Impacto de la pandemia en el cáncer

Hace más de dos años el mundo se paralizó con la llegada del coronavirus, cambiando por completo nuestra rutina y prioridades. Durante todo este tiempo el foco ha estado puesto en el Covid-19, pero existen otras enfermedades como el cáncer, que no esperan. Según datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la segunda causa de muerte en el año 2020 en España, tras las enfermedades del sistema circulatorio, fueron los tumores (22,8%). El tercer grupo de enfermedades que más mortalidad causó en nuestro país en el mismo año fueron las enfermedades infecciosas, entre las que se incluye el Covid-19.

‘El cáncer no espera y tú tampoco deberías’ es el lema de la campaña que ponen en marcha el Grupo Español de Pacientes con Cáncer (Gepac), la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH), la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) y AstraZeneca con motivo del Día Mundial del Cáncer que se celebra cada 4 de febrero. Esta campaña busca concienciar a la sociedad sobre la importancia de acudir a las revisiones médicas y de estar alerta ante ciertos síntomas para acudir al especialista lo antes posible ya que, el diagnóstico precoz es fundamental en un mejor pronóstico de la enfermedad oncológica.

La doctora Enriqueta Felip, presidente de SEOM, explica que “los retrasos diagnósticos a causa de la pandemia ya fueran por suspensión de los programas de cribado o por una dificultad o retraso en la atención sanitaria, conllevan una extensión de los tumores y, en consecuencia, tratamientos más agresivos y cirugías menos conservadoras. Todo ello merma la calidad de vida de los pacientes con cáncer e incluso, en algunos casos, puede suponer la pérdida de oportunidad de realizar un tratamiento con intención curativa en aquellos pacientes que han desarrollado metástasis. Un estudio inglés publicado hace unos meses estima que un retraso modesto de la cirugía en tumores agresivos puede suponer una reducción de hasta un 30% en la supervivencia a 6 meses y debemos evitar que esto se produzca”.

Begoña Barragán, presidenta de Gepac, explica que “la pandemia ha afectado a todos los tipos de cáncer por igual, pero no es lo mismo que el retraso se produzca en un tipo de cáncer en el que la supervivencia a día de hoy es elevada y en los que existen distintas opciones de tratamiento (caso del cáncer de mama o el de próstata), frente a aquellos otros tipos de cáncer en los que la supervivencia media es menor y por tanto el tiempo corre en contra o en aquellos en que cuando se puede diagnosticar, por regla general, el estadio ya es muy avanzado, como es el caso del cáncer de pulmón o páncreas”.

Así, el doctor Ramón García Sanz, presidente de la SEHH, hace hincapié en la situación de vulnerabilidad a la que se enfrentan los pacientes oncohematológicos: “Varios estudios elaborados por miembros de la SEHH han mostrado que este tipo de pacientes ha sido uno de los más perjudicados por la pandemia. De hecho, la mortalidad global se ha situado en torno al 30% y baja hasta el 18% en trasplante de progenitores hematopoyéticos (TPH) (conocido como ‘trasplante de médula ósea’).

A medida que el mundo se adapta al Covid-19, la resistencia de la atención sanitaria se hace cada vez más evidente. Hay que centrarse en soluciones que garanticen que el cribado, la atención y el tratamiento continuo de todos los pacientes con cáncer sigan siendo las pertinentes en los servicios sanitarios. “Lamentablemente la irrupción de la pandemia ha relegado a un segundo plano a el cáncer y esto ha impactado negativamente en su diagnóstico precoz, el acceso a las mejores soluciones terapéuticas, y por ello, las expectativas de los pacientes oncológicos. Un diagnóstico en cáncer no puede verse afectado por la pandemia, ya que el cáncer no espera y existen nuevas soluciones terapéuticas innovadoras que podrían marcar el pronóstico de la enfermedad y el paciente con cáncer tiene que poder acceder a ellas cuanto antes”, concluye Marta Moreno, directora de Asuntos Corporativos y Acceso al Mercado de AstraZeneca.