Al más puro estilo Setién
el derbi sevillano
La versión ofensiva supera a la fragilidad de la retaguardia verdiblanca
El Betis de Quique Setién se ordena a partir y a través de la pelota y con esas virtudes ofensivas, junto a los retoques del propio entrenador para frenar la vía de agua del flanco derecho que padeció sobre todo en el primer tiempo, los verdiblancos impusieron su fútbol de ataque para llevarse un triunfo de enorme mérito.
Pese a las fatigas defensivas en las acciones en contra a balón parado, que dieron vida a su rival cuando parecía noqueado tras el 2-4, el Betis tiró de su manual de toque para ganar la batalla en el centro del campo con ese 4-2-3-1 en el que Fabián se agigantó hasta que tuvo oxígeno. Además, la entrada de Tello le otorgó ese plus de velocidad para aprovechar los espacios ante un Sevilla desarbolado, con lo que finiquitó una goleada para el recuerdo.
La acción del 2-3, la que ya dejó entrever cómo sería el final del encuentro, plasma a la perfección el ideario de Setién, con toques y más toques hasta generar el espacio que Durmisi aprovecha para aparecer, ante la pasividad de Jesús Navas, y con el buen pase final de Boudebouz.
Defensa
El Betis sufrió por un déficit ya conocido: las acciones en contra a balón parado. Los tres goles del Sevilla partieron de esos lanzamientos y hasta cuatro o cinco remates más concedió la zaga bética y también un Adán que sólo al final se hizo dueño del área.
El otro punto débil se localizó en el lateral derecho. A la decisión de colocar a Boudebouz por delante de Barragán, con el escaso trabajo del franco-argelino, se añadió la lesión del lateral, lo que llevó a la entrada de Francis. Setién sí corrigió tras el descanso, al mover a Guardado hacia la banda para ayudar al canterano, con lo que frenó en parte el aluvión sevillista por esa zona.
Ataque
El Betis enseñó los dientes nada más arrancar el partido. Sergio León presionó la salida de Lenglet para recuperar en zona adelantada, esa virtud que se ha recuperado en los últimos partidos, y que facilitó la arrancada de Fabián, un gigante para sostener a la medular.
Quizá a los verdiblancos les faltó serenidad con la pelota para aguantar el empuje local, aunque también el cambio de Barragán trastocó al equipo, que se quedó más pendiente de ayudar a Francis en las labores defensivas.
El movimiento de piezas posterior de Setién le sirvió para ganar el duelo. Primero, con la mencionada liberación de Boudebouz de las tareas defensivas y una mayor presencia de Guardado, lo que le sirvió para controlar el centro del campo; luego, con la entrada de Tello por un cansado Joaquín, con lo que el Betis aprovechó los espacios con la velocidad del catalán para golpear.
Virtudes
Con la pelota, el Betis tiene criterio y siempre genera ocasiones.
Talón de aquiles
La debilidad en el área propia, en la que concedió demasiados centros y remates.
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