El espíritu de Canales premia al Betis

Real Sociedad - Betis | La crónica

El Betis rescata un punto en un final de locura gracias a la fe del cántabro y a las aportaciones de Joaquín y Tello

La Real, que pudo golear en el segundo acto tras ponerse 2-0 con polémica, acabó pidiendo la hora

Joaquín, Tello y Canales celebran el 2-2. / Javier Etxezarreta / Efe
Samuel Silva

23 de enero 2021 - 21:09

El Betis de 2021 es un equipo con una moral de acero. El regreso de Sergio Canales le ha inyectado una dosis de energía, de fe y de fútbol que incluso le hacen obtener puntos de tanto mérito como el sumado en Anoeta. El espíritu del cántabro, al que Pellegrini mantuvo en el césped pese a que cualquiera hubiera pensado en el duelo copero del martes, mantuvo con vida a los verdiblancos, que rescataron un punto en un final de locura. La Real, que se había visto ganadora con una clara ventaja de dos goles, acabó pidiendo la hora y seguro que pensando cómo no fue capaz de retener en su día a Sergio Canales, ese zurdo que igual vale para crear fútbol como para anotar goles de cabeza.

El aire es tan distinto para el Betis en este nuevo año que ni siquiera un 2-0 en contra, y con acciones polémicas poniendo bajo la lupa a Soto Grado, le cambiaron la actitud. Incluso los que entraron desde el banquillo, sobre todo Joaquín y Tello, salieron con la mentalidad de que el partido seguía abierto ante una Real que sí movió su banquillo mirando a la Copa.

Fue un frenesí verdiblanco que empezó en el 86’. En casi la primera acción de ataque del Betis en el segundo tiempo, Joaquín puso un delicioso centro desde la derecha para que Canales, descolgado como ariete, conectase un testarazo con que ponía el 2-1 y hacía creer al equipo que la igualada era posible.

El propio centrocampista cántabro tendría el empate apenas un minuto después, pero no pudo conectar con la pelota tras un excelente pase de William Carvalho, cuando cualquier toque hubiera significado ponérsela imposible a Remiro.

Canales se lleva el balón tras anotar el primer gol bético. / Javier Etxezarreta / Efe

No se hundió el Betis, que la siguió buscando. Y la acabó encontrando en un balón en largo que lanzó Joel y peinó Sanabria para que llegase a los pies de Tello. El extremo se marchó por piernas de Zubimendi y su pase atrás lo remató Joaquín, otra vez el capitán, para superar a Remiro con la colaboración de Monreal.

El banquillo bético, del que había sido expulsado Rubén Cousillas poco antes en ese estado de excitación que hacía ver la posibilidad de rescatar un punto, estalló de alegría. Era un punto de fe merecido para los heliopolitanos, que habían sucumbido en 20 minutos pero que tuvieron arrestos para recuperarse y avisar a la Real de lo que le espera el martes en Heliópolis en una Copa que ilusiona.

El duelo había seguido un guion parecido al de la primera vuelta y si entonces la Real lo desniveló antes del descanso, esta vez tuvo que esperar al comienzo del segundo acto. El Betis había aprendido la lección y quiso minimizar los espacios al conjunto donostiarra, que apenas dispuso de una clara ocasión en los primeros 45 minutos, con un disparo de Guridi al que respondió perfectamente Joel.

Precisamente, el meta sería un protagonista negativo del 1-0. En una acción polémica, en la que pudo haber fuera de juego de Portu hasta en dos ocasiones, el meta bético acabaría errando tras un remate de Isak, que previamente había visto cómo Mandi despejaba el balón en la línea de gol.

No sentó bien al Betis esa polémica arbitral, como ya sucediera en el Villamarín, y la Real fue un vendaval. Oyarzabal puso el 2-0 tras un contragolpe de manual lanzado por Mikel Merino, omnipresente hasta marcharse al banquillo, e Isak; Gorosabel, en dos remates consecutivos, y Portu, con un testarazo con todo a favor, dejaron con vida al Betis, que ya se temía otra goleada como las encajadas en otros encuentros de esta campaña.

Diego Lainez intentar marcharse de Le Normand. / Javier Etxezarreta / Efe

Aguantó de pie el equipo verdiblanco y poco a poco fue resucitando en el partido. Imanol, que creyó tener todos los deberes hechos, empezó su carrusel de cambios que envió al banquillo a Oyarzabal, Mikel Merino, Portu e Isak, sus cuatro mejores jugadores de ataque. Quizá la cercanía con el duelo copero hizo pensar al técnico donostiarra que era mejor dosificar los esfuerzos.

No hizo lo mismo Pellegrini, que sí sustituyó a Fekir, de más a menos en el partido, pero que mantuvo a Canales sobre el césped, pese a esa acumulación de esfuerzos que ya empieza a tener el cántabro.

Y reaccionaron los verdiblancos, al ritmo de William Carvalho, es decir, sin demasiada velocidad aparente pero asegurando la pelota y yendóse arriba con la mentalidad de que la igualada era una posibilidad.

Si en otros tramos de esta Liga, nadie hubiera dado un duro por el Betis con 2-0 en contra, ahora es distinto. Entonces a los verdiblancos todavía no los había poseído el espíritu de Canales. Ahora Pellegrini ha ahormado un equipo distinto, que tiene compromiso y fe. Que le juega de tú a tú también a los rivales de la zona alta, como ya exhibiera en el derbi, y que le ha cambiado el horizonte de la temporada.

El punto quizá no sea suficiente para meterse de lleno en la pelea por la sexta plaza, al menos de momento, pero el empujón anímico es colosal. El Betis, con Canales al mando, ahora sí cree que todo es posible. Y si los jóvenes se habían puesto al servicio del cántabro, ahora también Joaquín y Tello demostraron que quieren subirse al carro de este renovado Betis.

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