Vitor Roque, a mitad de camino

Real Betis

El delantero brasileño ha anotado su quinto gol esta temporada con el Betis con el conseguido ante el Celta de Vigo

Iguala el registro del que parecía el mesías de los de Pellegrini, aunque es cierto que compartiendo liga y Copa del Rey

Dani Ceballos, presente en el estadio y un futuro... ¿En el mismo?

Vitor Roque celebra su gol con rabia.
Vitor Roque celebra su gol con rabia. / Antonio Pizarro

SEVILLA/Vitor Roque o 'Tigrinho', da igual cómo se le llame. Lo importante es que se está hablando del hombre gol del Real Betis Balompié. Una alegría que contagia a cualquiera en cada una de sus intervenciones pero que cuando se pone el uniforme de trabajo sólo aparece cuando anota un gol con la camiseta del conjunto verdiblanco. Y eso ha pasado ya en cinco ocasiones esta temporada con el tanto que le metió al Celta de Vigo el pasado domingo y que le servió al equipo para conseguir un valiosísimo empate en el Benito Villamarín. No por el punto en sí, sino por lo complicada que se puso la situación y la epicidad de la resolución de un encuentro que también contó con su dosis de polémica.

Como viene siendo costumbre en él, hizo que pareciese fácil, pero para nada fue así. Fue el que culminó la faena, pero el tanto es de una belleza colectiva de bastante envergadura. Comenzó con una buena contemporización de Abde en banda izquierda que filtraba un pase buenísimo para Johnny Cardoso al espacio. Llamativo. Quizá porque debió ser con los papeles cambiados fue el motivo de la sorpresa del estadounidense a los jugadores del Celta. Ahí 'Tigrinho' ya se dio cuenta de que debía iniciar el camino hacia el área, pero no de una forma agresiva. Se quedó parado atrás, con olfato goleador, esperando un pase atrás de su compañero cuando la jugada pedía centrar fuerte y raso al área pequeña.

Iguala a Giovani Lo Celso

Cuando Cardoso dio el pase atrás ahí estaba él, relamiéndose pero por poco tiempo, ya que no se molestó ni en controlar. Al primer toque, como la mayoría de sus goles en España, golpeó y empató el partido poniendo patas arriba el Benito Villamarín. Es la quinta vez en esta temporada que se ve rugir al pequeño tigre verdiblanco (dos tantos en Copa del Rey y tres en LaLiga). Con este último empata a nivel goleador con el que era hasta el momento, en solitario, el máximo anotador del Betis. Un dato que evidentemente habla muy bien de Lo Celso y algo mal del resto de delanteros. Aunque lo cierto es que si Vitor Roque hubiese anotado todas las oportunidades que ha tenido esta temporada, quizá llevaría más de la cifra que se marcó al inicio del curso.

Lo bueno de este futbolista es que tiene muy claro cuál es su problema y como muestran las cifras que ahora se detallarán, cuando lo pula puede hacer unos números muy interesantes: "A veces yo estoy con ansiedad de marcar goles, pero entiendo que hay que estar bien mentalmente y las cosas van a salir bien. Es un problema que yo tengo, querer hacer las cosas ya. Tiempo al tiempo y paso a paso, con los pies en el suelo y mucha humildad".

Vitor Roque busca la portería ante el esfuerzo de Starfelt por llegar.
Vitor Roque busca la portería ante el esfuerzo de Starfelt por llegar. / Antonio Pizarro

Una cifra valiente

Ya en una de sus primeras entrevistas para los medios de comunicación dejó entrever que quiere anotar más de 10 tantos con la elástica de las trece barras. De momento va por buen camino. Con los registros actuales promedia más de lo que dijo. Aunque es evidente que para poder llegar a esos números debe estar más acertado de cara a portería. Ante el propio equipo de Giráldez tuvo dos ocasiones más bastante claras con las que podría haber aumentado sus números y los del equipo.

"Si Vitor Roque metiera todas las que tiene quizá no estaría aquí", contestaba Pellegrini a una de las preguntas de Diario de Sevilla en una rueda de prensa este curso. En la web de estadísticas Sofascore promedia: 4.44 goles esperados en LaLiga (ha anotado tres), un gol cada 200 minutos, 2.7 disparos por partido de los cuales 1.5 van a portería. Aunque el dato más revelador es el de las ocasiones claras falladas; ocho.

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