Visto y Oído
Francisco Andrés Gallardo
Directos
Investigación y Tecnología
Cada vez se está poniendo más de moda utilizar términos anglosajones para definir las diferentes formas de maltrato psicológico que se practican en las parejas. El ghosting es uno de los patrones de comportamiento que se repite con frecuencia. Eso de desaparecer de repente como si fuera un fantasma se está dando mucho en la era digital en las plataformas de citas.
Antes la persona desaparecía sin más, pero en algunos casos vuelve y para este comportamiento también contamos con una definición. Se trata del zombieing un término que sirve para definir esa vuelta de la persona (ligue o pareja) que hace su aparición despuéss de hacer ghosting y que vuelve como si nada hubiera pasado. Se le ha asignado este término porque "es como si hubiera resucitado de entre los muertos".
Es una práctica, como todas las demás, con la que hay que tener cuidado porque es bastante desconcertante y puede dejar a la otra persona sintiéndose confundida y frustrada. Así que es recomendable tomar algunas medidas preventivas para protegerte de este comportamiento y que tu bienestar emocional no se vea perjudicado.
Para superar el ghosting, la psicóloga Silvia Congost aconseja lo primero "aceptar que no le importas, luego que es una persona dañina, que la culpa no es tuya y, por tanto, no tiene ningún sentido darle vueltas a lo te prometió y, por último, que establezcas el contacto cero". Probablemente, llevar a cabo estas acciones no habrá sido nada fácil, dejando muy afectada tu autoestima.
La cosa no va a cambiar a su vuelta. Sigue siendo la misma persona y a ti puede crearte una desestabilidad emocional. Así que debes tener en cuenta:
Si ya superaste la etapa del ghosting, en la que esa persona despareció sin dar explicaciones, probablemente te resultará desconcertante su vuelta. "¿Qué querrá ahora?", te preguntarás. Los expertos te responden a esa pregunta con varios argumentos.
La psicóloga Valeria Sabater describe en la web La Mente es Maravillosa que "podríamos etiquetarlos como narcisistas. También como personas inmaduras y carentes de empatía. Sin embargo, en este tipo de comportamiento confluyen en realidad múltiples procesos. Uno de ellos es la fragilización de las relaciones. No es necesario tener ningún trastorno de la personalidad, más que recurrir al área clínica debemos verlo como un comportamiento social, un patrón cada vez más extendido".
Así que tiene lógica llamar zombieing a este comportamiento porque es literalmente así, un zombie que resucita de entre los muertos cuando tiene hambre y la persona lo practica porque hambre de alimentar su ego.
La psicóloga asegura que la víctima suele estar en una "postura complicada" y, en este sentido, recomienda que "no se abra la puerta" porque "su regreso nunca es casual ni inocuo, el zombi siempre reclama algo, siempre vuelve con hambre y es hábil a la hora de abrir cicatrices ya curadas". Y aconseja "no perder la perspectiva por muy tentado que estés".
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