana la herida, hasta qué punto se llega a un entendimiento para poder vernos desde otro prisma. En el corto plazo, es complejo y no es muy recomendable porque puede que nos confundamos. Opto por un periodo de latencia en el que nos separemos el tiempo oportuno para conocer hasta qué punto tenemos esa autonomía para poder vernos como dos seres distintos de la pareja. Hay una responsabilidad a nivel afectiva que puede ser positivo ya que, a fin de cuentas, es una persona con la que has compartido ciertas cosas y no quiero dejar de tenerla en mi vida. Esto puede encerrar un ánimo por una vuelta, pero todo irá en la línea de qué códigos habla la pareja. Las dos partes tienen que estar preparadas y nadie tiene que estar obligado a ello.
- ¿Se puede sostener la infidelidad?
Durante muchos años han llevado su doble vida y por mucho ánimo que tuvieran ha sido imposible mantenerlo. Al final, se acaba por demostrar sin querer porque nuestra cabeza no está ubicada en la relación y la atención no termina de ser la misma. La parte que está siendo infiel no lo achaca a la infidelidad, sino a que no hay conexión honesta consigo mismo. Va a depender un poco de la habilidad de la persona y de que perciba las señales porque las va a haber. Así que a la larga ese engaño no se sostiene porque, a fin de cuentas, la infidelidad es hacia uno mismo y no es sostenible para alcanzar la felicidad, ni tampoco para ofrecerla. Tenemos una corresponsabilidad afectiva para hacer una entrega real con el de enfrente con honestidad. Estar tranquilos y vivir en paz, no está pagado.
- ¿Se echa de menos por estar enamorado o hay otras razones?
- Te echo de menos tiene diferentes connotaciones que hay que saber ver qué hay detrás. Hay que saber si hay una necesidad real o por dependencia. Si ese echar de menos es por mi capacidad de decisión, por miedo, por abordar la soledad, por un vínculo afectivo, físico o emocional... Es importante ver qué hay detrás. Muchas veces hay un ánimo por vincularse a lo que se perdió hace tiempo, pero también hay miedo a soltar y la frase por excelencia es "te echo de menos". Hay una necesidad del rol que yo llevaba a cabo. No sabemos si era positivo, pero se ha generado un hábito. No echo de menos la pareja, sino que echo de menos a mí, a mi vida de antes, a la vivienda de antes, al desorden que creaba mi pareja... La otra parte tiene derecho a saber que se le echa de menos para saber desde dónde se echa de menos, si desde de un amor real o hay otras razones.
- ¿Se podría decir que echar de menos es "parte de una secuela emocional"?
- Se genera una ruptura y hay una añoranza que se convierte en un daño colateral. Es una manera de verbalizar algo que no termina de ser ese daño colateral, sino que es ese efecto negativo como parte del proceso. Es como vivir un duelo porque toda pérdida genera un duelo. Lo mismo que lo hay en la muerte de alguien querido, también lo hay en la pareja y este duelo forma parte de una pérdida que conlleva soltar y transitar por diferentes fases. Y una de ellas habla de esa añoranza.
- ¿Alguien con miedo al compromiso puede enamorarse?
- El miedo al compromiso crea una evitación absoluta porque la neuroquímica de nuestro cerebro no termina de funcionar dentro de los parámetros de apego. Va a ser una persona que va a poner mucha más resistencia y no se va a permitir tener un vínculo sano, ni tener esa responsabilidad porque hay un miedo al compromiso. Va a poner más distancia, pero el enamoramiento puede darse. Lo va a poner más difícil y la otra parte va a tener que entender que hay heridas abiertas. Todo parte de conocerse y saber de dónde viene ese miedo. Miedo a vincularse al compromiso, a ser dañado, miedo a no a estar a la altura, miedo a no lo voy a hacer bien. Como seres sociales que somos, está capacitado y podrá conseguir una relación sana, pero con mucha resistencia y con mucho trabajo de autoconocimiento de saber qué es lo que quiere. La evitación crea la resistencia. Cuando nos enfrentamos al miedo, tenemos una huida desde el impulso. Es un quiero llevar esto a la corteza prefrontal que es donde se ubica la parte de pensamiento para poder pensar y tener una explicación mayor de por qué huyo.
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