La euforia de los jugadores del Betis en la victoria ante el Atlético de Madrid

SEVILLA/Sin duda así da gusto ver jugar al Betis delante de sus aficionados. Un partido sin precedentes esta temporada con un nivel altísimo de los protagonistas en clave verdiblanca. Los de Manuel Pellegrini consiguieron a base de trabajo, sudor y esfuerzo un resultado muy postivo que les coloca en la quinta posición de la tabla clasificatoria a tan sólo dos unidades de los puestos que dan accedo a UEFA Champions League. Además, teniendo en cuenta que no tiene a jugadores importantísimos como Lo Celso, Isco, Carvalho o Marc Roca, todo tiene mucho más mérito.

El partido de los del Ingeniero fue muy completo. Presionando desde el minuto 1 hasta el 97, no negociando una sola carrera y sobre todo, fusionándose con la afición en cada acción. Cada balón despejado, cada córner vencido, ocasiones, duelos ganados y sobre todo, en el primero de los goles, donde los jugadores se fundieron en un brutal abrazo frente a Gol Sur y gritaron a los más de 52.000 que les llevaron en volandas.

Una gran celebración al terminar

La cosa no quedó ahí. Después de un penalti a favor anulado por el VAR y también un gol anulado a Vitor Roque por un claro fuera de juego, el partido estaba cogiendo un color de película ya vista en Heliópolis. Es ese el motivo real del sufrimiento que se palpaba en los instantes finales del estadio bético. La gente nerviosa, ansiosa porque Gil Manzano, que no ha tenido su mejor partido- pitase el final.

En el momento en el que esto sucedía, el estadio se caía. La celebración fue apoteósica por parte de cuerpo técnico, jugadores y afición. Lo primero que hicieron los once protagonistas fue acercarse a cantar y celebrar con la grada de animación. Todos dirigidos por el capitán Marc Bartra, que tras fundirse en un abrazo con Diego Llorente, comenzaba a liderar los cánticos, los saltos y los mensajes de ánimo a la afición. Era una obligación de la plantilla después de la decepción ante el Copenhague.

Terminaron con una vuelta al campo

Normalmente los aficionados suelen salir del estadio con un poco de antelación debido a que los atascos en la Avenida de la Palmera son bastante notables, pero en este caso se quedaron para animar hasta el último aliento. Eso lo supo recompensar la plantilla, que tras celebrarlo primero con el pulmón del Villamarín, hicieron la más que conocida 'vuelta al ruedo' saludando a los aficionados de todo el estadio.

Punto y seguido en una temporada que se acerca a conocer su primer tramo y a la que espera un desafío dificilísimo. Con el Gévora en Copa del Rey de por medio, un duro desafío en el que hay que cumplir a pesar del bajo nivel, llega el próximo fin de semana el Athletic Club en San Mamés.