Más allá de un problema de peso

Metabolismo

En España, aproximadamente el 25% de la población sufre obesidad

El manejo del riesgo cardiovascular en estos pacientes es clave para reducir la mortalidad asociada

Los clínicos realizan una evaluación detallada de la grasa corporal y su distribución, especialmente abdominal.
Los clínicos realizan una evaluación detallada de la grasa corporal y su distribución, especialmente abdominal. / Archivo

El exceso de peso es un importante factor de riesgo para las enfermedades cardiovasculares (ECV). En España, el 20% de las personas con obesidad presentan al menos una ECV, como cardiopatía isquémica, accidente cerebrovascular o arteriopatía periférica. La obesidad está estrechamente relacionada con factores de riesgo cardiovascular como hipertensión, intolerancia a la glucosa, diabetes tipo 2 y dislipidemia.

El Dr. Pablo Pérez-Martínez, Director Científico del Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba (IMIBIC) y catedrático de Medicina en la Universidad de Córdoba, destaca la significativa relación entre la obesidad y las enfermedades cardiovasculares. Según él, “el corazón es uno de los órganos que se ven afectados en personas con obesidad”, y este vínculo está bien establecido. La obesidad conduce a una serie de cambios hemodinámicos que sobrecargan el corazón, alterando tanto su funcionamiento como su estructura. El aumento de tejido adiposo, por ejemplo, provoca un “aumento del gasto cardíaco y se produce hipertrofia ventricular”, lo que significa que el músculo cardíaco se engruesa y pierde eficiencia. Este proceso se acompaña de “hipertensión arterial pulmonar”, ya que el corazón debe mover más sangre para abastecer el aumento de tejido corporal.

“La obesidad es el factor de riesgo más común en quienes han sufrido un infarto” — Dr. Pablo Pérez-Martínez - Dir. Científico IBIMIC

Según apunta el Dr. Sergio Valdés, especialista en Endocrinología y Nutrición en el Hospital Universitario Regional de Málaga, uno de los factores críticos es la obesidad visceral o abdominal. “La obesidad visceral provoca inflamación de bajo grado, estrés oxidativo, resistencia a la insulina y un estado protrombótico, incrementando así el riesgo de arteriosclerosis”, explica el Dr. Valdés. Estos efectos, junto con otros factores de riesgo como la hipertensión, la dislipemia y la diabetes, complican aún más el manejo de la obesidad y sus consecuencias.

Por su parte, Pérez Martínez subraya que la obesidad es el “factor de riesgo cardiovascular más común en personas que han sufrido un infarto de miocardio”, con más de dos tercios de los pacientes coronarios presentando sobrepeso u obesidad.

Asimismo, la obesidad también contribuye al riesgo cardiovascular de manera indirecta, estando “relacionada con otros factores de riesgo” como la dislipemia y la resistencia a la insulina. Estos factores aumentan la probabilidad de desarrollar diabetes e hipertensión arterial, que a su vez elevan el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

El tratamiento de la obesidad se centra en el cambio de estilo de vida, y contempla, según el caso, tratamiento farmacológico o intervenciones quirúrgicas. La modificación del estilo de vida y la pérdida de peso pueden mejorar la inflamación sistémica y la disfunción endotelial.

"El índice de masa corporal no es una herramienta completa para valorar el riesgo” — Dr. Sergio Valdés - Especialista en Endocrinología

El Dr. Pérez-Martínez aboga por un abordaje multifactorial en el tratamiento de la obesidad, empezando por modificar el estilo de vida. Esto incluye tanto la dieta como el ejercicio físico. “La dieta mediterránea ha demostrado ser la mejor herramienta para prevenir la obesidad”, señala, aunque lamenta que nos estemos alejando de este modelo, especialmente en la población infantil. Además, resalta que “no necesitamos hacer mucho ejercicio para obtener beneficios”, lo cual es especialmente relevante para personas con obesidad. Además de estas medidas de estilo de vida, “existen medicamentos que pueden ayudar a reducir el peso de manera significativa (entre un 15-20%)”, añade el experto.

Sin embargo, Valdés subraya que “el índice de masa corporal (IMC) no es una herramienta completa para valorar el riesgo cardiometabólico”. Por ello, se recomienda una evaluación más detallada de la grasa corporal y la distribución de esta, especialmente la abdominal. En cuanto al diagnóstico de la obesidad, el índice de masa corporal (IMC) es una herramienta básica pero imperfecta, ya que no distingue entre masa muscular y grasa. En entornos clínicos, se pueden utilizar técnicas más sofisticadas como la bioimpedancia para evaluar la composición corporal con mayor precisión.

Respecto al manejo clínico, el Dr. Valdés aboga por un enfoque multidisciplinar en el tratamiento. “La relación entre los diferentes especialistas, como cardiólogos, nutricionistas, psicólogos y entrenadores físicos, es crucial para un manejo integral del paciente obeso”, comenta. Este enfoque es esencial no solo para tratar la obesidad, sino también para manejar las más de 200 comorbilidades asociadas a esta condición.

Segunda causa de muerte evitable

Para definir el alcance del problema, el Dr. Sergio Valdés, especialista en Endocrinología y Nutrición en el Hospital Universitario Regional de Málaga, señala que “más de la mitad de la población mundial padece sobrepeso u obesidad”, lo que resalta la magnitud del problema. En España, aproximadamente el 25% de la población sufre de obesidad, una cifra alarmante considerando las implicaciones para la salud. El Dr. Valdés señala que la obesidad es responsable de unas 4 millones de muertes anuales en todo el mundo, con más de dos tercios de estas muertes asociadas a enfermedades cardiovasculares. “El riesgo de enfermedad coronaria aumenta un 62.6% en personas con sobrepeso y un 70% en aquellas con obesidad, en comparación con individuos de normopeso”, destaca Valdés. Además, el riesgo de accidente cerebrovascular (ACV) es un 50% mayor en personas con obesidad. En términos de mortalidad, la obesidad es la segunda causa de muerte evitable en España, siendo responsable de más del 15% de todas las muertes anuales. Cada aumento de 5 kg/m en el IMC se asocia con un aumento del 40% en el riesgo de mortalidad cardiovascular y del 30% en la mortalidad por cualquier causa.

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