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El cribado, una oportunidad para reducir la mortalidad

Cáncer de pulmón

Varios expertos analizan la conveniencia de establecer programas de cribado en cáncer de pulmón que permitan acelerar el diagnóstico temprano y aumentar la supervivencia

En Andalucía de realizan unos 4.500 diagnósticos al año, el 80% de ellos, en fases avanzadas de la enfermedad

Estos sistemas se basan en pruebas de TAC de baja dosis, útil para diagnosticar las neoplasias en fases iniciales. / Archivo

El cáncer de pulmón causa 1,8 millones de muertes al año en el mundo y conlleva la mayor carga económica de todos los cánceres, con un coste de 18.800 millones de euros al año solo en Europa. En este sentido, cabe destacar que en España se diagnostican en torno a 29.000 nuevos casos de cáncer de pulmón cada año. Esta neoplasia destaca entre los tumores con peor pronóstico debido tanto a su agresividad como a la dificultad que entraña realizar un diagnóstico precoz de la misma y la mayoría de los casos se diagnostican cuando el tumor no se puede operar, hecho que conlleva uno de los peores resultados de supervivencia.

Con el fin de aumentar esos índices de supervivencia en este cáncer, favorecer el acceso a la medicina innovadora y mejorar la calidad asistencial, surgió la Internacional Lung Ambition Alliance. Este programa nació de la mano de cuatro organizaciones internacionales International Association for the Study of Lung Cancer, AstraZeneca, Guardant Health y Global Lung Cancer Coalition. En España ha supuesto la colaboración de 14 sociedades científicas implicadas en el abordaje del cáncer. La iniciativa promueve la implantación de un sistema de cribado en nuestro país como estrategia para detectar precozmente el cáncer de pulmón.

Según explica Laureano Molins, jefe del Servicio de Cirugía Torácica Hospital Clinic de Barcelona y coordinador nacional de Lung Ambition Alliance en España, “los estudios prospectivos internacionales indican que cribar el cáncer de pulmón en personas de riesgo, fumadores o exfumadores entre 50 y 75 años, suponen entre un 20 y un 55% en disminución de la mortalidad”. La colaboración entre las sociedades científicas, asociaciones de pacientes y otras entidades ha permitido llevar la propuesta a la Comisión de Salud del Congreso de los Diputados. “Esperamos que el desarrollo de estudios piloto en distintas Comunidades Autónomas ayude a seguir demostrando en nuestra población que el cribado permite mejorar el pronóstico en cáncer de pulmón”, explica el doctor Molins. De 100 personas que se diagnostican, el 80% es en estadios avanzados, ya sea localmente o con metástasis. Para el coordinador de la iniciativa, “eso hace que la supervivencia sea baja pese a los avances terapéuticos; el objetivo es poder operar a muchos más de esos 2 de cada 10 que se detectan y son operables”, añade.

Un primer paso

Proponen programas piloto autonómicos para generar evidencia propia sobre el cribado

Por su parte, David Vicente Baz, jefe Sección de Oncología Médica del Hospital Universitario Virgen Macarena y director de la Estrategia de Cáncer en Andalucía, subraya el impacto de la patología en Andalucía. “Es la principal causa de muerte por cáncer por lo que la importancia de esta enfermedad es evidente. 60 personas fallecen al día por cáncer de pulmón en España y en Andalucía se detectan unos 4.500 casos anuales”. Respecto a los programas de cribado, el doctor Vicente aclara que “pese a ser una medida que genera controversia, desde el punto de vista de muchas sociedades científicas y del mío propio, debemos trabajar para que los pacientes se diagnostiquen en etapas más precoces de la enfermedad y poder así alcanzar mayores índices de curación”. Por ello, alude a la necesidad de “establecer programas piloto de cribado definiendo bien muchos aspectos: qué hacemos cuando aparecen hallazgos, si es suficiente un TAC inicial negativo o hay que continuar pruebas con más periodicidad, incorporar biomarcadores, incorporar inteligencia artificial, etc...”.

Pruebas

Estos sistemas se basan en pruebas de TAC de baja dosis, útil para diagnosticar las neoplasias en fases iniciales.

En opinión del experto, “sería conveniente el desarrollo de estos programas piloto en varias comunidades para generar evidencia local suficiente y comprobar en nuestro medio los resultados que han tenido programas similares en otros países y poder avanzar para que del diagnóstico se realicen en etapas más precoces de la enfermedad y aumenten los índices de curación”. Además, indica que todos los programas de cribado deben llevar parejos planes de deshabituación tabáquica. “Las políticas antitabaco deben endurecerse sobre todo para evitar que el acceso de los adolescentes. Abogamos por endurecerlas en todos sus aspectos”, afirma.

Desde el punto de vista del diseño asistencial en cáncer de pulmón, el doctor Baz alude a la Estrategia de Cáncer en Andalucía, de la que destaca “la evaluación multidisciplinar de los casos que permite que la evaluación de los pacientes se haga en subcomités de tumores específicos en cáncer de pulmón para que todos los especialistas involucrados puedan opinar en cada caso”.

Asimismo, considera esencial el establecimiento de vías rápidas de acceso al sistema sanitario para que desde que se produce el primer síntoma, hasta que se produce el diagnóstico y el tratamiento el tiempo sea el menor posible; “para esto es importante la mejora de la conexión entre Atención Primaria y especializada incorporando a los médicos de Atención Primaria a esos subcomités de tumores”, señala Baz.

El 50% de los casos detectados con un TAC de baja dosis se encuentra en estadio inicial

El doctor Luis Seijo, director del Departamento de Neumología de la Clínica Universidad de Navarra, ha estado especialmente implicado en el análisis del cribado como herramienta para disminuir la mortalidad por cáncer de pulmón. “Sabemos que las dos terceras partes de los casos de cáncer de pulmón que se detectan está en fase avanzada no quirúrgica. Está demostrado en varios ensayos clínicos aleatorizados, y nosotros tenemos una experiencia de 20 años de cribado de cáncer de pulmón con TAC de baja dosis, que podemos reducir la mortalidad estableciendo programas de cribado en población de riesgo”. Según los datos de los estudios realizados en Estados Unidos, Bélgica y Holanda, el 50% de los cánceres de pulmón detectados con una TAC de baja dosis se encuentran en su estadio inicial, cuando todavía son curables, en comparación con un 75% de estadios avanzados en el grupo control.

El cribado se dirige a aquellas personas mayores de 50 años que han fumado lo suficiente como para justificarlo. “El cribado es coste-efectivo. Las aproximaciones indican que no supera los 3.000 euros por pacientes ajustados por año de vida y calidad de vida. Queremos demostrar que se puede hacer y que nos apoyen las administraciones”, subraya el doctor Seijo. La última actualización del Programa Nacional de Cáncer solo aconseja cribado de cáncer de mama, cuello de útero y colorrectal. “Consideramos que el cribado de cáncer de pulmón debería formar parte de la cartera de servicios del Sistema Nacional de Salud “, subraya.

El experto es consciente de que la implementación de programas de cribado en el Sistema Nacional de Salud no está exenta de retos. “El reto será distribuir bien los recursos para llevarlo a cabo y es algo asumible para los servicios diagnósticos de los hospitales. También será un reto llegar a la población objetivo, especialmente en personas con patologías respiratorias que siguen fumando”, afirma.

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