Reino Unido y su política antitabaco
Tabaquismo
El modelo impulsado por el sistema sanitario británico ha conseguido registrar en 2019 las cifras más bajas de tabaquismo entre la población adulta de toda la historia
Los últimos datos del estudio nacional sobre el tabaquismo que realiza Reino Unido indican que las tasas de tabaquismo en adultos cayeron un 2,2% de enero a julio de 2019, lo que equivale a 200 fumadores menos cada hora. Son cifras del Estudio Smoking Toolkit Study (herramientas para dejar de fumar) del University College London. Los últimos datos oficiales, de 2018, explicaron ya que la prevalencia del tabaquismo en Inglaterra ha alcanzado un mínimo histórico: los fumadores representan el 14,4% de la población adulta en Inglaterra. Entre los hombres es del 16,4% y entre las mujeres del 12,6%. En España es del 34%.
Vista la perspectiva de este año, el Gobierno británico anunció el pasado 19 de septiembre a través de su departamento de salud pública, Public Health England (PHE), el relanzamiento de ‘Stoptober’, su programa para alentar a los fumadores a intentar dejar de fumar en octubre y unirse a aquellos que ya lo han dejado este año. Esta campaña se suma a ‘Smokefree’, otra iniciativa pública que ofrece recursos a la ciudadanía.
En nota de prensa, el profesor Jamie Brown, codirector del Grupo de Investigación sobre el Tabaco y el Alcohol en UCL que dirige el Estudio, afirma estar “realmente entusiasmados con esta caída tan grande en el número de fumadores hasta ahora en 2019. Estamos en un mínimo histórico, pero queremos ver cómo más personas logran dejarlo”. Por su parte, Yvonne Doyle, directora de protección de la salud y directora médica de PHE, afirma que es “realmente alentador” ver “estos primeros signos de una caída tan rápida en los fumadores, pero todavía tenemos un camino por recorrer para lograr nuestra ambición de una sociedad libre de humo”.
Reino Unido registra cifras de abandono del tabaquismo muy por encima de la media europea. El modelo británico tiene dos factores diferenciales. Uno es una política fiscal dura que hace que el precio de una cajetilla de tabaco sea notablemente más caro, unos diez euros respecto los 5 de media en España. El otro elemento diferencial es incluir el vapeo como una recomendación para evitar daños. Los dos portales del SNH, Smokefree y Stoptober, indican que los vapeadores “pueden ser una excelente manera de manejar los antojos de nicotina y ayudarlo a dejar de fumar para siempre”.
Asimismo, indica que “los cigarrillos electrónicos, también conocidos como vapes, son una de las ayudas más recientes y pueden ayudarlo a dejar de fumar para siempre”; y que “pueden ser particularmente eficaces como ayuda para dejar de fumar cuando se combinan con el apoyo cara a cara de un servicio local para dejar de fumar”. Sus decisiones se han basado en dos revisiones de la evidencia realizadas por el propio Public Health England (PHE) en 2015 y 2018. Asimismo, las principales organizaciones de salud, como el Royal College of General Practitioners, la British Medical Association y Cancer Research UK, están de acuerdo en que los cigarrillos electrónicos son mucho menos dañinos que fumar. Estiman que son al menos un 95% menos dañinos.
Evidencias sobre el vapeo como alternativa
El último informe de revisión de la evidencia que realizó el Public Health England (PHE) afirmaba que vapear representa solo una pequeña fracción de los riesgos de fumar y que “cambiar completamente de fumar a vapear conlleva beneficios sustanciales para la salud”. Asimismo, indica que “muchos miles de fumadores creen incorrectamente que vapear es tan dañino como fumar”; y que “alrededor del 40% de los fumadores ni siquiera han probado un cigarrillo electrónico”. También aludía a “malentendidos públicos” sobre la nicotina, ya que “menos del 10% de los adultos entienden que la mayoría de los daños a la salud que provoca fumar no están relacionados con la la nicotina".
También te puede interesar