El 90% de los casos de glaucoma se pueden evitar con diagnóstico precoz
Día Mundial del Glaucoma
Aparece de modo asintomático y es la segunda causa de ceguera en el mundo
Afecta en España a un 2% de la población mayor de 45 años y a un 3,5% de los mayores de 70
El glaucoma es la segunda causa de ceguera en el mundo. No se trata de una única enfermedad, sino de un grupo de enfermedades que provocan un daño progresivo e irreversible del nervio óptico. Aunque su prevalencia aumenta con la edad, suele aparecer a partir de los 40 años.
En España, y de igual forma en Andalucía, afecta a un 2% de la población mayor de 45 años y a un 3,5% de los mayores de 70 años. Esto supone que en nuestro país viven un millón de personas con glaucoma. El pasado jueves 12 de marzo se celebró el Día Mundial del Glaucoma y, aunque se trata de una patología de la que ya se tiene mucho conocimiento, la falta de síntomas iniciales siguen dificultando un diagnóstico precoz. Cuando podría resultar fundamental. En concreto, según datos de la Clínica Baviera, un 90% de la ceguera provocada por glaucoma podría evitarse con un diagnóstico precoz.
“Salvo en el caso del glaucoma por cierre angular agudo, en el que se produce un intenso dolor ocular, con ojo rojo, pérdida aguda de visión y náuseas o incluso vómitos, la mayoría de los glaucomas son cuadros asintomáticos hasta bien avanzada la enfermedad”, explica Inmaculada Gascón Ginel, oftalmóloga de la Unidad de Oftalmología del Hospital Vithas Granada. En esta línea, según la experta, la primera idea en la que hay que concienciar a los pacientes es en que “resulta fundamental someterse a revisiones anuales, especialmente a partir de los cuarenta años”.
De hecho, estas revisiones son aún más importantes “si se tienen factores de riesgo para el desarrollo de glaucoma como son la existencia de antecedentes familiares de glaucoma, hipermetropía, miopía elevada, traumatismos oculares previos, diabetes u otros factores implicados en la aparición y progresión de esta enfermedad (anemia, hipotensión arterial, patología carotídea, dislipemia y trombocitosis, entre otros)”, en palabras de Antonio Gascón Ginel, oftalmólogo del mismo hospital.
Diagnótico
Las líneas actuales de investigación permitirán establecer test específicos para la población de riesgo
Sin embargo, más allá de la concienciación de los pacientes, la investigación también avanza en la búsqueda de nuevas soluciones. Es el caso de las diferentes líneas de investigación de la Fundación de Investigación del Instituto Oftalmológico Fernández–Vega. En palabras de su principal investigador, el doctor Héctor González Iglesias, “en los últimos 10 años hemos llevado a cabo un estudio con muestra de sangre de pacientes y hemos logrado identificar una serie de proteínas, con las que ahora mismo podemos diagnosticar o diferenciar el 80% de los glaucomas más prevalentes”, y que, de momento en modelos animales, sirven como biomarcadores para predecir la enfermedad. Esta línea de investigación permitiría, en un futuro, establecer un test o screaning a través de muestras de suero, para toda la población en riesgo de desarrollar glaucoma, sobre todo en el caso de que existan antecedentes familiares.
Otra línea de investigación se centraría en la propia genética, en la que se estudian los genes que se relacionan con la probabilidad o no de que una persona pueda desarrollar esta enfermedad y, por otro lado, en si es posible editar estos genes, a través de la terapia génica, para tratar a estos pacientes en el futuro.
Frenar la pérdida visual
Mientras se siguen buscando mejoras en el diagnóstico, el reto a corto plazo de los pacientes no es otro que no avanzar en su pérdida visual. “Cuando el paciente es diagnosticado comienza una lucha para que el ojo no degenere y para que la vida cotidiana no se vea afectada demasiado por la enfermedad”, apunta Delfina Balonga, presidenta de la Asociación de Glaucoma para Afectados y Familiares (AGAF). Por otra parte, aunque la situación sanitaria es buena, muchos pacientes se encuentran un problema con los largos tiempos de las listas de espera, que pueden suponer un problema a la hora de no avanzar en la pérdida visual, sobre todo en casos más complejos y avanzados, si no son atendidos a tiempo, por lo que en ocasiones tienen que recurrir a los servicios de la Sanidad Privada.
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