Pellegrini apela a la varita mágica de Lo Celso en el momento justo (2-0)

Sevilla/Nueva lección de manejo de las situaciones de Manuel Pellegrini Ripamonti. El técnico chileno supo jugar con los tiempos a la perfección para que el Betis sumara su primera victoria del curso liguero 24-25. Los verdiblancos derrotaron al Leganés por 2-0 gracias a sendos tantos de Abde y Vitor Roque, que remataron a placer para que la fruta cayera por madura. Pero el principal protagonista de todo no fue ninguno de los autores de los goles, ese papel recayó en la persona de Giovanni Lo Celso en el retorno del argentino a la disciplina heliopolitana.

Pellegrini supo moverse con sapiencia a la hora de dosificar a los suyos. Pareció una evidencia que el físico de Lo Celso no está para aguantar los noventa y pico de minutos corriendo con este calor. Menos aún si lo hace con su tradicional camiseta de mangas largas, aunque esto sea una simple anécdota, pero el mediocampista argentino le cambió la cara a los suyos después de ingresar en el campo en el minuto 62, en pleno carrusel de sustituciones, pues también ingresaron al mismo tiempo Bellerín y Vitor Roque.

Los tres fueron decisivos en los jugadas de los goles de los verdiblancos, lo que magnifica aún más el juego de ajedrez por parte del Gran Maestro Pellegrini. El chileno introdujo esas tres variaciones en torno a la hora de juego, pues, y el resultado fue que Lo Celso se convirtió en la referencia que le faltaba a los suyos desde el comienzo. Por sus pies, y a su ritmito, pasaron todos los balones para buscar en profundidad a Abde y también a las conexiones con el resto de los hombres que ya si gravitaban a su alrededor, concretamente Altimira y Fornals.

El Betis, lógicamente, fue algo diferente, muchísimo mejor y más punzante. Era cuestión de esperar, de no precipitarse y de madurar las jugadas hasta que el Leganés definitivamente se descompusiera. Lo hizo por el costado derecho después de un pase lógico de Fornals para el desdoble de Bellerín, éste llegó con apuros al balón y dejó la pelota en bandeja para Abde, que supo venir de fuera hacia dentro para hallar el remate adecuado. Todo era ya distinto con el uno a cero.

Mejor se pondría la cosa incluso después de un córner en contra. La pelota la despejó el Betis en el primer poste y Lo Celso se encargó de darle profundidad con un pase a Fornals batiendo líneas. El castellonense abrió hacia Abde y éste inició una carrera larga acompañado de Vitor Roque y también de Lo Celso. El marroquí optó por el disparo colocado, Juan Soriano lo repelió y el delantero centro estaba en la dirección del balón para cantar con infinita alegría su primer gol como verdiblanco en el Benito Villamarín (86').

Primera mitad sin referencia

La noche, con el manejo de los muñecos y de los cambios por parte de Pellegrini, se había arreglado definitivamente después de una primera mitad que sí dejó síntomas preocupantes. Fue, sin duda, decepcionante por parte del Betis. El equipo de Pellegrini pareció huérfano de una referencia para encauzar la mayor parte del juego. Que Isco y también Fekir se echan de menos en cualquier equipo es una obviedad para cualquiera que disfrute con el deporte fútbol, pero quedaba corroborarlo en un partido oficial. Y así iba a ser.

Con Lo Celso aún en el banquillo por ese criterio del entrenador chileno de no forzar a sus futbolistas tras un viaje transoceánico, también sin Vitor Roque, a pesar de que se incorporó mucho antes después de su periplo con la sub 20 brasileña, el Betis fue un conjunto de futbolistas insulso. Sólo se podía esperar un chispazo de Abde por su costado izquierdo o algún balón en profundidad para la potencia de Assane Diao por el centro.

Lo segundo no sucedió nunca en ese primer acto, lo primero sí pudo poner con ventaja al Betis en el minuto 38. Fue un gran pase de Pablo Fornals, justo en el momento adecuado, el marroquí controló en su carrera y se plantó delante de Juan Soriano. Es cierto que Rosier le dificultó el disparo, pero parecía que iba a llegar el uno a cero. La pelota se estrelló en el cuerpo del guardameta del Leganés.

Lesión de William Carvalho

Fue la única llegada clara de un Betis al que también pudo afectarle la lesión de William Carvalho, sobre todo por la incertidumbre sobre la gravedad de la misma debido al gesto del portugués, pero que mostró unos defectos que se dirigían, sobre todo, a las ausencias de esas referencias. Ni siquiera el juego a balón parado era un recurso al que agarrarse. Pablo Fornals, Marc Roca, incluso Abde en algún saque de esquina, fueron los lanzadores, pero nada que ver con la sensación de peligro que transmitía Fekir en los primeros encuentros de esta Liga y, por supuesto, Isco durante toda la campaña pasada.

Restaba esperar, lógicamente, a que el cansancio fuera haciendo mella en el Leganés y que el Betis optara por la paciencia para saber esperar al momento oportuno para golpear. Porque también es verdad que los verdiblancos sí se protegían con seguridad atrás gracias al rendimiento de Diego Llorente y Natan en el centro de la zaga, apoyados por Marc Roca por delante. Sea por esas cualidades o también por el escaso nivel mostrado por el rival, lo cierto es que Rui Silva se marchó inédito al vestuario en el intermedio. El único susto, un cabezazo de Haller que acabó dentro, se produjo en un clarísimo fuera de juego.

Pellegrini era consciente de que eso iba a ser definitivo. Hizo el triple cambio en el minuto 61 y los tres hombres que ingresaron, Lo Celso, Bellerín y Vitor Roque, se encargaron de darle la razón al chileno. La sapiencia del entrenador es la mejor de las garantías para un Betis que ya conoce el sabor del triunfo en esta Liga. Lo paladeó después de una primera mitad preocupante, pero el fútbol es un deporte que se disputa durante más de noventa minutos y hay que saber manejar todo tipo de situaciones durante ese tiempo. Pellegrini lo sabía y supo esperar para sacar la varita mágica de Lo Celso.