Expertos vinculan la regulación del cannabis con el control médico

Tratamientos

Aunque no existe un marco regulatorio específico europeo, todos los países de la UE, a excepción de España y Bélgica, cuentan ya con programas de acceso al cannabis medicinal

Un trabajador revisa las plantas de cannabis en un invernadero de una compañía farmacéutica en Israel. / Bea Kallos / Agencia Efe
Silvia C. Carpallo

04 de octubre 2021 - 18:09

Madrid/Mucho se ha debatido sobre el uso del cannabis medicinal. Sin embargo, todavía hay muchos falsos mitos y mucha información por aclarar al respecto. La realidad es que, a día de hoy, en Europa solo hay dos medicamentos cuyo principio activo es el CBD (cannabidiol) aprobados. Mientras, aunque no existe un marco regulatorio específico europeo, todos los países de la UE, a excepción de España y Bélgica, cuentan con programas de acceso al llamado cannabis medicinal.

Aunque parece que eso podría cambiar. Recientemente, el Congreso de los Diputados aprobaba la creación de una subcomisión, dentro de la Comisión de Sanidad, que analizará las experiencias europeas en la regulación del cannabis medicinal. Todo ello con el objetivo de realizar un informe para su remisión al Gobierno, tras 6 meses de trabajo.

Mejorar el marco regulatorio podría conllevar también una mejora de la investigación que abra nuevas vías de tratamiento

Ante esta nueva posibilidad, diferentes expertos han participado en un debate organizado por la Asociación Nacional de Informadores de la Salud (ANIS), en el que la primera idea que ha quedado clara es que la prescripción y el seguimiento médico son los pilares básicos ante una potencial regulación del cannabis medicinal en España.

Tal y como exponía Jesús de Santiago, coordinador del Grupo de Interés en Cannabinoides de la Sociedad Española del Dolor (SED), los expertos valoran con esperanza esta nueva iniciativa. No obstante, hay muchos pacientes afectados por el dolor crónico que actualmente cuentan con pocas alternativas terapéuticas. Pese a ello, actualmente los estudios existentes no recomiendan el cannabis medicinal para esta población, aunque como exponía de Santiago, el gran problema es que la falta de regulación impide hacer ensayos con grupos de pacientes suficientemente grandes y representativos.

Así, mejorar el marco regulatorio podría conllevar también una mejora de la investigación, que abra nuevas vías de tratamiento con la suficiente eficacia y seguridad. Por su parte, Juan Pablo Leiva, presidente de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos (SECPAL) insistía en que se ha hecho mucho hincapié en el uso del cannabis medicinal en el dolor crónico oncológico, pero hay muchos otros usos posibles. Por ejemplo, en enfermedades degenerativas o en pacientes con insuficiencia renal. Precisamente, en estos últimos “se cuenta con muy pocas opciones terapéuticas y la evidencia señala que el cannabis medicinal podría ser una de ellas”. No solo se trata de regular el dolor, sino también otra sintomatología como el mareo, el insomnio, las náuseas y vómitos o la falta de apetito, que generan cierto tipo de patologías y que hacen empeorar la calidad de vida del paciente.

Uno de los ejemplos más cercanos a España es la experiencia de Portugal. A este respecto, la normativa portuguesa ha limitado la prescripción de estos productos para el tratamiento coadyuvante en áreas como el dolor crónico (cáncer y dolor neuropático), la epilepsia, así como las náuseas y vómitos inducidos por quimioterapia.

En cuanto a la experiencia propiamente española, cabe destacar que este mismo mes Epidyolex se convertía en el primer medicamento exclusivamente a base de CBD aprobado en España. En concreto, se aprobaba junto con clobazam para las crisis epilépticas asociadas al síndrome de Lennox–Gastaut y al síndrome de Dravet.

Distintos productos en torno a la misma planta

José Tempero, director Médico de Tilray, explica que “en la UE existen muchos productos derivados del cannabis, pero que no tienen un marco médico.” Por un lado, estarían los complementos alimenticios derivados del CBD, y los aceites de cáñamo sin THC. “Pero ninguno de ellos tiene indicación médica, porque no cumplen con la reglamentación”. Luego están los productos que sí tienen una utilización médica y regulada, como los medicamentos a base de cannabidiol y el cannabis medicinal. Este último es un producto a base de cannabis de grado farmacéutico, bajo supervisión médica con diagnóstico y objetivos clínicos definidos. “Este ofrece una alternativa médica a pacientes intratables con los estándares disponibles con enfermedades muy debilitantes y solamente cuando la evidencia científica lo permite en un contexto concreto”.

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