Soy farmacéutica y te explico cómo puedes saber qué insecto te ha picado y cómo tratarlo
Lo mejor para tratar la mayoría de picaduras es lavar la zona con agua y jabón, aplicar frío local y utilizar una loción de calamina
Hay que estar pendiente de las picaduras de ciertos insectos, como las pulgas o las garrapatas, ya que pueden provocar enfermedades
Diez remedios caseros para las picaduras de mosquito
Parece como si los mosquistos, las arañas o cualquier otro insecto estuviesen esperando con ansias la llegada del verano para ponerse las botas. La explicación de por qué en los meses de calor pican más tiene que ver con que, al ser de sangre fría, necesitan cierta temperatura para reproducirse. Así lo explica Atida Mifarmacia, la farmacia online de referencia en España.
Al sentir ese molesto picor y ver en la piel una marca diferente a la del clásico mosquito, es inevitable preguntarse “¿qué es lo que me ha picado?”. Y lo cierto es que la variedad es muy amplia. Además de los ya citados, están las garrapatas, las pulgas, las abejas y hasta las temidas avispas. Por ello, desde Atida Mifarmacia ofrecen sus consejos farmacéuticos para saber qué te ha picado y cómo tratar la picadura.
La picadura más común: el mosquito
¿A quién no le ha pasado? Escuchar un zumbido en el mismo momento de apagar las luces y saber que esa noche ya no podrá dormir. Pues bien, el mosquito nos obsequia con la picadura más común. “Se manifiestan como pápulas que, aunque son indoloras, provocan picor intenso”, y tanto. Así las describen en Atida, al tiempo que aseguran que, “precisamente por ello, un error común es rascarse”. Esto sólo provoca la irritación e inflamación de la piel.
En este sentido, la farmacéutica y nutricionista Reme Navarro, sostiene que “las picaduras de mosquito se curan solas en unos días, pero si quieres acelerar el proceso lava la zona con agua y jabón, aplica frío local y usa una loción de calamina”. En el caso de reacciones muy severas, se puede optar por un corticoide tópico y tomar un antihistamínico oral.
Picaduras de chinche
Por si los mosquitos no fueran suficientes para estropear una noche de verano, en algunos casos encontramos chinches. “A menudo se confunden con las picaduras de mosquito, pero un detalle distintivo es que las picaduras de chinche tienden a estar alineadas y se producen en las zonas expuestas mientras duermes, como las nalgas o las piernas”, explica Navarro.
Pese a la incomodidad que representan, la farmacéutica afirma que no transmiten enfermedades y pueden ser tratadas de la misma manera que las de los mosquitos.
Pulgas y garrapatas, otra plaga de verano
El principal problema de las pulgas es que sí pueden transmitir bacterias, como el tifus. Por eso no está de más tratar de distinguirlas de las anteriores y vigilar si aparecen síntomas adicionales. En palabras de Navarro, “las picaduras de pulga son más grandes y repetitivas. Un truco para diferenciarlas es presionar la picadura. Si se blanquea y el picor aumenta, probablemente sea una pulga”.
En el caso de las garrapatas, son muy fáciles de reconocer. “Se adhieren a la piel causando una pápula que no pica ni duele. Como pasa con el aguijón de abeja, es crucial retirar la garrapata de la picadura. Para ello, hay que usar una pinza de punta fina y tirar suavemente. Luego limpia la zona con agua y jabón, y aplica un antiséptico”, explica la farmacéutica.
Asimismo, aconseja no utilizar métodos caseros, como quemar o aplicar aceite; acudir al médico de cabecera y estar alerta por si aparecen síntomas como la fiebre o el dolor corporal. En este sentido, recuerda que “las garrapatas pueden causar enfermedades graves como fiebre hemorrágica de Crimea-Congo y la enfermedad de Lyme”.
Abejas y avispas, dolor a la vista
Para aquellos que se han preguntado por qué las abejas y las avispas permanecen cerca de la piscina esperando a que algún desafortunado salga del agua, el cloro las atrae. “Ambas picaduras son dolorosas debido al veneno que inyectan, el cual provoca enrojecimiento, hinchazón y picor que generalmente desaparece en pocas horas”, explica Reme Navarro.
Ahora bien, ¿en qué se diferencian estas dos picaduras? Pues, como ocurría con las garrapatas, las abejas dejan su aguijón en la piel y hay que extraerlo; mientras que las avispas no. “La picadura de abeja es de las más dolorosa”, afirma Navarro. “Una vez esterilizada, sea de avispa o de abeja, aplica hielo envuelto en un paño limpio durante 10 minutos para reducir la inflamación”.
Las arañas no pican, muerden
Son fáciles de identificar, asegura Navarro, porque en este caso dejan una mancha roja con dos puntos: la marca de sus colmillos. “El veneno que inyectan puede causar hinchazón y una reacción cutánea similar a la picadura de abeja”.
Si bien las medidas a tomar son similares a las de otros ataques de insectos, Navarro advierte que “si experimentas escalofríos, dolores corporales y observas que el centro de la herida se torna azul oscuro o morado con un anillo rojo alrededor, podría ser una picadura de araña venenosa y deberías buscar atención médica”.
¿Qué no debemos hacer nunca ante una picadura?
Aunque suene obvio y al mismo tiempo resulte muy difícil, “hay que evitar rascar o frotar la picadura”. Además, prosigue Navarro, “no hagas cortes sobre la picadura, pues aumenta la extensión del veneno y el riesgo de infección. También evita succionar la herida, ya que se extrae poco veneno y es peligroso si hay lesiones en la boca”.
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