Del protagonismo ineficaz de Fekir a la falta de respuestas a Isco

Rayo Vallecano-Betis | Los nombres propios

El retorno del fútbol de quilates del malagueño no bastó para recomponer a un Betis perdido en su inocuidad

La crónica del Rayo Vallecano-Betis

Nabil Fekir, ante Raúl de Tomás.
Nabil Fekir, ante Raúl de Tomás. / Fernando Alvarado (Efe)

El Betis de Manuel Pellegrini está irreconocible. Desde que el muy competente entrenador chileno armó su mecano verdiblanco, tras unos primeros meses de duda tras su llegada, nunca se ha visto a un Betis tan perdedor en la Liga. Tres veces seguidas ya. En ataque no intimidó a un Rayo Vallecano muy tembloroso por su pésima dinámica. Al contrario, le dio vida. Sólo Isco voló. Su vuelta es la única noticia buena para los heliopolitanos.

Fekir | Su zurda sigue siendo un imán para la pelota, pero ya no desequilibra

Nabil Fekir tiene tanto peso específico en el juego del Betis, que ni con un físico tan limitado como el que aún padece, deja de ser el dueño de la pelota con ese imán que parece tener en su pie izquierdo. El problema para los verdiblancos es que ahora, el campeón del mundo dista de ser el jugador desequilibrante que solía ser antes de su gravísima lesión, y eso condiciona mucho el juego para mal. Tuvo el 0-1 en sus botas, cierto es, pero Mumin desvió el balón lo justo para que se estrellara en el poste.

Isco | Como en la primera vuelta, vuela por encima de todos

Si hay alguien capaz de enderezar el rumbo de este Betis desnortado que ya acumula tres derrotas consecutivas en la Liga, es Isco Alarcón. El finísimo jugador malagueño ingresó en el terreno de juego en el minuto 57, se ubicó en principio junto a Guido Rodríguez y trató de armar el juego, de buscar los espacios entre angostos pasillos. Parecía que iba a cambiar el destino del Betis, como ya ha hecho varias veces, pero la inercia del grupo es ahora mismo más poderosa que su luz tan especial.

Rui Silva | El luso no termina de ser un portero regular

Un puesto tan relevante como el de portero necesita a alguien regular, sobre todo regular. De poco vale realizar paradones en un partido y al siguiente cometer un error decisivo. Y el portugués no termina de enlazar varias actuaciones convincentes, plenas de seguridad. El tiro de falta de Lejeune por su palo nunca debió entrar y lo terminó de torcer todo.

Fornals | Quiso entrar por muchos sitios, no lo hizo por ninguno

El castellonense no termina de cobrar más protagonismo y continuidad en el juego colectivo. Su más que acreditada capacidad para unir las líneas, salir del encorsetamiento y sorprender con calidad sólo aparece en chispazos. Y en Vallecas, ni eso. Quiso aparecer por muchos sitios y no lo hizo por ninguno.

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