Una dieta equilibrada también ayuda a reducir los efectos del estrés

En 1936, Charles Chaplin dirigió y protagonizó la película ‘Tiempos Modernos’ donde reflejaba el estrés tan brutal al que estaba sometido en su trabajo. Tanta era la presión que terminaba perdiendo la cabeza como consecuencia del excesivo cansancio físico y psicológico. Ese estrés que plasmaba en su película sigue siendo, 87 años después, el gran problema de nuestra época. La vida actual es una aceleración constante, incluso cuando estamos en momentos de ocio; por eso muchas personas no se dan cuenta del estrés al que están sometidas diariamente. Las estadísticas confirman que el 40 por ciento de las personas adultas en todo el mundo ha sufrido estrés, y el año 2020 fue récord en este problema.

El estrés es la reacción que tiene el cuerpo ante un desafío, un estímulo o una presión fuera de lo normal, ya sea positiva o negativa. Para adaptarse a estos acontecimientos, el organismo libera hormonas que ponen al cerebro en alerta y al cuerpo preparado para actuar, tensionando los músculos y aumentando el pulso. Estas reacciones a corto plazo son buenas, porque ayudan a manejar una situación difícil. Sin embargo, cuando el estrés dura mucho tiempo la liberación de sustancias químicas del organismo puede provocar problemas de salud, ya que consigue elevar la presión arterial, la frecuencia cardiaca y los niveles de azúcar en sangre. “El estrés tiene una estrecha relación con el sistema nervioso. Sus efectos se extienden a muchos más aspectos de la salud: pasan por la ansiedad, la pérdida de sueño, de motivación, de memoria y de capacidad de decisión. El sistema inmune también se ve afectado, se debilita y expone al organismo a numerosas infecciones”, explica Ana Fraile Oliva, nutricionista del equipo de Empresa Saludable de Quirónprevención, compañía de prevención de riesgos laborales de Quirónsalud que acaba de poner en marcha un nuevo proyecto de medicina preventiva para prestar atención sanitaria a particulares, además de en el ámbito laboral.

Para este cometido, la compañía ha optimizado sus instalaciones para incorporar una completa oferta de consultas sanitarias con médicos especialistas en Urología, Ginecología, Cirugía General, Otorrinolaringología, Psicología clínica, Fisioterapia, Podología, y Nutrición y Dietética, entre otros, incorporándose a la red asistencial de hospitales y centros médicos de Quirónsalud.

Según afirma la especialista de Quirónprevención, los síntomas que se tienen en periodos de estrés pueden ser de muchos tipos, tanto físicos como emocionales, desde presión arterial alta, insuficiencia cardiaca, diabetes, obesidad o problemas de la piel hasta problemas menstruales, de sueño, sexuales, depresión o ansiedad, además de falta de memoria, de energía, de concentración y cansancio.

Pero hay un síntoma que suele ser bastante común: la relación con la comida. En momentos de estrés no controlado, los hábitos nutricionales no suelen ser demasiado saludables. En presencia de estrés, nuestro organismo puede ignorar la sensación de saciedad, lo que hace que se coma de manera compulsiva, sobre todo alimentos poco saludables, con alto contenido de azúcar, sal y grasas trans saturadas, lo que implica un riesgo para la salud. También puede provocar falta apetito, náuseas y malestar estomacal al ingerir los alimentos, lo que resulta en deficiencias nutricionales, además de en problemas a nivel intestinal como colon irritable, úlceras o diarreas que pueden limitar la absorción de los nutrientes y, por tanto, la desnutrición.

En momentos de estrés se tiende a consumir alimentos ricos en azúcar y grasas como las golosinas, el chocolate, las frituras, los dulces y los refrescos, en general alimentos que aportan energía durante un momento, pero que no contienen nutrientes importantes. También se tiende a caer en el error de saltarse comidas, un hábito que produce alteraciones metabólicas y favorece la degeneración muscular y el debilitamiento general. La dieta que aconseja el equipo de Endocrinología, Nutrición y Dietética de Quirónprevención en estos casos “es muy similar a cualquier dieta equilibrada en la que se da especial importancia al consumo de frutas y verduras, a un aporte variado de cereales de calidad, legumbres, frutos secos, carnes y pescados, evitando el consumo de ultraprocesados”.

Para tener controlado el estrés es importante mantener una alimentación adecuada, evitar las grasas procesadas como las margarinas, las bebidas excitantes como el café, el cacao, los refrescos de cola y, por supuesto, el alcohol y el tabaco. Además, se debe disminuir el consumo de sal, pues aumenta la presión arterial y empeora la evolución de la situación, y consumir alimentos ricos en grasas saludables como las que podemos encontrar en el aceite de oliva, el aguacate, el pescado azul o los frutos secos, que fortalecen el sistema nervioso, así como en alimentos antiinflamatorios como la remolacha, la cúrcuma o la avena. “Es recomendable seguir una dieta rica en polifenoles, que tienen efectos positivos en el tratamiento de la depresión y la ansiedad y previenen la aparición de hipertensión arterial o hipercolesterolemia. Las frutas de colores vivos como los arándanos o las uvas rojas son una buena fuente de polifenoles”, añade el equipo de Endocrinología, Nutrición y Dietética de Quirónprevención.

No hay que olvidar que, en muchas ocasiones, la tensión del día a día hace perder el interés por hacer alguna actividad física, y es muy importante practicar ejercicio de manera regular para liberar el estrés y mantenerse en forma. También hay ciertos alimentos que ayudan a frenar la ansiedad y el estrés. Los garbanzos, por ejemplo, son un antidepresivo natural gracias a las sales de litio que contiene; las lentejas mejoran la tensión nerviosa y las almendras, ricas en vitaminas del grupo B, equilibran el sistema nervioso y mejoran el estado de ánimo. Especias como la cúrcuma, el curry o la canela ayudan a reducir el estrés, la irritabilidad y a controlar la depresión. Y para beber, té verde, que mejora la concentración y tiene efecto relajante, por lo que ayuda a reducir el estrés y la ansiedad.