Infección por E. Coli: ¿Cómo se produce y qué riesgos tiene?

La carne picada cruda o poco cocida son alimentos en los que se puede desarrollar esta bacteria

Cuarenta y cuatro intoxicados por comer montaditos de pringá en una taberna de Córdoba

Los síntomas más comunes incluyen gases, malestar, diarrea, vómitos, dolor abdominal, acné y eczemas.
Los síntomas más comunes incluyen gases, malestar, diarrea, vómitos, dolor abdominal, acné y eczemas.

La delegación de Salud de la Junta de Andalucía en Córdoba investiga 44 casos de intoxicación alimentaria por un montadito de pringá de elaboración casera que los afectados habrían consumido en una taberna de la capital el pasado 4 de enero. La primera denuncia llegó al organismo territorial este lunes y desde entonces se ha inspeccionado el local, que permanece cerrado y todavía sin identificar. Según las muestras recogidas, el agente sospechoso es el E. Coli y Clostridium perfringens. Pero ¿qué es esta bacteria y cuáles son sus riesgos?

El contacto con animales y la contaminación cruzada, vías de contagio

La Escherichia coli (E. Coli) es una bactería que se encuentra normalmente en el intestino de los humanos y los animales de sangre caliente. Algunas de sus cepas producen la toxina Shiga, que pueden transmitirse al hombre a través del consumo de alimentos contaminados, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). La E. Coli productora de esta toxina puede crecer a temperaturas que oscilan entre 7ºC y 50ºC, con una temperatura óptima de 37ºC, en alimentos con una alta acidez (pH hasta 4,4) y una alta humedad en superficie.

Esta bacteria suele encontrarse en alimentos como la leche cruda o la carne picada cruda o poco cocida. Aunque el ganado bovino es el principal reservorio de este patógeno, se ha detectado la infección en otros mamíferos como ovejas o cerdos. La contaminación fecal del agua y otros alimentos, así como la contaminación cruzada durante su preparación son las principales vías de infección. Cabe recordar que el caso que afecta a Córdoba se debe a un montadito de pringá elaborado en el propio establecimiento.

La E. Coli productora de toxina Shiga se ha detectado en masas de agua, en los sedimentos de recipientes de agua o en el estiércol, de ahí que hayan aumentado los brotes relacionados con el consumo de hortalizas contaminadas durante su cultivo o manipulación. También puede transmitirse por el agua, ya sea agua de bebida contaminada o aguas de recreo.

Asimismo, los contactos entre personas pueden transmitir esta bacteria por vía oral-fecal. Otro factor de riesgo de infección se da en las visitas a granjas o cualquier otro lugares donde se pueda entrar en contacto directo con el ganado.

Diarrea e insufiencia renal aguda, principales riesgos

Algunos de los síntomas de la infección por E. coli son calambres abdominales y diarrea, fiebre y vómitos. El período de incubación varía entre 3 y 8 días y la mayoría de los pacientes se recuperan en el plazo de 10 días. En el caso de Córdoba, los 44 contagios se produjeron el 4 de enero, si bien la primera denuncia no llegó a Sanidad hasta el 13 de enero.

En los casos más graves puede producirse diarrea sanguinolenta o el síndrome hemolítico urémico (SHU), lo que puede derivar en accidentes cardiovascular, el coma o incluso la muerte. 1 de cada 4 pacientes con SHU sufren secuelas renales crónicas, generalmente débiles. Sanidad ha informado de que solo 3 afectados acudieron a los servicios sanitarios y una de ellas ha fallecido "sin que se haya podido confirmar que la causa sea el consumo de los alimentos relacionados con el brote".

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