La aldaba
Carlos Navarro Antolín
¿Se imaginan un Aldama en versión sevillana?
Los pacientes que vienen a mi consulta, y les indico que tienen que bajar de peso, porque el corazón sufre, les pongo como ejemplo que, si tienen un campo de una determinada extensión y, para regarlo compran una bomba adecuada a esa extensión, sin aumentan la extensión de terreno comprando el campo del vecino, pero no cambian la bomba, a la larga, la bomba se quema. Algunos de mis pacientes que lea esto, se reirá por lo bajo.
Pues si, efectivamente, lo que yo les pongo como un ejemplo simple, el Dr. Escarti, experto en Obesidad y Diabetes, lo explica así: “El corazón de las personas con obesidad sufre una sobrecarga de trabajo, de aumento de presión y se vuelve viejo”
Y es que, aunque en estos pacientes el corazón como bomba sigue siendo el mismo, necesita mover más sangre a más volumen de tejido, con esta sobrecarga, el corazón reacciona (como cualquier musculo) aumentando su grosor primero y posteriormente su tamaño, lo que deriva a la larga en una insuficiencia cardiaca, o lo que es lo mismo en un fallo de la capacidad del corazón de bombear la sangre de forma adecuada.
“Por mecanismos no relacionados en su totalidad con el corazón, la obesidad suele generar hipertensión, lo que supone un aumento significativo del trabajo cardiaco. Lo que implica mayor sobrecarga. Además, el corazón se vuelve viejo, es decir, tiene una edad superior a la real, porque las arterial que lo alimentan se van obstruyendo por la arterioesclerosis y porque el musculo se va deteriorando”, añade el Dr. Escarti.
EL CORAZON NECESITA MOVER MAS SANGRE A MAS VOLUMEN DE TEJIDO, Y REACCIONA AUMENTANDO SU TAMAÑO, QUE ES CAUSA DE INSUFICIENCIA CARDIACA.
De hecho, estudios han demostrado que la obesidad es un importante factor de predicción de la enfermedad cardiovascular, independientemente de otros factores como la edad, niveles de colesterol o diabetes.
Además, la obesidad se asocio a otros factores de riesgo que también influyen en la mortalidad cardiovascular como la hipertensión, la hipercolesterolemia y la diabetes.
La perdida de un 10% del peso corporal, dejar de fumar, caminar regularmente y cuidar la presión arterial, y el nivel de colesterol y triglicéridos, mejoran sensiblemente la función cardiaca.
Los endocrinólogos, internistas, nutricionistas y psicólogos pueden ayudar al paciente en este proceso. En el peor de los casos, si el paciente padece una obesidad muy importante y una cardiopatía grave, la cirugía de la obesidad mórbida, (cirugía bariátrica) puede realizarse en el 90% de los casos.
Es importante que el paciente sepa cuál es la patología que padece, cuáles son los tratamientos farmacológicos o físicos que son necesarios para llegar a su curación y hacerle entender que EL MISMO es el artífice de su salud.
Un paciente que entiende su enfermedad es más fácil que se apegue al tratamiento y que la tasa de curación o mejoría de la misma sea mayor
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