Europa no perdona ir a dos velocidades (1-0)

El Betis choca en Polonia con la realidad de una plantilla con limitaciones en la mismísima semana del derbi

La falta de intensidad ante un rival más motivado se suma a la ausencia de gente ahora mismo insustituible como Lo Celso y Abde, éste de salida

Así jugaron los futbolistas del Betis ante el Legia de Varsovia

Abde intenta marcharse de un jugador local.
Abde intenta marcharse de un jugador local. / Leszck Szymanski / Efe

El Betis comprobó, una vez más, que Europa no perdona. Ni siquiera la Conference, que dejó un mensaje claro de la plantilla verdiblanca a sus aficionados, por si ya no lo tenían asimilado, justo en el momento más inoportuno, en la semana del derbi, donde las sensaciones previas siempre, a priori, son tan importantes. Otra cosa después es la realidad de la competición... Pero la rivalidad se alimenta de estas cosas y el patinazo que protagonizaron los de Manuel Pellegrini no pudo ser más inoportuno.

El Legia de Varsovia, el octavo clasificado de la liga polaca, distanciado diez puntos del líder nada menos, puso en evidencia a un Betis que se demostró que no puede ir a dos velocidades. Un mal estreno europeo como castigo a la falta de recursos de una plantilla que no es capaz, a día de hoy, de suplir a tres, cuatro o cinco titulares en el bloque habitual del chileno. Ni siquiera a dos, ahora mismo los más desequilibrantes, Lo Celso y Abde.

Porque el fútbol no entiende de excusas ni de semanas señalaítas en clave local para reservar jugadores. Es la realidad de una Europa futbolística a dos velocidades y en una competición en la que los rivales encuentran menos desgaste en sus ligas. 

Un Legia de Varsovia de la vida, como puede ser un equipo serbio, checo, montenegrino o croata, disfruta compitendo en el continente como los equipos españoles hacían en los años ochenta, con sus jugadores locos por mostrarse como inversión de futuro y por si sonaba la flauta y un grande se fijaba en ellos. Es un ejercicio de funambulismo mantenerse de pie teniendo que dosificar fuerzas. Eso, junto con la idea generalizada en el entorno de que el Betis está obligado a ganar en cada duelo en esta competición, es el lastre de estos jueves traicioneros. A la vista está. 

Pellegrini daba descanso a gente como Diego Llorente, Lo Celso, Marc Roca, Abde o el propio Rui Silva en la portería y se topaba con la realidad de una plantilla que resiste como puede a las exigencias de un calendario que muy pocos pueden aguantar. Sólo los grandes y ya ni eso porque Europa es implacable y la semana ha sido el mejor ejemplo para demostrar que LaLiga de los límites salariales es un fracaso absoluto de Tebas y va camino de ser la sentencia del fútbol español.

El Legia se iguala y se te sube a las barbas en el momento en el que cualquier equipo, llámese Betis u otro, no se toma en serio un partido. Ir dejando pasar los minutos no es un plan válido y los polacos dieron el golpe en el primer momento de dudas, para mantenerse firmes después y tratar de cazar una contra para sentenciar. Ahí estuvo afortunado el Betis, que salió de Polonia sin derramar más sangre. 

El primer error

Un mal empujón de Mendy, central elegido junto a Natan en las rotaciones del Ingeniero, derivó en un córner que dejó en evidencia la defensa en zona de los béticos en las jugadas de estrategia. En el momento en el que los jugadores del Legia cambiaron en dos pases la zona de ejecución del centro, la defensa de la zona quedó anulada y Kapuadi remataba a placer ajustando el balón al palo derecho de Adrián San Miguel.

Kapuadi celebra el tanto de los polacos.
Kapuadi celebra el tanto de los polacos. / leszek Szymanski / EFe

El Betis se fue al descanso con sólo dos rematitos que llevarse a la boca, ambos inocentes como búcaros de barro, uno de Altimira aún con 0-0 y otro de Fornals ya por detrás en el marcador.

Una reacción tardía

Tras el descanso, la bronca de Pellegrini en el vestuario ante la falta de intensidad surtió efecto en los primeros minutos. Le siguió el intento del chileno de tratar de enderezar el entuerto con la salida de jugadores como Abde, Marc Roca o Bakambu, pero la tarde estaba metida de lleno en impotencia absoluta. El Betis, incapaz de generar desequilibrios en el cohesionado y firme sistema defensivo del rival, apenas tuvo opciones en el área polaca. Incluso el Legia encontraba situaciones de contraataque en las que hacía mucho más daño que los verdiblancos, amparados casi únicamente en los intentos de desborde estáticos de Abde.

Estaba claro que los cambios no le daban al Betis para variar la dinámica de un encuentro en el que el contrario, de salida, tenía más intensidad y la aparición algo más decidida en la segunda parte se amortiguaba conforme pasaban los minutos y la afición local vibraba con cada contra a tumba abierta de los suyos. 

Luquinhas fue el primero que le cogió la espalda a la defensa bética, Morishita disfrutaba de otra transición cuasi letal tras un error de Mendy y otras dos pérdidas de Marc Roca estuvieron a punto de convertirse en el segundo gol polaco. Lo evitó meritoriamente Adrián en una acción de reflejos al sacar una mano ante un disparo que pegó en Natan.

Eran muchas más acciones de los polacos, porque el Betis, la verdad, no era capaz de generar peligro. Así de fuerte. Los helipolitanos, ya atenazados por la ansiedad, tenían en un cabezazo de Fornals la mejor ocasión puede decirse que de todo el partido. Y tenía que venir por una acción individual de Abde, evidenciando que la creatividad brillaba por su ausencia en la noche centroeuropea. 

Los minutos fueron pasando y el Betis engullía su propia impotencia ante un Legia claramente más motivado y con más intensidad en los duelos individuales mientras su afición asistía entre atónita y resignada a esta realidad irrefutable. Europa -ni siquiera en su tercera competición como la Conference League- no perdona ir a dos velocidades. Y no se tratra sólo de que Lo Celso se quedara en casa. No vayan ahora a querer hacernos creer que un futbolista gana los partidos solo. Ni con Lo Celso ni sin Lo Celso el Betis iba a competir en Polonia saliendo como salió. Un feo borrón en la semana en la que son más importantes las sensaciones.

Ficha técnica

1 - Legia de Varsovia: Tobiasz (1); Wszolek (1), Pankov (2), Kapuadi (2), Rúben Vinagre (2); Chodyna (2) (Marc Gual, 83', s.c,), Oyedele (2) (Jedrzejczyk, 83', s.c.), Kapustka (1) (Çelhaka, 74', 1); Luquinhas (1) (Augustyniak, 62'), Pekhart (1) (Nsame, 62' 1) y Morishita (1).

0 - Real Betis: Adrián (2); Aitor Ruibal (1), Natan (1), Mendy (0), Perraud (0); Johnny Cardoso (1) (Marc Roca, 66', 0), Altimira (1); Chimy Ávila (0) (Abde, 58' 2), Fornals (1) (Assane Diao, 74', 1), Juanmi (1) (Dani Pérez, 58'); y Vitor Roque (0) (Bakambu, 58' 1).

Gol: 1-0 (23') Kapuadi cabecea en solitario un centro tras un córner botado desde la derecha burlando la defensa en zona de los béticos. 

Árbitro: Luca Pairetto (Italia). Expulsó en el minuto 38 a un miembro del equipo técnico del Legia por retener el balón en el banquillo. Además, amonestó a los visitantes Johnny Cardoso (61'), Aitor Ruibal (80'), Natan (92') y Perraud (93') y a los locales Oyedele (76'), Wszolek (79') y Kapuadi (88').

Incidencias: Partido de la primera jornada de la fase regular de la Liga Conferencia disputado en el estadio Mariscal Jósef Pilsudski, en Varsovia, ante unos treinta mil espectadores que prácticamente llenaron sus gradas, en la que estuvieron cerca de seiscientos aficionados del Betis. El partido demoró su inició hasta cinco minutos debido a que el humo de las numerosas bengalas que encendieron los aficionados locales dificultaba la visión en el terreno de juego.

stats