¿Qué pierde el Betis sin Rodri?

Real Betis

La marcha del de Talayuela deja muy tocado al equipo en este inicio de competición

Ha mejorado convirtiéndose en un jugador muy polivalente en varios registros

Una plantilla sin completar

Rodri en un encuentro con el Real Betis en el Benito Villamarín esta temporada
Rodri en un encuentro con el Real Betis en el Benito Villamarín esta temporada / Europa Press

SEVILLA/El Real Betis Balompié se ha malacostumbrado a vivir con la angustia constante de no tener una plantilla cerrada en los últimos dos mercados veraniegos, con el problema deportivo que ello supone y el riesgo clasificatorio a largo plazo que significa. Ya el año pasado jugó con fuego debido a la marcha de Luiz Felipe a Arabia Saudí, con una oferta irrechazable económicamente para la entidad heliopolitana pero que dejó al que se encarga de hacer que el barco siga a flote, Manuel Pellegrini, un problema severo. Marc Bartra lesionado, un central menos y la responsabilidad de rendir inmediatamente para un chico demasiado joven como era (y es) Chadi Riad. Ya por aquel entonces el Ingeniero dejó claro que dejar la plantilla así era una irresponsabilidad, pero parece que sus palabras no han tenido mayor calado en la planta noble, quien prioriza ir mejorando poco a poco la situación económica del club sin mirar tanto cómo queda configurado el plantel y las fichas con las que permiten a su entrenador jugar en una partida tan competida como la de este curso en LaLiga.

Este año ha pasado un poco lo mismo, pero en la parcela de la creación. La situación del equipo es la siguiente en estos momentos: Gio Lo Celso llegará tarde del periplo con su selección y todo apunta a que tampoco jugará ante el Leganés. Fekir, obviamente, se marchó. Isco Alarcón ha tenido que volver a pasar por quirófano y no se le espera, al menos, hasta 2025 y Rodri, el único que aportaba algo de frescura en la organización en tres cuartos de campo, está a punto de dejar la entidad.

Sergi Altimira bromea con Rodri durante la sesión de trabajo de este martes.
Sergi Altimira bromea con Rodri durante la sesión de trabajo de este martes. / José Luis Montero

¿Qué pierde el Betis sin Rodri?

A la hora de repasar qué es lo que pierde el equipo de Manuel Pellegrini con la marcha del extremeño hay que atender a varios aspectos. Lo primero que se pierde es un futbolista con hambre de mejorar, joven, que quería conseguir cosas vestido de verdiblanco y que comenzó la temporada con un extra de motivación, tras prepararse física y mentalmente desde principios de año para este nuevo curso. De hecho, ya lo dijo en sus declaraciones en el aeropuerto al salir destino Qatar: "Ajetreado porque al final no es fácil tomar una decisión así, pero creo que es lo mejor para mí y para mi familia... yo creo que para mi futuro. Al final, el bienestar mío. Ya sabemos estas decisiones por qué se toman. Al final fue difícil, ha sido una decisión difícil... he tenido momentos de llorar con mi familia porque son 9 años en el Betis y yo al club lo quiero mucho y solamente tengo palabras de agradecimiento a ellos porque me ha dado la vida".

A nivel futbolistico... La marcha es una malísima noticia. Tan cierto es que en los últimos años siempre ha sido un jugador de rotación para el técnico chileno y que cuando jugaba nunca terminaba de despuntar, de ser definitivo de cara a portería y de 'romperla', como se suele decir en la jerga del gremio. Pero la realidad es evidente y pierde a uno de los jugadores más utilizados por Pellegrini en los últimos meses, también uno de los que más ha mejorado y un perfil demasiado útil como para perderlo.

Rodri pugna por el balón con Dani Ceballos.
Rodri pugna por el balón con Dani Ceballos. / Sergio Pérez / Efe

Una polivalencia que vale dinero

Rodri puede jugar como banda diestra, intentando ganar duelos por potencia (en lo que ha mejorado) o metiéndose hacia dentro buscando combinaciones. También puede hacerlo (y de hecho ha habido momentos en los que las bajas le han llevado ahí) en banda izquieda, a pierna natural. Y cómo no, en la posición que siempre se ha dicho que es la suya, la mediapunta. Disparo a pierna cambiada desde el flanco diestro (con éxito ya en varias ocasiones), desborde, capacidad de organizar desde atrás y filtrar pases... Se pierden muchas cosas.

Y sobre todo, un efectivo. Tanto para el fondo de armario como para el corto plazo, donde el Betis está cogido con pinzas. Al fin y al cabo, la economía manda, la opinión del entrenador deja de tener tanto peso, y 8 millones de euros son demasiados como para hacer oídos sordos (y más cuando el límite salarial aplaude a raudales al ser todo plusvalías por ser canterano). Evidentemente, la fiesta sigue en casa del jugador, que ganará 12 millones en tres temporadas y deja su vida más que resuelta.

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