Grietas en la alta cúpula heliopolitana

Sevilla/Ningún ocupante de asiento acolchado de LaLiga está exento de recibir, en forma de groseros cánticos, arrojadizas invitaciones a dejar su señorial cargo y abandonar la entidad tras cosechar una única victoria en los últimos nueve partidos. Tampoco, entonces, iba a estarlo la alta cúpula directiva del Real Betis, sometida verbalmente por su afición antes, durante y, sobre todo, después de que su equipo constatara un nuevo paso en falso en la 2024-25 al caer en casa por 1-3 ante el Deportivo Alavés.

La paciencia de la afición heliopolitana ha sobrepasado el límite que creían haber olvidado. Y esta disconformidad se tradujo el sábado en queja importante por parte de la grada contra el equipo, dirección deportiva y, en mayor rango, la más alta directiva, con el presidente de la entidad, Ángel Haro, siendo el objetivo de un camuflado reclamo ante la ineficacia ofensiva. “Haro salta al campo y mete un gol”, esgrimía entre recuerdos loperianos un sector de la afición verdiblanca en la previa del choque, aun sin ver el estrépito posterior. El Real Betis remató sólo en dos ocasiones a puerta por las cinco que efectuaron los vitorianos. Un insuficiente bagaje ofensivo para poder frenar a un Alavés con mucha más hambre tras no haber logrado vencer todavía con Eduardo Coudet en el banquillo.

Como insinuó el capitán del Betis Isco Alarcón en zona mixta, podría ser peor sí, siempre puede serlo. “Parece que se acaba el mundo, pero se sigue estando a cinco puntos de Europa con dieciocho partidos por delante en los que hay que trabajar más que nunca y con la confianza en la que se puede”, dijo el malagueño respaldándose en la conveniencia de los números.

El centrocampista, junto a Jesús Rodríguez y Manuel Pellegrini, fue de los pocos que esquivó el explosivo sometimiento a juicio por parte de la parroquia verdiblanca, harta de las constantes dudas por el juego de su plantilla y por la falta de competitividad y honor en momentos puntuales.

La preocupante pérdida de identidad alarma a la afición

Así, queda claro que la crispación en Heliópolis apunta en primer lugar, y pese a la salvaje pérdida de identidad en el juego ligada a una inseguridad defensiva antinatural para un equipo que compite en Europa, hacia el palco del Benito Villamarín, con el consejo de administración encabezado por José Miguel López Catalán y Ángel Haro agrietándose paulatinamente.

Una situación de tanto hastío hacía mucho tiempo que no se veía en el templo heliopolitano y que no dudará en volver a producirse a la mínima zozobra. Manuel Pellegrini ha ido introduciendo sútilmente píldoras en sus mensajes en este mes de enero sobre que la plantilla necesita refuerzos, especialmente en el ámbito ofensivo.

Parece que a la vuelta de la esquina, y si nada se tuerce, asoma Antony, que será el primero en desembarcar con el objetivo de hacer olvidar una primera vuelta alejada de las expectativas. La segunda tampoco ha empezado como se esperaba, y el nudo se aprieta más al ser superado en la tabla 95 jornadas después por el Sevilla FC.

Un dato que muestra de manera evidente que el rendimiento de todos los que componen el club de La Palmera ha estado por debajo del nivel, desde el palco hasta el césped, lo que también incrementa el enfado de sus hinchas por desperdiciar una clara e interesante oportunidad para poder incrementar el crecimiento exponencial que el proyecto lleva desarrollando desde la llegada de Pellegrini a principios de julio de 2020.

Pasa por un momento de suma delicadeza el Ingeniero, aunque de momento se libra de los silbidos. La afición, con la paciencia agotada ya, no tardará en ampliar sus objetivos.