¿Es necesaria la cirugía sobre nuestra columna vertebral?
Cuándo, cómo, y con qué intervenir sobre la columna vertebral
Es importante eliminar de nuestra mente el concepto de “la cirugía lo último” y hay que cambiarlo por el de “cirugía cuando es necesario”. Si esperamos a la última opción, en muchos casos los pacientes mejorarán, pero no se recuperarán como nos gustaría a los neurocirujanos y cirujanos espinales.
La cirugía de columna es necesaria en el momento en el que el dolor o la compresión de los nervios o de la médula espinal no se controlan razonablemente con fármacos o con medidas de fisioterapia o rehabilitación y hay causas estructurales que lo justifiquen.
También cuando hay evidencia de que se está produciendo una lesión irreversible aunque no haya un enorme dolor o sea controlable.
¿Qué tipos de cirugía de la columna vertebral existen hoy en día?
Existen muchos tipos y esto puede ser un confuso para el paciente y pienso que merece la pena aclarar algunos conceptos.
Ahora de actualidad en la cirugía y en neurocirugía en particular, se habla de “mínima invasión”. Esto se refiere a incisiones pequeñas y con poca separación muscular y que se aplica con facilidad a compresiones puntuales como hernias discales o artrosis. Opuesto están las “grandes estabilizaciones” o “cirugía abierta” en problemas muy complejos como escoliosis, artrosis extensas o en tumores de las vértebras o médula espinal.
También pueden clasificarse por el instrumental con el que accedemos y magnificamos la zona de interés. Podemos hacerlas con la ayuda de un microscopio, y hablamos de microcirugía, con la ayuda de una lente y hablamos de cirugía endoscópica, o a cielo abierto.
Cualquiera de ellas puede ser mínimamente invasiva o no, dependiendo de la extensión de la incisión o incisiones en la piel, aunque es más frecuente referirnos a la microcirugía, cirugía endoscópica y técnicas percutáneas.
También podemos hacerla “navegada” si es con ayuda de aparatos que nos guían con más seguridad hasta la lesión. Instrumentos que nos ayudan son navegadores, la radiología o el TAC intraoperatorio, la ecografía o incluso la resonancia dentro del quirófano. Si para localizar la lesión o colocar los implantes nos apoyamos en robots hablamos de cirugía robótica.
También podemos referirnos a ellas por los implantes necesarios y hablamos de artrodesis instrumentadas o micro descompresiones y recalibraciones.
Incluso ahora disponemos de tratamientos para controlar el dolor actuando directamente sin cirugía como técnicas de bloqueo químico o radiofrecuencia y hasta podemos implantar células madre en casos muy seleccionados y es lo que denominamos “terapias avanzadas” o cirugía regenerativa de la columna.
Y para finalizar el lio, el cirujano las puede combinar y así realizar una artrodesis instrumentada microquirúrgica o una descompresión endoscópica navegada, o implantar unos tornillos guiado por rayos de forma completamente percutánea, o realizar una microcirugía robotizada, en función del caso particular.
Y entonces ¿Qué es lo adecuado?
Podríamos decir que hay tantos tipos de cirugía como pacientes, problemas que estos presentan y cirujanos que los tratan. Es lo que ahora entendemos como medicina personalizada, o en mi caso como neurocirugía personalizada.
No hay un procedimiento mejor que otros y útil para todo. Nos adaptamos a cada caso y paciente con diferentes aparatos, sistemas e implantes.
¿Qué avances se han producido en los últimos años en este campo?
Muchísimos. El más importante a mi modo de ver es que tenemos un mejor conocimiento de los problemas que sufren nuestros pacientes.
Tenemos mucha mejor imagen diagnóstica. La resonancia, también las imágenes funcionales. Tenemos mejores materiales, más inertes y potentes y versátiles para adaptarse a cada vertebra y condición, por ejemplo, a la osteoporosis, cada vez más frecuente. Muy importante es que dispongo de medios de imagen dentro del quirófano como TACs, resonancias, fluoroscopia, ecografía…
Y uno de los más recientes es que comenzamos a disponer de terapias con células madre en cuadros graves como la lesión medular, o en otros invalidantes como el dolor discogénico o facetario. Indicado en personas jóvenes, que son activos físicamente y qué no quieren sufrir cirugías con tornillos y quieren intentar regenerar los tejidos y los discos
¿Es la cirugía de columna una cirugía arriesgada?
No hay que olvidar que tratamos con estructuras delicadas y tejidos muy sensibles como los nervios y la médula espinal. Hay procedimientos de alto riesgo, por supuesto, pero la mayor parte de las veces, con el caso bien estudiado y planificado, los medios de los que disponemos en nuestro quirófano, y manos expertas, la mayor parte de las cirugías son extremadamente seguras para el paciente.
Es muy importante que el paciente haya discutido con su cirujano los principales riesgos en cada caso y el beneficio que se espera obtener.
¿Cómo suelen ser sus resultados?
Aquí el tiempo desde que comenzaron las molestas es determinante. Si una cirugía se realiza sobre una lesión cronificada el resultado será peor.
Pero si el caso está bien estudiado, las pruebas de imagen son claras y la clínica que presente el paciente es concordante con las anteriores, es decir que todo coincide, y no ha pasado demasiado tiempo, los resultados son muy satisfactorios en la mayor de los casos, con tasas de alivio, que pueden llegar al 80% de los pacientes.
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