Petrocub-Betis: En Europa, la prueba del algodón
El Betis se la juega ante el débil Petrocub obligado a ganar, mejorar su imagen y saber manejar esa presión
Sin un motor ofensivo tipo Lo Celso o Isco, ausentes, la opción de los dos delanteros gana enteros
Pellegrini reconoce el punto débil en Europa
Sevilla/Después de la demostración ante el Barcelona, al Betis de Manuel Pellegrini le toca de nuevo bajar al barro. Nunca mejor dicho con lo que le puede esperar en el Stadionul Zimbru de Chisinau (18:45), ciudad a la que el conjunto verdiblanco vuelve más de 22 años después para demostrar ante el débil Petrocub que el punto de inflexión es real; que la plantilla ha entendido que en la Conference League hay que ir de verdad, con la actitud de LaLiga y no creyéndose mejor sólo por el nombre. En la capital moldava, donde al cuadro heliopolitano sólo le vale ganar, donde la victoria es un imperativo, una obligación, será la prueba del algodón.
Llega el equipo verdiblanco apurado tras el patinazo inesperado ante el Mladá Boleslav. Fue la gota que colmó el vaso. El momento de analizar por qué es capaz de dar la cara con el Atlético de Madrid y en San Mamés y no defender el 0-1 a favor que tenía en tierras checas, partido que se sumaba al resbalón en el debut ante el Legia de Varsovia (1-0), el tropiezo con el Copenhague en casa (1-1), abriendo el marcador de nuevo, y el susto de casi infarto del triunfo sobre la bocina con el Celje (2-1). Con estos resultados el Betis suma cuatro puntos y es vigésimo segundo de 36 en esta fase liga del tercer torneo continental en la que se clasifican los 24 primeros. Acabar entre los ocho primeros y saltarse el play off de acceso a octavos de final ya es una quimera. Ahora el objetivo es pasar, como sea, y con el equipo en vigésimo sexto lugar también con cuatro puntos el cuadro hispalense debe ganar al Petrocub y cerrar esta ronda venciendo también al HJK Helsinki en el Benito Villamarín, para esperar un cruce más favorable.
Es tal la necesidad que Pellegrini debería alinear un once lo más titular posible, dentro de las posibilidades que tiene con las bajas que hay, antes que hacer algún invento tipo Ricardo Rodríguez como pivote. Casi que ni como lateral izquierdo. Al menos en esa parcela recupera el técnico chileno a Johnny Cardoso, superados los problemas musculares que lo han tenido un mes en el dique seco. El estadounidense puede darle un descanso a un Sergi Altimira que lo está jugando todo (no hay otro), aunque puede que esa exigencia de ganar haga que el Ingeniero apueste por un doble pivote de garantías también con el catalán, pues Mateo Flores, que está en la convocatoria, acabó sobrecargado contra el Barça.
Pellegrini dejó atrás hace tiempo una apuesta que le salió bien en su día como fue la de jugar con dos delanteros. Quizá es una buena ocasión para retomar ese sistema dado que no tiene un futbolista para la mediapunta con las ausencias del sancionado Lo Celso; Isco ni Iker Losada, no inscritos en el torneo; ni los lesionados William Carvalho y Fornals. Es por este motivo que en la expedición está el canterano Carlos Reina, pero no es el momento de darle esa responsabilidad. Así las cosas, con Assane y Abde o Jesús Rodríguez en las bandas, la duda estaría en el acompañante de Bakambu: la velocidad de Vitor Roque o la briega de Chimy Ávila. A elegir...
Por atrás la cosa está más clara, con Adrián, el portero en Europa, defendiendo la portería acompañado por Natan, al que le toca ya jugar en este caso el centro de la zaga junto a Diego Llorente. Sabaly, un jugador al que no se puede cargar de minutos por su propensión a las lesiones, podría dejar su sitio a Ruibal mientras que en el otro lado la filosofía de rotaciones de Pellegrini apunta a Ricardo Rodríguez, aunque el nivel demostrado sería para pensárselo. Quizá no cuadre una banda con él y Jesús Rodríguez. Eso sí, el nivel del rival es para que el suizo tenga otra oportunidad, una más, de reivindicarse o al menos demostrar que para determinadas citas puede ser una alternativa.
Pellegrini sabe que se juega mucho. El técnico chileno es consciente de que su equipo está en el alambre y no se puede permitir más despistes. Porque si compite contra el Barcelona no se le puede exigir menos en Europa ante el Petrocub, con tanto en juego en lo deportivo, pero también en lo extradeportivo. Cuestionar al técnico está de más, así que el foco está en los futbolistas y en una plantilla emprobrecida por una directiva que habla de contención y cantera, pero no es el momento para ello en Chisinau. El Petrocub moldavo afronta la cita completamente descansado, ya que no disputa un partido oficial desde en 27 de noviembre. Hace dos semanas logró su primer punto en la Conferene League empatando a domicilio con el Basaksehir con un gol en el tiempo de prolongación.
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