El peaje de la lesión de Juanmi afea un buen inicio del Betis (0-2)

Buen arranque para el Betis en la Liga Europa con la salvedad de la inquietud que provoca la lesión de Juanmi en su tobillo. Los béticos, de naranja y verde esta vez, supieron darle al partido la serenidad que éste demandaba y consiguieron que la fruta fuera cayendo por madura para sumar un triunfo que nunca es fácil a pesar de las apariencias. Ahí está la derrota de la Roma en su visita al Ludogorets para corroborar que es así. El animoso HJK lo intentó, pero se tuvo que chocar con la realidad al encajar sendos goles a través de Willian José.

El brasileño jugaba por primera vez como titular después de los numerosos problemas administrativos para su inscripción en LaLiga y demostraba en una Helsinki mucho menos inhóspita en su climatología que en el invierno que no se le ha olvidado marcar goles. El primero, es cierto, llegaba a través de la transformación de un penalti que había concedido el VAR por un derribo a William Carvalho, pero había que transformarlo y el centro delantero lo hizo con la misma seguridad con la que suele ejecutar esta pena su compañero Borja Iglesias. El segundo ya pertenecía al género de autor de los nueves, porque Willian resolvió un barullo con un tiro preciso al fondo de la red.

El Betis solventaba de esta forma el debut en la competición europea, pero la realidad es que tuvo muchas más ocasiones para haber ganado incluso de una forma más cómoda, si es que ésta no lo fue, claro. Además, el choque, como en el curso pasado, le volvía a servir a Pellegrini para sumar adeptos a su filosofía futbolística dentro de una plantilla que se engrasa de esta forma como mejor lo puede hacer, jugando partidos de competición.

El entrenador chileno variaba diez futbolistas respecto al litigio del Santiago Bernabéu. Sólo se mantenía en el mismo el malagueño Juanmi y la casualidad, la mala suerte en este caso, quiso que fuera precisamente éste el que sufriera una lesión tan prematura como preocupante. Corría el minuto 3 cuando el delantero pisó mal en el césped artificial del Bolt Arena y se cayó con gestos de un dolor desesperante para el protagonista. La inquietud, como es lógico, se apoderaba de inmediato de todos quienes sienten en verdiblanco, uno de sus goleadores daba golpes sobre esa hierba sintética para manifestar su dolor después de una torsión de tobillo un tanto extraña, pues no era completa, pero sí muy dolorosa.

Juanmi fue sustituido en el minuto 5 para que el Betis ya fuera completamente nuevo respecto al que salió en el Santiago Bernabéu con la entrada de Rodri. Aunque también es cierto que allí Luiz Henrique también ingresó muy pronto debido al problema muscular de Fekir. En la idea de Pellegrini se conformaba un equipo con el debutante, este año, Claudio Bravo en la portería; Aitor Ruibal, Pezzella, Víctor Ruiz y Miranda conformaban una defensa casi inédita hasta ahora. Paul hacía de Guido junto a William Carvalho, mientras que los tres puestos de la mediapunta eran para Luiz Henrique, Joaquín y el lesionado Juanmi, es decir, Rodri durante casi todo el partido. Willian José se quedaba arriba para marcar los goles y desahogar de esta forma a los suyos.

Entre la adaptación a ese temido, con toda la razón, césped artificial y la preocupación por la dolorosa lesión de Juanmi, el Betis pasó una fase inicial de complicaciones. El HJK trataba de jugar la pelota dentro de sus limitaciones e incluso provocó un par de sustos sin más trascendencia que lo que suponían como avisos. Pero bastó con que los verdiblancos se adaptaran al medio y con que pisaran medianamente el acelerador para que se plasmaran en el juego las diferencias entre unos y otros.

El primero en lanzar los avisos fue Luiz Henrique con sus disparos saliendo hacia dentro para utilizar su pierna buena. Los dos iniciales se le fueron bastante alto, pero en el tercero después de una parada de Hazard a Rodri obligó al guardameta norirlandés a realizar una gran intervención. Corría el minuto 35 y el primer toque de los naranjas estaba ya dado.

Después llegaría otra gran parada de Hazard a William Carvalho en una volea a la salida de un córner que posteriormente se estrellaría en la misma cruceta. Segundo aviso. Y en el tercero tras una jugada en la que el extremo brasileño volvió loco a Browne con su regates y que acabó en saque de esquina iba a llegar el primer tanto de los béticos. William Carvalho caía en una fricción con Boujellab y el VAR le recomendaba poco después al israelí Roi Reinshreiber que fuera a verlo al monitor. No tardó mucho el árbitro principal en darle la razón a su ayudante.

Penalti para el Betis y Willian José ponía el cero a uno con una transformación precisa y potente. Los naranjas se iban al vestuario con ventaja, lo que a la vista de las dificultades que deparaba el juego por el césped era un verdadero tesoro. Pellegrini hacía otra variación al introducir a Luiz Felipe por un Víctor Ruiz que acabó renqueante y a pesar de un primer susto que evitó Aitor Ruibal en un cabezazo a bocajarro todo iba a ser mucho más tranquilo para los béticos.

El control parecía absoluto, pero Pellegrini en esa dosificación de los esfuerzos entendió que los más titulares también debían tener minutos de calidad en ese tramo final. Justo acababa de salir Canales por Joaquín cuando llegó el 0-2 al concretar Willian José un barullo en el que Pezzella caía derribado después de un córner.

La ventaja ya era plácida y más que lo fue desde que fuera invalidado un gol de Abubakari por un claro remate en fuera de juego. El Betis incluso pudo incrementar la diferencia, ya que Willian José lo tuvo todo a favor para protagonizar un hat trick tras un pase de Canales. Igual que Rodri en una jugada de tres contra dos tras otro servicio del cántabro. Y, mientras, llegaban noticias desde Bulgaria con la derrota de la Roma. La tropa de Pellegrini sí había cumplido con su papel y sólo la inquietud por la lesión de Juanmi afeaba una puesta en escena en Helsinki que cumplía con las expectativas.