La ventana
Luis Carlos Peris
Un premio tan tardío como merecido
Real Betis
Una semana más, el colectivo arbitral vuelve a no ser excusa en los malos resultados del Real Betis Balompié pero sí suponer un pesado lastre a la hora de intentar desquitarse de la manta negra que nubla la vista desde hace semanas a los de Manuel Pellegrini. Alrededor del minuto 30 de partido entre el conjunto verdiblanco y la Real Sociedad en el Reale Arena, con 1-0 en el marcador, Hernández Maeso demostró una abrumadora falta de profesionalidad y personalidad al señalar, tras revisarlo en el VAR, penalti de Perraud sobre Oyarzabal que supuso un doloroso 2-0 en contra de los de Manuel Pellegrini.
Llegaba el delantero txuriurdin algo forzado a por la pelota dentro del área, metió la puntera para dar un pase a su compañero y tras esto, Romain Perraud llegaba tarde y daba un leve golpe en la suela de la bota del delantero, que ya no estaba en disputa de la pelota. En primera instancia, Hernández Maeso, colegiado del partido, no pitaba absolutamente nada en una decisión acertada. Tras terminar la jugada, Gil Manzano desde el VAR lo llama a revisión. Una vez en la pantalla (con una severa protesta de Manuel Pellegrini de por medio que le costó una tarjeta amarilla), necesitó de muchas repeticiones de por medio para evaluar la intensidad del contacto que vio en directo y consideró que no era infracción. Finalmente, decidió cambiar su decidido inicial y señalar pena máxima.
Una acción llamativa, que afecta mucho al sino del partido. Por mucho que el conjunto bético ya fuese perdiendo, es una realidad que un segundo tanto, en la situación en la que está el equipo ahora mismo, es una losa demasiado pesada. En Diario de Sevilla ya contamos que la molestia en la cúpula verdiblanca es creciente con los 'errores' arbitrales este curso. Y es que es una molestia totalmente justificada viendo la disparidad de criterios que sufre no sólo el equipo verdiblanco, sino también todos los equipos de LaLiga.
En ma memoria queda ya esa acción de Pablo Fornals en el Benito Villamarín ante el Getafe. El bético golpeaba el balón en un pase, y después recibía una patada bastante agresiva a la altura del tobillo. En esa ocasión, el colegiado decidió no acudir si quiera a la pantalla a ver la jugada (porque evidentemente, el árbitro decidió VAR, no lo consideró). ¿Cómo la misma jugada puede pitarse de forma diferente en dos partidos? La respuesta es probable que no la tengan ni los propios colegiados, pero lo único claro es que todas estas acciones adulteran la competición jornada a jornada.
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