Ayuno intermitente: posibles beneficios y cuáles son sus riesgos
Antes de poner en práctica el ayuno intermitente las personas interesadas deben consultar con un especialista que regule cómo se va a llevar a cabo esta práctica
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Se escucha hablar mucho del ayuno intermitente y algunas celebrities han dicho públicamente que llevan un tiempo poniéndolo en práctica pero… ¿Qué hay de cierto en todos los beneficios del ayuno intermitente de los que tanto se habla?
El ayuno intermitente es un patrón alimentario que consiste en alternar periodos de ingesta de alimentos con periodos de ayuno de forma más o menos estructurada y puede ponerse en práctica un tiempo o convertirse en un nuevo patrón alimentario y mantenerse toda la vida. Los periodos de ayuno suelen no ser inferiores a 12 horas.
Este modelo se contrapone al concepto clásico de reducción calórica, en el que se disminuye la cantidad de calorías totales ingeridas al día (que nunca debe llegar a una ingestión calórica inferior a entre 1.000 y 1.200 kilocalorías al día), ya que en el caso del ayuno intermitente, durante el tiempo de ingesta de alimentos, se come de forma saludable, pero no es necesario contar las calorías.
Hay diferentes formas de poner en práctica el ayuno intermitente, pero antes de decantarse por alguna de ellas, es fundamental consultar con un especialista.
Métodos de ayuno intermitente
- Ayunar 12 horas al día. Se realiza todos los días, se deciden las 12 horas que se van a ingerir alimentos y las otras 12 no se come nada. Es un método sencillo de cumplir, ya que la mayor parte del tiempo de ayuno coincide con el periodo de sueño.
- Ayunar 16 horas al día. Se deja un tiempo para alimentarse de 8 horas, se conoce como el método 16:8.
- Ayunar dos días a la semana. Esta dieta, conocida como 5:2, consiste en comer cantidades regulares de alimentos saludables durante 5 días y reducir la ingesta de calorías los otros 2 días (unas 600 calorías los hombres y alrededor de 500 en el caso de las mujeres). Generalmente, los días de ayuno no están seguidos, sino intercalados durante la semana.
- Ayuno en días alternos. En esta opción, se ayuna uno de cada dos días. En el día de ayuno puede consumirse una cantidad escasa de alimentos o solo tomar líquidos.
- Ayuno de 24 horas. Consiste en 24 horas sin consumir ningún alimento sólido en el periodo de una semana. Es decir, ayunar totalmente 1 de cada siete días. Este método es conocido como Eat-Stop-Eat.
- La dieta del guerrero. Es la forma más extrema de ayuno intermitente. Consiste en dejar una ventana para la alimentación de 4 horas diarias. El resto del tiempo, se pueden consumir un par de piezas de frutas o de vegetales crudos.
Beneficios del ayuno intermitente
Aunque se habla principalmente de la pérdida de peso como beneficio del ayuno intermitente, sus ventajas van mucho más allá. La base fisiológica del ayuno intermitente es que permite activar una serie de mecanismos propios para la obtención de la energía celular que, con nuestro patrón dietético de tres a cinco comidas al día, no se utiliza. Se necesitan al menos entre 8 y 12 horas de ayuno para que se activen estos mecanismos.
Los buenos resultados del ayuno intermitente para las personas que intentan adelgazar (aunque se sigue investigando), están relacionados con:
- Se utiliza mayoritariamente la grasa del tejido adiposo para obtener energía. Así, se reducen tanto sus reservas como el riesgo cardiovascular y metabólico a largo plazo.
- Los ciclos circadianos o el reloj biológico que rige el metabolismo y la modificación de la flora intestinal.
- El estrés nutricional que provoca el ayuno mejora la regulación de la glucosa y activa los mecanismos de autofagia o reparación celular.
Los beneficios del ayuno intermitente no relacionados con el peso son también muy amplios. Diversos estudios han encontrado una reducción de la inflamación, una mejora en el sistema cardiovascular y en el sistema nervioso central y también beneficios en enfermedades como la diabetes o el cáncer. Además, el ayuno intermitente reduce la presión arterial, los niveles de colesterol en sangre y la frecuencia cardíaca en reposo. Aunque todavía falta realizar estudios a largo plazo y comparando los distintos tipos de ayunos, lo que sí queda claro es que en nuestra salud no solo influye la cantidad y calidad de los alimentos que ingerimos, sino también la frecuencia y el momento del día en el que lo hacemos.
Posibles riesgos
Con respecto a los peligros del ayuno intermitente, están principalmente relacionados con practicarlo sin ningún tipo de control y prolongar el ayuno más de lo recomendado. En situaciones extremas, en los casos de largos periodos de tiempo de ayuno continuado con una reducción calórica muy significativa, se llega a una situación crítica en la que el organismo consume las proteínas de las que están compuestos los órganos y los músculos para obtener energía a causa de la inanición. Este estado determina una pérdida excesiva de peso, anemia, diarrea crónica, delirio y otras reacciones adversas que pueden llevar a la muerte.
Además, aunque los resultados del ayuno intermitente son positivos y no tiene efectos adversos en personas sanas, sí puede ser contraproducente practicarlo durante muchos días seguidos (la cantidad de días que se debe poner en práctica dependerá de las condiciones de cada persona y debe determinarla un especialista) en el caso de ayunos en los que se reducen mucho las calorías que se ingieren o se opta solo por líquidos, lo que puede desembocar en dolores de cabeza, desmayos, sensación de frío y cambios de humor, entre otros problemas.
Consejos
Si se está pensando en comenzar a practicar ayuno intermitente, lo primero que se deberías hacer es consultar con el especialista, que controlará la dieta y podrá aconsejar la mejor forma de llevarla para que no se resienta la salud.
Además, es fundamental que mantenerse hidratado, intentar no obsesionarse con la comida, que no se realicen actividades extenuantes durante los periodos de ayuno y que se elijan alimentos que sacien y sean ricos en nutrientes.
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