La alergia afectará de forma diferente a las provincias andaluzas
Niveles de polen en Andalucía
Los especialistas auguran una primavera leve en Huelva, moderada en Córdoba e intensa en Sevilla
Es posible que las mascarillas frenen la presencia de algunos síntomas
El cambio climático y la contaminación siguen generando cambios en el impacto de la alergia. Actualmente se calcula que cerca de 8 millones de españoles sufre de algún tipo de alergia al polen, aunque se calcula que una de cada cuatro personas padecerá alguna alergia respiratoria a lo largo de su vida y la mitad será debida a la alergia a pólenes. Una prevalencia que, además, según los expertos, va en aumento.
Este año la alergia afectará de forma diferente no sólo según cada Comunidad Autónoma, sino incluso según cada provincia, como es el caso de Andalucía. Así, desde la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (Seaic) informan que se espera una primavera leve en Huelva con 2.500 granos por metro cúbico, mientras que Córdoba y Jaén será moderada con 4.000 granos, y en Sevilla será intensa, con 7.000 grano por metro cúbico.
Ángel Moral, presidente del Comité de Aerobiología de la Seaic, explica que estas diferencias por territorios responden a diferentes factores. Los gases derivados del efecto invernadero actúan como fertilizantes de las plantas, provocando un mayor número de pólenes. A su vez, ante el ambiente hostil de la contaminación, las plantas reaccionan produciendo pólenes más agresivos, y el aumento de la temperatura derivado del cambio climático supone un inicio temprano en la polinización, provocando un mayor tiempo de exposición. Estos factores explican por qué hay más pacientes en las ciudades que en las zonas rurales, pese a haber un mayor número de vegetación.
Pese a estos cambios, se espera que esta primavera los síntomas de los alérgicos sean menores gracias al uso de mascarillas, como ya se pudo comprobar el año pasado. “Las mascarillas protegen boca y nariz y esto reduce síntomas de los pacientes, lo que va a hacer que se reduzca su medicación y que acudan menos a los servicios de urgencias”, relata Moral. De esta forma, “las mascarillas han venido para quedarse y los alérgicos van a seguir utilizándolas cuando la pandemia acabe”.
Pese a ello, el experto advierte que se esperan más síntomas oculares, ya que los ojos no quedan protegidos por las mascarillas. Así, la recomendación pasa por evitar salir de casa los días de mucho viento y utilizar en lo posible gafas cerradas, para evitar que el polen afecte a los ojos. Asimismo, cabe recordar que la alergia no solo se presenta en primavera, ya que en otoño e invierno también hay alergia a los cipreses, por ejemplo. Es por ello que las personas con síntomas alérgicos repetidos necesitan de un diagnóstico para ver que alergenos son los responsables de los mismos, para recomendar unas normas ambientales personalizadas para cada paciente.
Otra de las cuestiones abordadas por la Seaic es la publicación de un reciente estudio que vinculaba el aumento de los niveles de pólenes en general, tanto en alérgicos como en no alérgicos, con una mayor facilidad de replicación del coronavirus. Sobre esta cuestión Ángel Moral aclaraba que dicho estudio solo ha utilizado los datos de los pólenes de una fracción del año. “Faltaría un estudio de seguimiento de todo el año para establecer conclusiones”. De hecho, según datos de la propia Seaic, cuando se produjo el descenso de la primera ola fue cuando hubo niveles de pólenes muy altos, mientras que en el inicio de la segunda ola los niveles de pólenes eran más bajos, lo que confrontaría la conclusión de dicho estudio. Ángel Moral recordaba una vez más que ser alérgico o asmático no produce predisposición a sufrir una infección por la Covid.
El efecto ‘Filomena’ en el centro de España
Ante un invierno “duro” como el que hemos vivido y particularmente un mes de enero que ha traído una cantidad de nieve en algunas zonas, por la ya histórica borrasca ‘Filomena’, como pocas veces se había visto, ha provocado que las gramíneas salvajes hayan hecho raíces más profundas, con lo que producirán más polen; es el caso, por ejemplo, de Madrid y Toledo. Pero al mismo tiempo esa gran cantidad de nieve causó daños a una cantidad “notable” de árboles y de sus ramas, con lo que aquellos como el olivo o el plátano de sombra darán menos pólenes. Teniendo en cuenta estos factores meteorológicos, también de las lluvias, y los datos de las estaciones de control, la SEIAC ha hecho sus previsiones sobre los niveles de pólenes de gramíneas para esta primavera.
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