Lesiones en la piel: descubre cómo prevenirlas e identificarlas lo antes posible
contenido ofrecido por Quironsalud
Con la sobreexposición al sol, sobre todo durante el verano, nuestra piel sufre en exceso, provocando que esté deshidratada, seca, a veces con asperezas y se agudicen las arrugas. De igual modo, la pigmentación inducida por la radiación ultravioleta puede no haber sido uniforme y propiciar la aparición de manchas o la intensificación de las ya existentes. El mayor peligro reside en su incidencia en el cáncer de piel, siendo el sol la principal causa de su aparición. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el melanoma cutáneo representa el 10% de las neoplasias cutáneas, pero es el responsable de más del 90% de las muertes por cáncer de piel.
Entre sus causas, explica el Dr. Javier Romero, jefe del Servicio de Dermatología del Hospital Quirónsalud Málaga, los factores genéticos son importantísimos “pero poco podemos hacer aún sobre ellos, por eso insistimos en los factores que podemos controlar: el principal riesgo de la sobreexposición a la luz ultravioleta es el daño que provoca en el ADN de las células de la piel”. Este daño, según el doctor Romero, es el que causa la mutación y proliferación descontrolada de dichas células, provocando manchas, lunares o patologías cutáneas como la queratosis actínica, que finalmente pueden evolucionar con malignidad y que es imprescindible prevenir”.
Además, la piel actúa como “un acumulador de energía”, ya que memoriza las horas que ha sido expuesta al sol, lo que favorece el envejecimiento de la piel e incrementa el riesgo de padecer alguna lesión cancerígena. Por ello, según el dermatólogo de Quirónsalud Málaga, la clave está en detectar estas lesiones a tiempo ya que en esos casos las probabilidades de curación son muy altas, y para eso “es clave hacer una autoexploración de la piel para conocer cómo son nuestros lunares y acudir regularmente a un especialista, especialmente en casos de tener alguna lesión cutánea nueva o alguna lesión o lunar que haya cambiado rápidamente de forma, color, que sangre o se cubra de costra”.
Los tipos de cáncer de piel más frecuentes
Aunque el melanoma es el tumor cutáneo más conocido por la mortalidad que provoca, el más común es el carcinoma basocelular, según explica la doctora Carmen Vázquez Bayo, miembro del servicio de Dermatología del Hospital Quirónsalud Huelva.
El 90% de los casos están asociados a la exposición acumulada de radiación ultravioleta (UV), y el riesgo se acentúa a partir de los 50 años, en personas con un fototipo de piel bajo (piel clara, pelo rubio, presencia de pecas, facilidad para quemarse y dificultad para broncearse), personas con antecedentes personales o familiares de cáncer de piel, así como en personas con antecedentes de quemaduras graves, cicatrices, radioterapia y otras afecciones o que estén bajo tratamiento farmacológico inmunosupresor.
En palabras de la especialista “el crecimiento de estos tumores es muy lento, la mayoría se pueden curar y provocan un daño mínimo cuando se detectan y tratan a tiempo por lo que la prevención es fundamental en la evolución de la enfermedad”.
Además, como apunta la Dra. Vázquez Bayo, estas lesiones pueden presentar un aspecto muy diferente entre una persona y otra, pudiendo variar desde heridas que no curan, manchas rojizas, crecimientos rosados, bultos brillantes, cicatrices blanquecinas de bordes mal delimitados, etcétera, y que suelen aparecer en las zonas del cuerpo más expuestas al sol: la cara, las orejas, el cuello, el cuero cabelludo, el pecho, los hombros y la espalda.
El diagnóstico suele ser por exploración visual y demoscópica, si bien, a veces es preciso el análisis de la muestra a nivel microscópico para confirmar la sospecha clínica. “Aunque el pronóstico es bueno, ya que rara vez se expanden más allá de la ubicación original del tumor, el tratamiento puede ocasionar grandes cicatrices, secuelas y alteraciones funcionales si no se trata a tiempo”, señala la especialista de Quirónsalud Huelva. La mayoría de los carcinomas basocelulares pequeños y tempranos se pueden tratar y curar con buenos resultados mediante varios tratamientos eficaces de forma ambulatoria como son la cirugía convencional, la electrocirugía, terapia fotodinámica, criocirugía, cirugía con láser y medicamentos tópicos. En casos más avanzados y de especiales características estaría indicada la cirugía de Mohs o radioterapia.
Tras estos tumores, la segunda forma más frecuente de cáncer de piel son el carcinoma de células escamosas (CCE) y el 90% de ellos tienen una relación directa con la exposición a la radiación UV del sol. Por esta razón, aunque puede desarrollarse en cualquier parte del cuerpo, la mayoría aparece en las áreas que normalmente mantenemos al aire libre como es la cara, orejas, cuero cabelludo, hombros, cuello, brazos, manos... El diagnóstico precoz de las células escamosas es fundamental, según explica la Dra. Cristina Albarrán Planelles, dermatóloga del Hospital Quirónsalud Campo de Gibraltar, ya que su detección en estadios iniciales suele garantizar su curación en la mayoría de los casos, generalmente mediante cirugía. Sin embargo, si pasan inadvertidas o no se descubren a tiempo, pueden llegar a comprometer la vida de la persona. La apariencia del carcinoma de células escamosas es variada pero lo más usual es en forma de manchas rojas descamativas, úlceras abiertas sangrantes o también como un área de piel áspera o verrugosa. Los síntomas más frecuentes que provocan estas lesiones son sensación de picor, molestias o sangrado. Generalmente la piel de alrededor muestra alteraciones como cambio en la pigmentación, pérdida de elasticidad o signos de daño solar.
La prevención es el mejor aliado para evitar la aparición de estos y otros tumores. Hábitos responsables frente al sol y la sensibilización de los efectos perjudiciales en la piel de una exposición indebida son fundamentales. Además de ello, existen otros factores que pueden estimular la aparición de estos tumores, como son los antecedentes de cáncer de piel, infección por el virus del papiloma humano, fototipos claros (pieles claras), inmunosupresión, exposición a productos químicos, etc.
Otras lesiones derivadas del daño solar
Las queratosis actínicas (QA) son lesiones cutáneas inducidas por el daño solar y que generalmente aparecen en las áreas del cuerpo expuestas al sol. Las QA son lesiones premalignas y pueden degenerar en carcinomas espinocelulares en torno a un 5-10%, asegura el Dr. Mateo González Carrascosa, dermatólogo del Hospital Quirónsalud Marbella.
Pueden desaparecer espontáneamente sin intervención, persistir o evolucionar a una fase de carcinoma invasivo. Generalmente son rugosas al tacto, de color rojizo y normalmente están cubiertas por una costra o pequeñas escamas.
Su mayor prevalencia se sitúa en la población de edad superior a 50 años donde es muy importante insistir en la autoexploración o revisiones habituales en la consulta del dermatólogo para someterse a una exploración exhaustiva de la piel. El diagnóstico es clínico, aunque en ocasiones es preciso realizar una biopsia para descartar su evolución a carcinoma invasivo.
En cuanto al tratamiento, dependerá del número y la localización de las lesiones. Cuando son pocas, el curetaje, la crioterapia o la electrocoagulación son buenas opciones. También pueden realizarse tratamientos tópicos como el diclofenaco, el imiquimod o el 5-fluorouracilo, así como terapia fotododinámica (clásica o con luz de día). El tratamiento quirúrgico se reserva para las sospechas de carcinoma.
Los problemas de la piel de los niños
Los problemas de la piel suponen un porcentaje importante de las consultas pediátricas en los meses de verano. Las causas de este aumento de problemas en esta época del año son múltiples, desde el calor y otras agresiones (sol, cloro de las piscinas) hasta la proliferación de bacterias causantes de algunas infecciones, según explica el Dr. Javier Ruiz, del Servicio de Pediatría del Hospital Quirónsalud Córdoba. Entre los problemas más frecuentes se encuentran las quemaduras solares, es importante utilizar una protección solar adecuada con factores 50+ aplicados con frecuencia y evitar la exposición prolongada. Las quemaduras pueden ser superficiales (donde sólo se aprecia enrojecimiento) o más profundas, con formación de vesículas o ampollas.
“Otro problema en verano es la sudamina, se trata de una alteración de la piel que se produce cuando existe una sudoración profusa, dando lugar a pequeños ‘granitos’ rojos o blancos que suelen cursar con picor y que predominan en cuello y tronco”, según este experto.
Por otro lado están las infecciones más frecuentes en verano como el impétigo, de origen bactriano, causante de lesiones en forma de vesícula y con costra amarillenta alrededor de la boca o la nariz, o el molusco contagioso (de origen vírico), que da lugar a unas lesiones en forma de verruga, cuya transmisión está favorecida por un mayor contacto interpersonal.
Además, apunta el Dr. Ruiz, en el último año han visto el aumento de una lesión que se produce en zonas de presión, como las palmas de las manos y plantas de los pies con exposición al agua, y que podría estar relacionada con la exposición a los geles hidroalcohólicos. “Se denomina acroqueratodermia aquagénica siríngea y son lesiones como cuando se expone la piel de forma muy prolongada al agua”, asegura.
Tratamientos para paliar el envejecimiento de la piel
Y de la piel más joven a la que empieza a acusar el paso de los años. Hoy día la apariencia juega un rol muy importante en la sociedad. El aspecto físico se ha convertido en un estatus social de éxito y felicidad y, en este sentido, la piel es parte fundamental de nuestra imagen y hay muchas personas que quieren cuidarla para mantenerla rejuvenecida y con un buen aspecto.
En los últimos tiempos, han ido apareciendo diferentes tratamientos frente al envejecimiento de la piel con técnicas mínimamente invasivas, seguras y eficaces, que implican un mínimo riesgo y que permiten la rápida incorporación a la vida social y laboral. “Los dermatólogos somos los especialistas de la piel y por tanto los únicos capaces de diferenciar imperfecciones puramente estéticas de otras con un compromiso patológico para recomendar el mejor tratamiento, ya sea médico, quirúrgico o estético, en cualquier caso, en un mismo acto”, defiende la doctora Araceli Corrales, del Servicio de Dermatología del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa, en Sevilla.
Uno de esos tratamientos es la mesoterapia, comúnmente conocida como ‘vitaminas’, es muy recomendable tanto para preparar la piel de cara al verano como para recuperarla tras época estival por su necesidad de hidratación intensa. Este tratamiento consiste en realizar, mediante un cabezal electrónico con múltiples agujas finas, multitud de canales en la capa de la piel más profunda que es impermeable a las cremas. De esta forma, se favorece la penetración de principios activos y aditivos que estimulan las fibras de colágeno y la hidratación a un nivel más profundo al que no podemos llegar con las cremas por esa función impermeable de defensa natural que tiene nuestra piel.
Otra técnica relativamente parecida es el tratamiento con factores de crecimiento plaquetarios, de rejuvenecimiento facial y corporal, totalmente personalizado, que se realiza con los factores de crecimiento de plaquetas del propio paciente a través de una simple extracción sanguínea. Así, se aprovechan las cualidades regenerativas del organismo para estimular las células de la piel y conseguir una regeneración de la dermis y la epidermis.
Desde la Unidad de Dermoestética del Quironsalud Sagrado Corazón Quironsalud Sagrado de Sevilla, la Dra. Mercedes Morillo destaca como una de las técnicas más solicitadas y que se pueden llevar a cabo con la climatología actual el tratamiento de las arrugas de expresión con toxina botulínica y la reposición de volúmenes mediante la inyección con ácido hialurónico. Ambas por separado o en conjunto consiguen un revujenecimiento casi instantáneo sin conllevar precauciones especiales con respecto a la exposición solar.
Asimismo, la Dra. Amalia Pérez Gil, jefa del Servicio de Dermatología, apunta que los tratamientos de bioestimulación también se pueden realizar estos meses, ya que consisten en la inyección mediante una técnica mínimamente invasiva de sustancias como policaprolactona o hidroxiapatita cálcica que van a actuar como inductores del colágeno natural produciendo mejora y eliminación de arrugas, reponiendo volúmenes recuperando la estructura facial.
Además, esta especialista defiende que “el dermatólogo es el profesional más cualificado para orientar sobre el cuidado de la piel y del cabello durante el verano, que productos son los más adecuados según la edad, tipo de piel y si existen enfermedades o circunstancias especiales cutáneas”.
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