Una excursion muy festiva a Almendralejo (1-6)

Almendralejo/Plácida noche para el Real Betis Balompié en el estreno de la Copa del Rey 2024-25. Los verdiblancos no se complicaron la vida frente al modesto equipo pacense del CD Gévora y acabaron con un contundente triunfo por 1-6. La razón fue bien sencilla, Manuel Pellegrini y sus hombres ya tenían aprendida la lección vivida hace justo un año en el mismo escenario, en el Francisco de la Hera de Almendralejo, y salieron desde el primer minuto con la intención de recitarla de idéntica manera.

Con buenos futbolistas en el once inicial, en el que sólo tenía cabida Mateo procedente del filial, pues Assane Diao ya pertenece a la primera plantilla y Mendy apenas juega con el segundo equipo, un perfecto terreno de juego y la mentalización adecuada para no buscarse complicaciones, el camino estaba más que allanado. Encima, lógicamente, el nivel del Gévora, por mucho que quisiera jugar con el patrón marcado por Pep Guardiola retocando el modelo de Johan Cruyff, era el que era y también iba a ofrecer sus facilidades.

Por ejemplo, en el gol que adelantó al Betis en el marcador muy prontito, concretamente en el minuto 5. Fran Fernández, un portero con alma de medio centro, trata de salir con la pelota jugada desde atrás y Altimira lo intuye para anticiparse y robarla. El bético, que sí es especialista en esas cuestiones con el balón en los pies, se buscó el hueco y batió con calidad al propio portero del Gévora.

El Betis se había adelantado bien pronto en el marcador y eso le iba a servir para entender que el camino estaba más que trazado. Le bastaba con saber esperar a partir de ese momento para que la goleada se fuera incrementando poquito a poco. Sobre todo porque, además, el Gévora también se empeñaba en tirar la línea muy arriba en un gesto de valentía impropio del físico de sus defensas y cuando los delanteros béticos no estaban en fuera de juego, que lo estuvieron en muchísimas ocasiones, demasiadas tal vez, el gol estaba más que asegurado.

Pared de Diao con Losada

Assane Diao se iba a encargar de corroborarlo antes de la media hora de juego. Criado en Badajoz, el extremo bético se enfrentaba a sus paisanos y buscó el camino de la asociación para hallar la profundidad. Pared con Iker Losada en las cercanías del área y ya estaba abierta la vereda para el segundo tanto. Diao definió de manera perfecta, además, con su pierna derecha y todo quedaba resuelto definitivamente a partir de ahí.

El Betis jugaba un buen partido de entrenamiento, una sesión preparatoria en la que los suyos se exigían a tope para convencer a Pellegrini de que tiene más armas en la plantilla de las que puede echar mano en cuanto lo necesite. A pesar de los continuos fueras de juego, estaba claro que los verdiblancos, esta vez de amarillo y negro, querían mucho más. Apenas dos minutos después del 0-2, llegaría el tercero para que no hubiera ni el menor atisbo de dudas.

Esta vez fue Bakambu el que aprovechaba la línea adelantada y suicida de los rivales, partía en una posición correcta tras un pase profundo de Natan y en la resolución de la jugada prácticamente calcaba el disparo anterior de Assane Diao. El cero a tres era un marcador más que justo a la vista de lo que ambos estaban ofreciendo en el Francisco de la Hera.

Fran Vieites, que, como adelantó el propio Pellegrini, era el portero elegido para la Copa, sólo sufría un susto en un intento de controlar el balón con el pie. Lo resolvió bien, igual que en la segunda mitad lo hicieron sus compañeros, sobre todo Mendy, en otras dos llegadas desde atrás de Adri Maya, el más incisivo de los locales. Y el gallego incluso se lució al final antes del tanto local.

Pero todo estaba en poder de los béticos, que eran quienes manejaban la situación de cabo a rabo. No subieron muchos más goles al marcador por la impericia de Bakambu, sobre todo en una doble acción que pareció muy fácil y no acabó en el marcador electrónico. Primero, cabeceó absolutamente en solitario al cuerpo del portero y después, con toda la portería para él tras un rechazo que peleó Juanmi, le pegó al larguero.

El gol se resistía más de la cuenta en este segundo acto, entre otras cosas porque el Betis trató de meterle mucha velocidad a todas las jugadas como método para marcar las distancias contra un rival que no tiene ese nivel físico. A veces, eso se convertiría en precipitación, pero daba igual, todo era ya un entrenamiento y por inercia caerían más tantos, como el que marcó Juanmi en un rebote del balón que le fue a su cabeza y remató con intención (68’). O el que después anotaba Vitor Roque tras un perfecto control y pase del joven Jesús Rodríguez (79’).

El juego, lógicamente, decayó conforme pasaban los minutos y el entrenamiento sólo iba a servir para algunos detalles más. A saber, para que Pellegrini colocara a Perraud por primera vez en el lateral derecho, para el debut de Guirao sustituyendo a Mateo y para el ansia de gol de un Vitor Roque que buscó la portería de forma continua para anotar dos goles. También para que Jesús Rodríguez dejara sus detalles de calidad. Todo estaba más que resuelto e incluso la alegría se disparaba con el penalti que permitía al Gévora anotar el llamado gol del honor. La excursión a Almendralejo volvía a ser festiva para todos los béticos allí presentes.