Juanmi condimenta con gol la visita al campeón germano (1-1)

Sevilla/Se acabó para el Real Betis la pretemporada, etapa cada vez más hueca y estéril, y más arraigada a lo lucrativo que a la preparación deportiva. Puras estrategias de mercantilización. Este sábado en una hora terrible (15:30) que no tendremos que soportar hasta el próximo verano, el conjunto de Manuel Pellegrini realizó frente a un ágil y dinámico Bayer Leverkusen el último de los tanteos antes de la primera jornada de liga ante el Girona, el 15 de agosto a las 21:30.

El equipo verdiblanco dejó una buena imagen ante el campeón alemán, más avispado en la creación y con más mordiente, logrando un empate (1-1) que deja buen regusto antes de lo serio. Ricardo Rodríguez, último en unirse a la fila, debutó con el dorsal 12, sustituyendo a Marc Bartra en el centro de la defensa. Aunque la noticia más destacada fue el tanto de Juanmi a los pocos minutos de pisar el césped, poniendo en jaque la decisión del técnico chileno sobre su referente ofensivo antes del estreno.

En el majestuoso y coronado BayArena, donde un Borja Iglesias cada vez menos verdiblanco levantó la Bundesliga el curso pasado con el club vestfaliano, Pellegrini, lejos de estar acostumbrado a las tonterías, alineó un once muy próximo a lo que verán los fieles béticos el próximo jueves en el Benito Villamarín. Diego Llorente y Marc Bartra, que sigue cogiendo ritmo de manera esperanzadora y eleva la mano para erigirse como líder tras la marcha de Pezzella, fueron los ejes de la zaga conteniendo el pulso a Victor Boniface, uno de los tantos delanteros nigerianos que perforan redes en el Viejo Continente. Sabaly y el francés Romain Perraud, uno de los fichajes en el lateral izquierdo, completaron la defensa al inicio.

El otro contendiente a ese puesto, el suizo Ricardo Rodríguez, esperaba su turno desde el banquillo, antes de debutar aunque como central, con la elástica verdiblanca. Azul en este caso, pues el Betis aprovechó el último de los test para dar rienda suelta a otra estrategia de márketing: dar protagonismo a la tercera equipación, anunciada días antes entre aires de solera y tradición.

En el pivote, el chileno colocó a Marc Roca y a William Carvalho. Músculo para suavizar el toque alegre de los germanos, impulsados una y otra vez en la primera mitad por Florian Wirtz. Mientras, esperaba en el banquillo Johnny Cardoso, al que el Betis espera mantener de la misma manera que trata de hacer con Ayoze Pérez, protagonista en ese hilo tenso que ha planteado el Villarreal a las oficinas heliopolitanas.

Arriba, el Chimy Ávila se peleaba con más empuje que éxito con el fabuloso trio de centrales - Tapsoba, Tah, Hincapié- que tiene en cartera Xabi Alonso. Del argentino fue la primera ocasión del partido (8'), aunque desde una posición lejana que inició la estadística de paradas del finlandés Hradecky. Detrás, Nabil Fekir, imán en la zona de tres cuartos y pretendiente por ser una y otra vez sel futbolista más activo de los sevillanos. Necesitó un giro de cadera para armarse un hueco en la frontal para anotar un nuevo disparo visitante, aunque lejos de la portería esta vez (15').

Después de la del francés, las ocasiones sólo las contaba un equipo. El Bayer Leverkusen, que tiene la Supercopa de Alemania ante el Stuttgart en una semana, empezó a parecerse, aunque sólo un poco, a lo que ensimismó a Europa el curso pasado. Un par de ocasiones en pocos minutos bastó a los alemanes para crear más peligro que su rival en los primeros cuarenta minutos. Florian Wirtz (18') remató en posición central desde fuera del área tras un caramelo de despeje de Marc Roca, desorientado en toda la primera mitad ante la marabunta de futbolistas germanos en el centro del campo. Más tarde, Boniface alertaba de nuevo al guardameta portugués Rui Silva.

Pese a las ocasiones y el placentero dominio del club de la aspirina, especialmente en la zona central del césped, el partido se fue al descanso sin goles. Pudo cambiarlo Aitor Ruibal. Un centro templado de Fekir bajó como un suflé hacia el puñal catalán, que algo escorado, estrelló el balón en el pecho de Hradecky (40').

Juanmi, indetectable hacia el gol

Tras el paso por vestuarios, Pellegrini realizó la primera sustitución. Juanmi entró por el Chimy. Cambio de cromos para paliar la cuestionada ausencia de gol. Y tan sencillo parece el fútbol a veces que abruma. En la primera que tuvo O' Rei la pelota acabó dentro (52'). El delantero malagueño engatilló con una volea en el corazón del área un toque suave, quirúrgico de Aitor Ruibal que descolocó a la defensa local, sin fallos hasta el momento.

Adelantó líneas en su equipo el técnico donostiarra, y introdujo cambios a la hora de encuentro, el español Aleix García entre ellos. Pellegrini replicó. Hasta cinco de una tacada. Rodri, Assane Diao, Cardoso, Bellerín, y el de mayor interés, Ricardo Rodríguez, último en llegar, y que se incrustó en el centro de la defensa en sustitución de Marc Bartra para sumar sus primeros minutos como futbolista del Real Betis. Movimiento de perro viejo del técnico chileno, en busca de emplear la veteranía del suizo en beneficio del grupo, independiemente de la posición.

Tantas sustituciones cambiaron irremediablemente la cara de los béticos. Los alemanes fueron acorralándolos dentro de esa fase final de los encuentros que tantos puntos y alegrías proporcionaron a la afición vestfaliana el curso pasado. De tal modo que Belocian (78'), tras un centro de un Frimpong que descifró en cada acción a Perraud en el carril, y que primero remató Patrick Schick, empujó a placer para hacer el empate. El despeje de Rui Silva acabó manso en las botas del joven francés tras el remate a bocajarro de Schick.

Todas las buenas sensaciones se pudieron derramar por completo instantes después, pero Schick no atinó en la entrega a su compañero y Frimpong se quedó con la miel en los labios. Tras los noventa minutos reglamentarios, independientemente del marcador, ambos clubes decidieron disputar una tanda de penaltis para prepararse para estas situaciones en futuros partidos. El Betis, de manera anecdótica cayó por 3-1.

El club helipolitano debe conformarse con un empate de despedida en el hogar del campeón alemán. Nada mal, aunque lo serio toca el jueves. Girona, mesa puesta, se acabaron los preparativos. Empieza la temporada 2024-25 en Heliópolis. Había ganas.