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Beneficios del ejercicio para retrasar el deterioro cognitivo

Investigación y Tecnología

Mantener un estilo de vida activo es fundamental para mantener la agudeza mental a lo largo de los años

Un estudio descubrió que correr prevenía y reducía la presencia de células T en el hipocampo durante el envejecimiento

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Beneficios del ejercicio para retrasar el deterioro cognitivo

La mente necesita estímulos para poder seguir funcionando y que no envejezca. ¿Alguna vez te has sentido bloqueado o "de bajón", te has ido a dar un paseo y a la vuelta, tu día parecía haber cambiado? No es magia, es el poder que tiene el movimiento físico, por pequeña que sea la actividad que hagas. Si se consigue este efecto con un simple break en el que te tomas un respiro al aire libre, imagínate lo que conseguirás a nivel mental con la práctica habitual de actividad física.

Ningún elemento es milagroso y hay cosas que son inevitables que sucedan. Por ejemplo, cuando la mente empieza a fallar porque hay daño, nadie lo puede parar, pero ¿no crees que mientras que esté en nuestra mano podemos hacer algo para retrasarlo?

Los beneficios del ejercicio físico se han probado de muchas maneras, pero realmente no había evidencias científicas que demostraran una relación directa. Ahora un nuevo estudio, elaborado de momento con ratones, ha podido certificarlo.

Una nueva investigación de la Universidad de Queensland, en Australia, publicada en Aging Cell y del que se ha hecho eco el portal Infosalus ha descubierto que el ejercicio revierte los patrones de expresión genética de la microglía envejecida a patrones observados en la microglía joven. Las microglías son células del sistema nervioso central que funcionan como elementos del sistema inmunológico, protegiendo al organismo de agresiones externas e internas.

Transformación de las células

El ejercicio físico, más allá de sus conocidos beneficios para la salud cardiovascular y la forma física, ha emergido como una poderosa herramienta para preservar la función cognitiva y retrasar el deterioro mental asociado con el envejecimiento. Estudios, como el publicado recientemente, respaldan la idea de que mantener un estilo de vida activo es fundamental para mantener la agudeza mental a lo largo de los años.

En esta ocasión, los científicos también descubrieron que permitir que los ratones tuvieran acceso a una rueda para correr prevenía y reducía la presencia de células T en el hipocampo durante el envejecimiento. Estas células inmunitarias no suelen encontrarse en el cerebro durante la juventud, pero aumentan con la edad.

Una de las formas en que el ejercicio beneficia la salud cognitiva es mediante la mejora del flujo sanguíneo al cerebro. Cuando nos comprometemos en actividades físicas, el corazón bombea más sangre al cerebro, lo que aumenta la entrega de oxígeno y nutrientes esenciales. Esto, a su vez, puede estimular el crecimiento de nuevas células cerebrales y fortalecer las conexiones neuronales, contribuyendo así a una mejor función cognitiva.

Mejor flujo sanguíneo, sin actividad intensa

El ejercicio también libera varias sustancias químicas en el cerebro, como las endorfinas y la serotonina, que están asociadas con una mejora del estado de ánimo, así como también la reducción del estrés y la ansiedad. Estos efectos positivos en el bienestar emocional repercuten indirectamente en la función cognitiva, ya que un estado de ánimo positivo se ha relacionado con un mejor rendimiento en tareas mentales y una menor incidencia de deterioro cognitivo.

Otro mecanismo a través del cual el ejercicio beneficia el cerebro es mediante la reducción de los factores de riesgo vascular, como la hipertensión arterial, la diabetes y el colesterol alto, las cuales no solo aumentan el riesgo de enfermedades cardiovasculares, sino también el riesgo de deterioro cognitivo y demencia en la edad adulta. Por lo que evitando estos factores de riesgo también se contribuye a proteger la salud del cerebro a largo plazo.

El ejercicio no tiene por qué ser extremadamente intenso para poder disfrutar de estos beneficios. Actividades como caminar, nadar, bailar o practicar yoga pueden tener un impacto positivo en la función cerebral. Lo crucial es mantener la consistencia a lo largo del tiempo y encontrar actividades que sean agradables y sostenibles a largo plazo.

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