El talento no puede tener bridas

Manuel Pellegrini tiene cada vez más claro que maneja un grupo con un extraordinario talento ofensivo y cada vez desplaza más el centro de gravedad de su juego hacia el área contraria. Ni el hecho de que dejara en Sevilla a Guido Rodríguez, la pieza maestra del equilibrio táctico, el sostén, hizo a los verdiblancos dar un paso atrás en un escenario donde el público aprieta –o al menos hasta que su equipo cae por más de un gol, como se vio ayer– y el anfitrión suele encontrar agujeros en defensas cerradas por la capacidad asociativa de Silva, Mikel Merino, Oyarzabal o Januzaj.

El Betis de la hora levita. Mana una energía de sus botas que a ver quién es capaz de frenar. No se sabe si disfrutan más los espectadores béticos y neutrales o los propios jugadores. Cómo ponerle bridas a ese talento de Fekir, Canales... y William Carvalho. El portugués ha pedido permiso para sentarse en la misma mesa que el santanderino y el francés.

Defensa

¿Cómo solucionar la ausencia de Guido? Pellegrini lo tuvo claro: Édgar a la medular y Víctor Ruiz a recuperar su sitio atrás junto a Bartra. Y para evitar que Silva agarrara el diapasón, a presionar lo más arriba posible y que la Real tuviera que iniciar los ataques muy atrás y sin espacio ni tiempo para pensar.

El único que con tantos metros por delante ganó metros en conducciones fue Januzaj desde la derecha, y alguna vez su acción derivó en peligro hacia el otro costado, cuando apareció Oyarzabal. Pero en transiciones, la Real trenzó a cuentagotas. Merino y Silva fueron engullidos por la mayor intensidad del Betis en la zona ancha.

Apretar arriba evitó al Betis mucho balón parado que defender. En una falta lateral desde la derecha sí llegó la inquietud, pero Merino cabeceó fuera.

Tras el descanso, el Betis plantó su línea unos metros más atrás ante la mejor salida de los vascos y fue clave la mano que sacó arriba Rui Silva en ese tiro que Isak hizo casi con el cuerpo acomodado ya para correr a celebrarlo.

Ataque

Sabaly se ha montado a la grupa y demuestra que también ofrece soluciones en ataque. Se proyectó y desdobló con sentido, incluso más en ataques estáticos y al pie que al espacio. Como Álex Moreno va en moto, abrieron el campo para que por dentro William Carvalho volviera a hacer de las suyas con sus conducciones y su visión de juego al mirar al área y dentro de ella. Habla el mismo lenguaje que Canales y Fekir, quien fue el que se la devolvió en su desmarque que lo desbrozó todo.

Con espacios, en la segunda parte, Canales, Fekir y Carvalho formaron un triángulo letal en las contras, saliendo en corto conduciendo o combinando o lanzando en largo a los que se incorporaban, como fue el caso de Álex Moreno en el 0-2.

Virtudes

La confianza en su propuesta ofensiva es tal ahora mismo que nada, ni el azar, es capaz de pararlo.

Talón de Aquiles

Esa salida tras el descanso un tanto fría pudo animar a la Real.