Real Betis
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SEVILLA/Los sueños se cumplen y si además ocurre en el mundo del fútbol, sabe todo mucho mejor. Se saborea durante más tiempo y la vista se echa atrás constantemente recordando todo lo que se ha trabajado para disfrutar, más si cabe, de ese instante. Eso es lo que le ha pasado en la tarde de este sábado de fútbol a Mateo Flores. Un chico que llegó al Real Betis Balompié en alevines y que con mucho sacrificio ha ido escalando poco a poco con el paso de los años hasta debutar en Primera División de la mano de Manuel Pellegrini. Y no ha sido un debut cualquiera, ya que en sólo 22 minutos ha conseguido refrescar el centro del campo de los verdiblacos y mejorar su presencia en el césped en un tramo de partido en el que los de Vicente Moreno estaban siendo muy protagonistas.
¿Quién le diría a ese chico que en juveniles tuvo que salir al Calavera que terminaría cumpliendo su sueño de presentarse ante la élite del fútbol unos años después? Seguramente pocos lo imaginaban tanto como él, porques siempre tuvo clarísimo que a su calidad como futbolista iba a acompañarle el trabajo, la constancia y el esfuerzo. Este tipo de jugadores siempre son muy ambiciosos (que se lo digan al bueno de Pablo García), pero Mateo ha sabido esperar su oportunidad. De la mano de Arzu y rodeado de un grupo de altísimo nivel en el filial, ha ido tomando protagonismo, convenciendo a Pellegrini hasta el punto de citarlo para muchos entrenamientos y finalmente recibiéndo la confianza de un entrenador histórico en una situación adversa.
Si hay algún referente en la última década para los chicos jóvenes en clave verdiblanca ese es el utrerano, que debutó con el mismo dorsal que lo ha hecho hoy Mateo Flores, el 46. "Me fijo en Dani Ceballos por su calidad", alardeaba allá por 2016 cuando le hacían una entrevista en LaLiga Promises, uno de esos torneos en los que hay futuras estrellas por doquier. ¿Por qué no? Hoy ha podido ser esa primera piedra de un largo camino a construir para un chico que ha llegado, como le gustaría a muchos, para quedarse.
Las cualidades que atesora no es que se hayan visto hoy en su máximo esplendor (aunque sí haya dejado un buen sabor de boca), pero se han podido apreciar durante sus últimos años. Clase, criterio, buen trato de balón, capacidad de trabajo y cualidad de equilibrio. Aspectos que si acompañan a una pierda zurda de altísimo nivel pueden dar lugar a un futbolista tremendo. ¿Cuántas cosas se le pasaron por la cabeza cuando el Ingeniero lo llamó? Partidos, problemas, trabajo, su etapa en Calavera... O quizá nada, por los nervios. Eso es lo más probable. Lo mejor de todo es que esos nervios no se le notaron en absoluto. Hay futbolista para rato en Heliópolis.
También llegaba el Betis en una situación adversa al campo del Club Atlético Osasuna allá por septiembre del año 2021 y con el Ingeniero al mando de las operaciones. Marc Bartra tenía una lesión muscular, Germán Pezzella no podía jugar porque estaba cumpliendo una sanción por una tarjeta roja, Víctor Ruíz también estaba lesionado al igual que Sabaly y a Manuel Pellegrini, ni le tembló el pulso ni le quedaban alternativas. Allá que salió Kike Hermoso, por aquel entonces central del Betis Deportivo, para marcar el gol más difícil, el que abría la lata para los heliopolitanos. Muchas veces se le achaca que no cuenta con los jugadores del filial, una afirmación que carece de sentido alguno cuando se pone la memoria en los millones cosechados por Édgar, Paul Akouokou, Robert, Juan Cruz y Rodri, el movimiento que hay por Assane, el papel de Dani Pérez o Enrique Fernández en Europa, Nobel Mendy en Copa o Assane Diao la temporada pasada en LaLiga, entre otros.
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