Rubi le debe una a Fekir (2-1)
Betis-Celta de Vigo
La magnífica definición del francés le da el triunfo a un Betis muy pobre en el tiempo de prolongación
Los verdiblancos ni siquiera necesitaron méritos del Celta para el empate, se lo regalaron
Galería gráfica del Betis-Celta
Sevilla/Vida extra para Rubi al frente del Betis o no, que eso dependerá de la decisión final de quienes mandan en la entidad verdiblanca. Lo cierto es que Fekir apareció sobre la campana para otorgarle una vida extra al entrenador catalán, por cierto con una celebración efusiva del francés dedicada a su técnico, después de una noche que no hizo sino confirmar el pésimo momento que vive la escuadra verdiblanca.
Pero el fútbol es el fútbol y quien profesa la fe del resultadismo sin la más mínima opción a la duda tiene que precisar con prontitud que el resultado anotado por el protestadísimo Gil Manzano en el acta fue dos a uno a favor del Betis sobre el Celta. A partir de ahí cada uno puede realizar su interpretación de los hechos, siempre sobre la base de que los tres puntos ya no hay quien se los reste a este equipo de Rubi tan cogidito con alfileres.
Y lo primero que llamaría la atención en ese análisis fue la enésima apuesta del máximo responsable deportivo de este Betis por fortalecer la posición del medio centro, sin duda la clave para que su equipo al menos aparente ser más equilibrado. En esta ocasión la pareja elegida estaba compuesta por Bartra, que adelantó una decena de metros su lugar en el campo, aunque con un rol diametralmente distinto, y por el joven Ismael, que era el encargado de ir a la presión a zonas más adelantadas, aunque tuvo escaso acompañamiento para ello de sus compañeros más ofensivos sobre el campo.
Pero con semejante planteamiento, y también con el ingreso de Álex Moreno, Joaquín y Borja Iglesias en el equipo respecto al que cayera en Granada, el Betis sí tuvo esta vez una puesta en escena algo más prometedora. Incluso fue capaz de conseguir algo que sólo ha hecho en este curso en Anoeta, ponerse por delante bien pronto. Ocho minutos, una acción entre Fekir y Canales y el pase atrás del cántabro acaba finalmente en los pies de Emerson, en su llegada desde atrás.
El Betis tenía el escenario que soñaba, tenía ventaja en el marcador desde casi antes de comenzar a sudar y a partir de ese instante el guión de la película podía cambiar considerablemente. Entre otras cosas porque se podía rebajar varios puntos la tensión inicial con esa alegría tan tempranera. Bueno, se puede decir que los anfitriones, con el notable posicionamiento de Bartra, tuvieron sobre 20 minutos en los que se ganaron el derecho a que los suyos sí creyeran.
Este equipo, sin embargo, está cogido con pinzas y no es capaz de manejar las situaciones, ni siquiera las favorables, entre otras cosas porque el estado de nervios se acerca a la paranoia. Tal vez si Borja Iglesias hubiera concretado el dos a cero al filo de la media hora la película habría sido otra, pero Rubén Blanco, como Joel Robles, está para parar y el meta gallego evitó ese segundo tanto de los béticos.
Curiosamente, bastó con eso para que comenzara el calvario en el juego. Más o menos fue a partir de ahí cuando Bartra se quedó sin aire en esa nueva posición que le exige recorrer más metros y como el resto de sus compañeros tampoco lo ayudaban en exceso, el Celta dio un paso adelante y comenzó a encerrar, aunque fuera de mentira, al Betis. Joel, de cualquier manera, no sufría demasiado, aunque estando el balón tan cerca de él siempre se podía producir alguna circunstancia adversa.
Los sustos menudearon mientras la grada se iba impacientando ante la impotencia que transmitía la escuadra de Rubi, la de sus amores por supuesto. Ya había inquietado en serio Aidoo con un cabezazo al poste cuando el Betis evidenció que ni siquiera necesita de una acción de mérito del contrincante para dispararse en el pie. ¡Valiente penalti absurdo hizo Borja Iglesias sacando el brazo sin saberse bien por qué!
El empate volvía al electrónico y todos pensaban que la cosa aún podía ser peor, tanto que los gritos de la grada llegaron pidiendo hombría y también manifestando su hartazgo contra la dirección. Pero el fútbol sólo entiende de goles, lo demás es carne de tertulia y bla, bla, bla. Así que Fekir aprovechó un mal despeje para evidenciar su calidad en la resolución. En teoría, Rubi le debe una al francés y, ojo, las rachas buenas empiezan en partidos así de malos. Quién sabe....
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