La aldaba
Carlos Navarro Antolín
La sanidad funciona bien muchas veces en Andalucía
Desde que los teléfonos inteligentes llegaron al día a día de todos, su uso ha ido creciendo de forma exponencial, convirtiéndose no solo en dispositivos que se usan de manera diaria para mantenerse conectados si no casi en compañeros de vida. La multitud de beneficios y facilidades que aportan diariamente en casi todas las tareas de la vida es ampliamente conocida, pero su uso desmedido e irracional puede llegar a causar graves problemas como la nomofobia.
La nomofobia se entiende como un miedo o ansiedad extrema de un carácter muy poco racional que nace en el momento en el que una persona está durante un período de tiempo sin poder usar su dispositivo móvil. Esto puede ocurrir por no tenerlo a la mano, por no tener batería o no tener datos o wifi.
Los análisis de este tipo de miedo han concluido que puede ocurrir por cuatro factores principales que son la imposibilidad de comunicarse con otras personas, la perdida de conexión con la redes, la incapacidad para acceder a información al instante y la renuncia a la comodidad que aportan los móviles.
Los estudios recienten señalan que la nomofobia afecta negativamente a la personalidad, la autoestima, la ansiedad, el estrés o el rendimiento académico, generando más problemas de salud física y mental.
Existen algunas variables que podrían ser predictoras de un comportamiento nomofóbico. Las que más destacan la sensibilidad interpersonal, el comportamiento obsesivo compulsivo y la cantidad de horas diarias dedicadas a usar el teléfono móvil.
La edad también podría ser un factor que ayudara a aumentar este tipo de comportamientos, dándose de una forma especialmente frecuente en los adolescentes. Aunque los malos hábitos de vida como una mala dieta o la falta de sueño también influyen a la hora de generar esta fobia a estar desconectados del móvil.
Aunque aún faltan estudios que profundicen esta patología ya se ha situado como una de las patologías más comunes de la era digital. Los síntomas pueden ser Usar regularmente el teléfono móvil y dedicarle cada vez más tiempo, quitándoselo a otras actividades, llevar siempre un cargador contigo, sentirte ansioso y nervioso ante la idea de perder el propio teléfono, no tenerlo cerca, mirar de forma continuada la pantalla del teléfono, Tener pocas interacciones sociales cara a cara…
Para curar este tipo de patología lo mejor es la psicoterapia cognitivo-conductual, haciendo una terapia breve que incluya sesiones estructuradas y objetivos específicos. Así con este tipo de terapia se consigue aumentar la capacidad de concentración de la persona haciéndola más consciente de cuánto tiempo dedica al uso del teléfono móvil, el porqué de ese uso y hacerle ver que cosas se pierde por estar mirando una pantalla.
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